Camiseta

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Abrió lentamente sus ojos, parpadeando para acostumbrarse a la luz, se sentía adolorido y desorientado aquel sitio no era la habitación del hotel que recordaba...

Sintió a alguien moverse a su lado y al darse cuenta de quién era los recuerdos vinieron a él, toda aquella pasión y lujuria que habían vivido la noche anterior, la noche que Roronoa lo había tomado. ¿Qué había sido eso? Ahora que lo pensaba con claridad y detenimiento ¿Por qué el cabeza de musgo hizo aquello? Bueno él también había dejado que pasara a pesar de siempre estar proclamando que es fiel amante de las mujeres y que los hombres no le interesan.

El problema para él era claro, sigue sin caerle los hombres pero Roronoa a pesar de ser hombre realmente no cae en la categoría de odio, él mejor que nadie sabía que podía tener cualquier sentimiento por el marimo excepto odio.

¿Pero y el moreno qué? Sanji lo había visto "coqueteando" el día anterior y sus ojos reflejaban lo que quería hacerle a aquella mujer pero también había visto algo distinto cuando le miro, cuando le vio con su acompañante y su tosca expresión que le recorrió el cuerpo enojándose cuando veía la proximidad y los toques de aquella fémina a su cuerpo.

¿Sentía atracción por los hombres también?...detuvo sus pensamientos al sentir como el moreno se volvía a mover, parecía que ya estaba empezando a despertar así que simplemente dejo sus confusos pensamientos para otro momento.

-Pero no hay nada que hacer o decir lo hecho estaba hecho- se dijo a sí mismo.

Trato de levantarse, le dolía no lo negaba pero podía soportarlo, encontró a sus pies una camiseta seguramente de Zoro, no lo pensó mucho y se la puso después de todo no encontraba ninguna prenda suya supuso que se encontraban en el lado del moreno quien fue el que se encargó de desnudarlo, se sonrojo ante tal pensamiento.

Sin esperar más se dirijo al baño que para suerte suya y sin comprender como el moreno lo había llevado a un hotel de alta calidad, miro la enorme bañera y los surtidos productos para el baño sobre una repisa, elegante y costosos de seguro pero no desaprovecharía inclusos si luego él tendría que pagarlos a fin de cuentas el moreno lo saco del burdel con suficiente dinero todavía.

El sonido del agua corriendo en alguna parte cercana lo despertó por completo, miro a su alrededor viéndose solo, ¿lo de ayer había sido un sueño? Bueno uno muy erótico con el cocinero. Se levantó sintiendo un liguero escozor en su mano y vio una corte no tan grande ni profundo pero eso le hizo recordar el burdel y a Sanji, y al percatarse de la ropa a sus pies que no eran suyas y definitivamente del uso exclusivo del cejillas sintió como si un balde de agua fría le cayera en pleno invierno.

¿Se había llevado al cocinero a la cama? ¿Acaso había abusado del rubio? No, recordándolo bien Sanji le había dado todo el permiso para hacerlo, sonrió recordando el beso que el mismo cocinero le había dado iniciándolo todo. Bien, eso estaba bien mientras que ambos lo hicieron consientes con el deseo propio y permitido. Volvió a escuchar el sonido que lo despertó y desvió su mirada hacia el baño, las prendas del rubio aún se encontraban ahí por lo que sería el quien estaría bañándose.

¿Una vez que salga como debía mirarlo? Sería más fácil si ayer se hubiera acostado con alguna de esas mujeres les es fácil mirarlas con normalidad y en muchos casos las féminas se iban terminada la acción pero ahora, aquí era completamente diferente a acostarse con una de ellas, era su nakama de quien hablamos, alguien a quien vera todos los días de su vida hasta cumplir sus sueños.

Miro la habitación buscando su ropa encontrando sus katanas en una esquina, su pantalón y cinto verde, solo faltaba su camiseta blanca que a simple vista no se encontraba en ningún lugar, la puerta del baño se abrió y de ella salió un rubio quien no era consciente de que el moreno lo veía, se sacaba el cabello manteniendo una sonrisa que fue borrada cuando se percató de su nakama espadachín pasando a un nervioso y sonrojado rostro.

Todo por tu culpa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora