¿Cómo es posible?

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Hola personitas que leen, nuevo capítulo.


Tan cerca de la libertad, bueno era libre pero encontrarse en uno de los barcos de la nación de su progenitor era sentirse en una prisión, corrió divisando no muy a lo lejos el pequeño barco prometido, tan cerca cuando escucho a su espalada el sonido de personas que obviamente iban tras él.

-¡No dejen que escape!-gruño alguien pero no miro hacia atrás.

No era la voz del patriarca aunque ni en sueños la recordaba, pero sabía que si fuera él no mandaría a nadie sino el mismo lo detendría.

Los soldados se dieron cuenta de sus planes y uno de ellos utilizando una técnica extraña se adelantó y destruyo el barco, camino más despacio mirando como la tabla de salvación que tenia se hundía. No demoraron en rodearlo pero él tampoco se tardó en responderles el ataque, era consciente de que lo superaban en número, en si ese era el mayor problema porque acabar con ellos no era fácil eran demasiados y no la única oportunidad que tenía para huir había sido truncada por aquel sujeto bien vestido que lo miraba desde arriba con algo más que intriga.

Se estaba cansando, en parte el embarazo consumía una gran cantidad a pesar de tener tan poco pero el hecho de seguir peleando sin respaldo y mucho menos la menor idea de cómo escapar le agotaba física y mentalmente.

Eran formidables enemigos y notaban el menor detalle de la pelea así como el miedo impregnado en los ojos del rubio cuando algún golpe iba dirigido hacia su estómago, no era solamente por ser una parte sensible era algo más.

Su estrategia cambio y Sanji tardo en notarlo hasta que lo golpearon pero con algo de suerte solo en la boca del estómago sacándole el aire haciéndole caer de rodillas al piso en busca de oxigeno momentos aprovechados por los soldados que lo apresaron.

Por órdenes de aquel hombre, quien ahora veía de cerca mucho más bajo de altura que el de compleción estándar y una mirada obscena que le provoco un escalofrió en todo su cuerpo cuando lo mira de arriba hacia abajo como un espécimen, lo llevaron a dentro pasando algunos pasillo los cuales trataba de memorizar para poder escapar de ahí en la menor oportunidad.

Llegaron a una sala amplia y pulcra, aunque al pasar una puerta más no volvió a decir lo mismo, no era porque fuera sucia o algo pero el horroroso olor a sangre impregnado en cada parte de aquella habitación tan blanca llena de aparatos extraños y con una sencilla mesa de metal en el centro. Lo recostaron aquí dejando caer su cuerpo duramente en el frio metal.

-¡Bienvenido mi estimado señor!-dijo el hombre irónicamente mientras hacia una reverencia.

No le presto mucha atención y miro a su alrededor pensando en la manera de salir, si se encargaba de ese sujeto los guardias que seguramente esperaba a fuera de aquella puerta no tardarían en entrar, aquel lugar no tenía ventanas ni otra puerta era un cuarto cerrado casi por completo.

-Deberías se educado y responder-dijo él otro-Pero que puedo esperar de un "experimento fallido"-sonrió.

No te enojes, se repitió mentalmente, bueno si no existía otra puerta el mismo la haría, golpearía la pared para desmoronarla.

Sanji no ignoraba la presencia del otro, siempre escuchaba cada paso que daba, cada respiración y la intensidad de su mirada sobre él, sería un idiota si se perdía algún detalle pero no le daría la satisfacción de verse indefenso.

Sabía lo que tenía que hacer, era hora de actuar y si necesitaba un barco para escapar lo conseguiría, lástima que no hubiese alguna isla cerca o podría fácilmente utilizar su técnica para sobrevolar y llegar hasta ella.

Todo por tu culpa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora