Definitivamente no era su día

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Sin demorar más ambos se apresuraron pero sabían que necesitaban un poco de tiempo más para no ser delatados, Zoro decidió llamar la atención de su amiga.

-Emi-le llamo fuerte y claro sorprendiendo a todos- La llave se cayó en el rio-le dijo esperando que esta recordara.

Por suerte para todos, la fémina recordó a la perfección que significaba esa frase, era uno de los varios códigos que tenían entre si cuando atrapaban a los piratas y las cosas no salían como se esperaban por lo que emplear códigos para atacar y de emergencia se volvieron necesarios.

Emi le pidió amablemente al peli azul que le ayudara a buscar una llave en aquel pequeño riachuelo lo que le dio tiempo a Sanji y a Zoro de arreglarse y calmarse, tiempo después el peliverde le informo que era una pérdida de tiempo y que mejor Franky empezara a desmantelar la caja de una vez por todas.

Una vez fuera ninguno dijo nada, Franky encontró algo debajo de la caja y se lo entrego a Emi quien feliz de haber encontrado su objeto le dio un beso de agradecimiento al ciborg.

Todos salieron de la cueva, el rubio no sabía a donde mirar para evitar pensar en el moreno pero maldita era su suerte que toda la montaña le recordaba en cada rama y follaje el verde color que el sujeto a "olvidar" tenia.

Por otro lado Zoro se sentía incómodo por la situación y más si su pequeña amiga le veía de forma sigilosa y sonriente como si supiera que había ocurrido como si ella lo hubiese planeado todo.

-Fuiste tú-le dijo a la pelinegra.

-¿Yo? ¿Qué hice yo?-se hizo la desentendida-No sé de qué hablas-le sonrió.

¡Maldición! Ahora lo comprendía todo, ese teatrito de esperar a Sanji, de encerrarlos en la caja y no permitir que la dañaran que al fin y al cabo su estúpido tesoro se hallaba debajo de esta. Por eso no confiaba en las mujeres en especial Emi y la arpía de Nami, eran inteligentes, crueles y despiadadas con lo que quieren conseguir.

Como siempre se separó del grupo y ahora se encontraba cerca del barco lo que le indicaba que estaba al otro lado de la isla, mejor para él por ahora no quería ver a Sanji, ¿Qué había hecho?

Hasta hace poco su relación era nakamas-rivales, insultos y ofensas pero todo eso se fue al carajo en un abrir y cerrar de ojos ahora nakama-rivales y ¿amantes? , insultos cambiados por gemidos y gruñidos de placer.

-No, es imposible-se dijo- Fue un momento y ya-no podía cambiar lo que ya estaba hecho-Solo fue un momento placentero casi sexo, consensual, es todo.

-¿Momento placentero, casi Sexo?-dijo alguien a sus espaldas-¿Qué es eso Zoro?-pregunto.

No, esto no le podía estar pasando, definitivamente no era su día, se dio la vuelta y se encontró con su capitán, con carita de inocente aunque la verdad parecía que ese chico no sabía nada acerca de esos temas.

-No es nada, Luffy-respondió- ¿Qué haces por aquí?-pregunte.

-Estaba buscándote-sonrió-Nami nos va a llevar a comer y solo faltan tú, Sanji y Brook-le contesto.

-Yo iré por Brook, tu busca al cejillas-le dije.

-No, Ussop fue por él-me detuvo- Yo dije que iría por ti-sonrió nuevamente-Vamos.

Tal vez por no estar atento o por un milagro llegaron a la ciudad sin demora y se encontraron con el francotirador y músico en el camino llegando directamente al restaurante.

La comida fue normal, demasiado al ver un incómodo pero no mal silencio entre los orgullosos de la banda, Emi hablaba con todos y les contaba una que otra historia de su vida y de algunas con el peliverde quien se limitaba en asentir como única respuesta.

La noche llegaba y con ella el término de aquella cena, sentía un peso menos al ver alejarse a Emi, no diría nada más y con lo imprudente que solía ser no quería imaginarse los problemas que le daría aunque ya se dio cuenta que aquella bruja los encerró a propósito.

Llegaron al hotel donde se quedarían hasta que el Logpose se cargara, esta vez no había necesidad de cuidar del barco y para suerte de todos nadie compartiría habitaciones solo separados por pisos.

Usopp, Chopper, Franky, Luffy, Robin y Nami tenían sus respectivas habitaciones en el cuarto piso mientras los faltantes en el quinto, no estaba del todo mal pero el rubio deseaba estar lo más lejos posible del moreno.

-Todo fue un error-se dijo- No es más que eso, un momento de calentura.

¿Qué había sucedido con él? Tan fácil se había dejado llevar y lo peor o lo mejor es que disfruto, le gusto el cálido tacto de las manos del contrario, su lengua oh esa lengua traviesa y atrevida que le hizo suspirar, el contacto tan íntimo de sus miembros rozándose.

Había deseado más que eso, le asustaba tal pensamiento, Zoro provocaba demasiados sentimientos en él, podía pasar del enojo a la risa claro lo último sin que este se diera cuenta y lo sabía desde antes el cuerpo del moreno le atraía bueno más bien sentía celos pero no porque él quisiera tener un cuerpo así sino porque las féminas a pesar del trato "vulgar y grosero "que este les daba, según Sanji, ellas morían por tenerlo.

Se negó a seguir pensando en él y se mostraría a si mismo que solo fue algo sin sentido, ahora saldría en busca de una bella dama y quien sabe se divertiría hasta el cansancio, más su suerte aquel día lo había abandonado ya que cuando estaba por irse con aquella despampanante fémina vio a un marine, uno real no como los idiotas de antes, que al parecer buscaba a sospechosos de ser piratas. El muy a su pesar sabía que no lo reconocerían ya que su foto no era para nada parecida a él aunque los odiosos de sus amigos digan que sí por lo que regresando velozmente tras una disculpa con su acompañante regreso al hotel y les informo al resto claro a quienes se dignaron en abrir la puerta.

No había podido decirle al moreno, bueno no es que no haya podido la verdad ni siquiera se acercó a la habitación de este, después de "ese" incomodo momento no estaba listo para enfrentarlo aun pero no era ningún cobarde ni mucho menos le daría el gusto Zoro de ver que aquello le afecto de sobre manera.

Mala idea, fue una terrible idea haber ido por Zoro, cuando estaba por tocar la puerta de la habitación de este el sonido de una voz femenina en su éxtasis lo descoloco, alguien acompañaba al moreno y parecía que estuvieran disfrutando de lo más lindo.

Algo dentro del blondo exploto, se sentía con iras con tristeza y se atrevió a culparlo de todos los males del mundo, la ira de saber que mientras él se preocupaba de que a ninguno de sus nakamas los tomaran desprevenidos teniendo que dejar a aquella maravillosa mujer por ello el peliverde estaba divirtiéndose, aunque también le sorprendió ya sabía que como hombre debía de satisfacer sus deseos en algunas islas pero nunca lo había pillado, y de alguna forma triste porque...simplemente porque si y ya no tenía cabeza para pensar porque demonios se hallaba triste.

-Es todo por hoy-dijo vencido-Sera mejor dormir-culmino suspirando y dirigiéndose a su habitación.


Hola personitas que leen.

Nuevo capítulo de la historia, ¿Cómo va quedando?

Gracias por leerla y sin más que decir hasta la próxima.

Todo por tu culpa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora