Capítulo 25

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El sonido del piano se escuchó, suspiré y miré a las chicas que estaban igual de nerviosas, abracé con mucha fuerza a Beatrice, las lágrimas que había querido detener habían perdido la guerra y salieron.

-Cariño, no me voy solo me casó – susurró en mi oído, suspiré y me separé de ella, la vi tan feliz que estaba segura que era lo que quería.

-No te vas, pero ahora serás feliz – dije, ella sonrió y una lágrima cayó, el encargado me dijo que era mi turno de salir y caminar por aquel pasillo, suspiré, miré por última vez a Beatrice por mi hombro y le sonreí. Estaba lista. Las miradas se dirigían a mí, esto tenía que salir perfecto.

Elevé mi vista hacia el lugar que sabía que ocuparía y lo vi, tan perfecto como siempre, pero distraído, hasta que recibió un golpe por Calum y el me miró. Sentí como mis piernas temblaron y como mi interior se revolvió. Sonreí sin darme cuenta y él también lo hizo. No podía creer que había pasado ocho semanas sin saber de él. Mi camino terminó y lo miré por última vez. Giré mi rostro para ahora ver a la más hermosa y perfecta novia que había, Beatrice caminaba por el gran pasillo con una gran sonrisa, una sonrisa que jamás había visto, giré mi rostro para ver a Luke, sonreía como idiota, estaba enamorado, lo podía notar a kilómetros, sonreí porque al final de cuentas Beatrice tenía lo que había deseado desde niñas, había conseguido su final feliz, había logrado enamorarse. A su príncipe azul. Recibí un pañuelo por parte de Karla, pues al parecer algunas traviesas lágrimas habían salido de mis ojos. El padre de Beatrice que sostenía la mano de su hija la entregó a Luke, quién sonreía y anhelaba sostenerla. Sus miradas se conectaron y los ojos de Luke brillaron. Giré un poco mi rostro para poder ver al chico que había robado mi corazón y él sonreía, mostraba su hermosa sonrisa, era claro que lo haría, estaba feliz por su mejor amigo. 

                                                               (..)

Luke y Beatrice miraban al padre que bendecía la unión de ellos como pareja. Las personas en la ceremonia veían con ternura a la joven pareja. La típica historia de amor entre jóvenes, porque no hay amor más grande que ese. Porque cuando se ama de verdad se entrega todo, se da lo mejor de uno, se digna a dejar de ser uno para hacer feliz al otro, porque el amor de jóvenes es pasión completa, es cuando se ama de verdad. El padre pronunció que era momento de que la pareja dijera sus votos.

-Beatrice, con esta sortija, te entrego mi ser, te entrego para siempre mi corazón y pongo a tu disposición mi cuerpo. Porque ahora no solo pensaré por mí, pensaré por ti y por nuestro pequeño regalo de Dios. Con esta sortija, reafirmo mi amor por ti, reafirmo el día en el que vi tus ojos y caí cautivado por ellos. Porque te amo y no quiero estar sin ti ningún día de mi vida – Luke miró con amor a la chica que tenía frente a él, su sueño se hacía realidad, él se consideraba como uno de esas personas que jamás pensaban enamorarse tan enserio de una persona, pero ahora se veía y se daba cuenta que siempre se engañó, pues ahora la única cosa que anhelaba era pasar el resto de su vida junto a la mujer que tenía enfrente. Con nerviosismo en sus manos logró colocar la sortija en el dedo de su futura esposa.

-Luke, con esta sortija, me declaró completamente enamorada de ti. Me enseñaste que el amor viene cuando menos te lo esperas, me hiciste creer en la magia, pues tú eres mi truco de magia favorito. – los invitados rieron – Con esta sortija me entrego por completo a ti, te entrego mi corazón de vuelta, te cedo la llave de él para que jamás me dejes irme de tu lado de nuevo. Te fallé una vez, pero nuestro amor nos hizo volver a estar juntos. Con esta sortija no solo te digo que te amo, te digo que no quiero separarme jamás de tu lado, porque tú eres ahora, la única persona que puede hacer que mi corazón se aceleré o deje de latir. – Beatrice limpió una pequeña lágrima de la mejilla de su amado y colocó la sortija en su dedo. Annel no solo había arruinado su maquillaje había presenciado la muestra de amor más importante para ella, había visto en Luke y en Beatrice a su madre y padre reflejados cuando eran jóvenes. Pues esa era la prueba de amor más grande que ella tenía, la chica que presenciaba aquel acto de amor jamás pensó que el chico que amaba no había dejado de observarla, pues Ashton tenía en claro que él también quería ese final feliz, tal vez no ahora pero estaba seguro que quería a Annel en su vida, en su corazón. 

El padre pidió silencio y preguntó “¿Hay alguien aquí presente que conozca algún motivo para que estos chicos impidan la unión de compromiso?” Un silencio invadió la Iglesia, el padre asintió y miró de nuevo a la nueva pareja. 

-Luke Hemmings, aceptas como esposa a Beatrice Portle, para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, en las buenas y en las malas hasta que muerte los separé – señalo el padre. Luke miró a la mujer que tenía enfrente de él y suspiró.

-Acepto - confirmo Luke, el suspiro de Beatrice hizo que los invitados rieran un poco más y que su hermana soltará más lágrimas. 

-Beatrice Portle aceptas como esposo a Luke Hemmings, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, en las buenas y en las malas hasta que muerte los separé – volvió a repetir las palabras el padre, Beatrice miró a su alrededor, observó el rostro de los padres de su amado, a los suyos, a su hermana, a su amiga, pero uno de los rostros que más le importaban era el de su mejor amiga, la chica que la había acompañado en todas sus aventuras, en sus castigos, en sus travesuras, la chica que estaba haciendo posible su sueño de ser feliz, la chica a la que podía llamar hermana, la chica que llevaba por nombre Annel. O como ella encantaba decirle, su renacuajo. Miró el rostro de ella y sonrió al ver a su amiga en lágrimas, mordiendo sus labios para evitar la salida de ellas, rió en voz baja por el intento fallido de ella, giró su rostro y vio por ultimo al rostro que ahora importaba, su amado, sus ojos reflejaban nerviosismo y brillaban por la presencia de ella, como le encantaba causar ese efecto en él. 

-Acepto – sonrió la joven para evitar cualquier rumor de que ella negará estar junto a su amado, ya nadie podía separarlos, estaban juntos y su amor era lo suficiente para ser felices. El padre sonrió. 

-Los declaro marido y mujer – el padre miró al joven – puede besar a la novia - el padre dio la bendición y Luke sonrió para tomar por la cintura a su ahora mujer y acercarla a él para besar aquellos labios que ahora eran su hogar, su dulce hogar. “Te amo” susurró la chica mientras oían los aplausos de los invitados, los chicos salieron por el gran pasillo rojo hasta la entrada donde ya los esperaban algunos invitados lanzando por todos lados algunas semillas de arroz. Y Luke, volvió a besar ahora su compañera de vida, su esposa. 

Diez pasos para enamorar a Ashton Irwin [1era. Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora