CAPÍTULO 9

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Empezamos a llamarla a su móvil para ver si mejor no íbamos a su casa pero ella no respondió, tenía su movil apagado. Entonces nos obligó a ir.
Llamé a mamá para que no venga por mí, fuimos a casa de Abby junto con Ariela y Mikky.

—Puede conducir un poco más de prisa por favor. —Ariela le dijo al señor del taxi.

—Ley es ley señorita no puedo sobresaltarme de velocidad dentro de la ciudad. —Le respondió el señor.

—Entiendo. —Le respondió y luego se dirigió a nosotras. —Chicas si Abby tiene algo hay que ayudarla, puede que esté enferma. —Dijo Ariela.

—Pero para estar enferma ¿es necesario huir? —Preguntó Mikky.

—Pueda que tenga alguna enfermedad contagiosa. —Dijo Ariela y siempre con sus sarcasmos.

—Y si no es eso, ¿qué será? —Dijo Mikky.

—Eso tiene que ser, yo apuesto mis interiores de Harley Quinn. —Respondió Ariela muy seria, pero a mí se me salió una sonrisa pequeña.

—Bueno ya basta nosotros no lo sabemos y si vamos en camino es para saber que está pasando con ella, me tiene molesta. —Dije muy seria y me Crucé de brazos.

Cerré la conversación, después de 8 minutos llegamos y nos atendió la señora Becky (mama de Abby).

—Hola niñas ¿cómo están? —Preguntó sonriendo.

—Pues señora Becky muy... —Interrumpió Ariela.

—Pues muy bien señora Becky está Abby. —Dijo directa, sería, molesta y con una sonrisa fingida. A esta chica nadie la detiene.

—Ehh, pensé que vendría con ustedes. —Dijo confundida. —O puede estar ya en su habitación, pueden pasar.

Pasamos lentamente y me corrió un viento muy helado que se me erizo la piel. Quizás tengan el aire acondicionado encendido.

—Ariela puedes por favor ser más cortés en la próxima con la señora Becky. —Dije mientras pasaba mis manos sobre mis brazos.

—Lo siento pero tú sabes Romina como soy. —Dijo mientras

—Chicas dejen de pelear. —Mikky empezaba a enojarse.

—Lo siento, subamos juntas que ésta casa da miedo. —Dijo Ariela.

Subimos y al fondo estaba la habitación de Abby caminamos lentamente y silenciosamente hacia ella. Tocamos la puerta pero nadie respondió, Ariela empezaba a molestarse más de lo que ya estaba que decidió abrir la puerta tan fresca.

—Ahora si Abby que mie... —Nos quedamos en silencio al pasar desesperada parecía película de terror al no encontrar a nadie.

—Esto a una broma ¿no? —Dijo Mikky.

Pase una de mis manos por mi cabello mientras la otra estaba en mi cintura, salimos de la habitación y bajamos nos estábamos despidiendo de la señora Becky y la puerta principal se abrió.

—Hey, hola a todas que hacen aquí. —Dijo un poco sonriente, bajo la mochila de su hombro y la coloco encima de uno de los muebles, llevaba puesto el uniforme muy impecable.

—Abby llegaste. —Dijo su madre y espero que Ariela no meta la pata.

—Si ¿por qué? —Preguntó nerviosa.

—Te estamos visitando, no te das cuenta. —Dijo Ariela con sonrisa fingida.

—Ustedes son graciosas chicas, acabamos de vernos en la... —Interrumpió Ariela.

Mi Pequeña Y Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora