No, eso debió decirle, haberle empujado o por lo menos hacerse a un lado y negarle aquella propuesta, aquel juego pero la palabra no jamás fue dicha es más no dijo nada porque dejo que su cuerpo le guiara que fuera él quien respondiera al besarlo, al unir sus labios a los de Roronoa.
Ahora por su culpa daba vueltas en su cama, sabía que tarde o temprano despertaría a su nakama por no quedarse quieto pero no podía evitarlo trataba de dormir, de dejar de pensar de desconectarse pero era como siempre cuando más deseaba quedarse dormido menos podía y acababa viendo el amanecer.
Después del beso, el moreno simplemente se había separado y se había ido deseándole buenas noches para luego subir a la guarida del cuervo, desapareciendo de la visión de Sanji quien no lo admitiría pero quería que "el juego" si así iba a llamarse comenzara ya, en ese instante no dejándole con ganas.
Lo que no sabía era que el tiro le salió por la culata, en términos simples no fue el único afectado, Zoro quien quería dejarlo emocionado y alborotado termino sintiéndose igual, es que verlo ceder a su capricho y eso que solo era una respuesta simple porque lo que quería hacerle eso sí sería bueno y digno de caprichos extravagantes pero como adolecente hormonal se encontraba complaciéndose a sí mismo, después se enojaría por ceder a la lujuria o a sus instintos, sí, pero después.
La noche paso sin ningún percance, la mañana llego y con ello una vez más las cosas que cada uno tendría que desarrollar para matar el aburrimiento y cosas cotidianas hasta que llegaran a su próximo destino.
El rubio se encontraba en la cocina preparando el almuerzo, haciendo un exquisito jugo para sus damas, algunos bocadillos para sus nakamas y sin darse cuenta realmente preparo los onigiris que a Zoro tanto le gustaban.
-No importa-se dijo- Luego se los puedo cobrar.-sonrió.
Una vez terminado con esto y por supuesto sorprendiendo a más de uno, se dirigió a la biblioteca, había un libro que llamo su atención y estaba en la mejor parte cuando la fémina quien era la personaje principal, decidida y fuerte se encontraba peleando con su enemigo tenido de respaldo a su amigo quien tenía sentimientos por ella pero no se atrevía a decírselos después de todo él era un simple soldado y ella sería la futura reina del impero Troks.
Le gustaban los libros de aventuras, claro él de por si vivía aventuras pero esta vez eran con imperios no se imaginaba que algún día podía pelear contra uno pero quien sabe, y por obvias razones el amor, amor que no podía florecer pero lo hacía, amor que en medio de una guerra era la única fuente de energía para pensar en un futuro y en un mañana.
Se encontró a si mismo leyendo partes en alta voz, partes que le fascinaban o le dejan sorprendió así como partes cómicas y si las partes interesantes donde los personajes tenían sus "encuentras amorosos". Sin darse cuenta que era observado por un muy entretenido moreno al igual que un pequeño renito.
-Sanji es genial para la mímica-hablo el doctor mientras veía a su nakama adoptar una posición de batalla que seguramente era descrita en el libro.
Eso lo saco de su mundo de ensueño y fantasía dándose cuenta de la presencia de sus nakamas, enojándose consigo mismo por perderse de esa manera pero más porque le gustaba privacidad cuando leía y no imagino que precisamente Zoro lo buscara ahí en la biblioteca a pesar de que ya lo había visto ir y sacar algunos libro, al parecer al moreno también le gustaba la lectura.
-Eres realmente interesante-le había dicho el peliverde antes de salir con un libro en las manos.
-Cuando quieras puedes jugar con Luffy y los demás a las mímicas-le dijo Chopper sin maldad.
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Todo por tu culpa.
FanfictionLa amistad-rivalidad que tiene Zoro y Sanji está empeorando día tras día, los insultos están subiendo a un nivel mayor y al parecer los ¿celos de amigos también? Por necesidad y placer terminaran acercándose más después de una disculpa totalmente fi...