CAPÍTULO 23

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Alguna vez han sentido nerviosismo en cuanto te mencionan a alguien? Si, así es, hoy lo estoy sintiendo. Mi cuerpo comienza a ponerse de puntas, tenía ya meses que no recordaba de lo que había pasado, siempre lo mantuve en secreto y sin recordar para no estar mal, pero hoy, justo hoy me mencionan tan solo un nombre y me hace regresar al pasado, mi realidad... y es en dónde yo pregunto.

—¿Abby? ¿Que tiene Abby?

—Está teniendo complicaciones con su parto. —Jamás le deseé el mal a nadie y tampoco se lo he deseado a alguien. Y tampoco lo haría, y me sigo preguntando que esta pasando.

—Romina, a ella se le esta adelantando el parto tienes que venir ya. —No me considero una mala persona, tampoco le guardo rencor a nadie, pero ahora insisto con otra pregunta.. ¿Qué tengo que ir hacer allá? ¿Por qué yo? Si me despreciaron y me engañaron.. me siento entre la espada y la pared, mi conciencia y en el fondo de mi ser me dice que tengo que ir, una vez fue una de mis mejores amigas eso ya lo sé, pero una mejor amiga no traiciona por más tentación que haya en el caso.

—¿Ésto, es todo seguro? —Le pregunto dudando

—Romina con esto jamás jugaría y tu lo sabes.

—Si lo sé, solo es que ésto ha caído de sorpresa. ¿Cuando será el parto?

—Dentro de unos días. —¿Dentro de unos días? ¿cómo carajos voy hacer papeleos dentro de unos días, tengo que hacer algo de inmediato pero es ya..

—Mikky voy hacer todo lo posible para llegar a tiempo, si.

—Gracias Romina por favor ven, te cuidas.

—Tu también. —Cerré la llamada.

Ahora que voy hacer, en que me he metido, ¿quien me ayudará? Ésto es demasiado arriesgado, no es salir de tu casa ni a la esquina de tu casa, se trata de salir de la ciudad y país, regresar al país en donde te has adaptado por años, jamás me imagine que esto pasaría, ahora solo me toca empezar a coordinar, para empezar a salir, bueno quizás solo saldré
por una semana... pero ahora no se como convencer a Nathan, si me descubre todo absolutamente todo se me irá abajo, mis padres me regresarían o en este caso no me dejarían regresar aquí en Lóndres.
Llamaré a Annie para pedirle ayuda.
Pasaron 30 minutos y le marqué.

—¿Annie?

—Hola Romina.

—¿Como estás? ¿te encuentras en tu casa?

— Si, claro que si

—Annie te puedo pedir un favor.

—Claro que si Romi, en que te puedo ayudar.

—Estas segura de que puedes...

—Si, pero no sé que es lo que es.

—Necesito que me ayudes a ir a Houston por unos días. —Annie se queda en silencio por unos segundos.

—¡¡¡QUE!!! Te volviste loca...

—Annie es de urgencia, por favor. Sólo serán 5 días o quizás menos.

—Per...

—Ya sé, lo se... se que el problema es Nathan.... ¡Bien! Diremos que tenemos que hacer un trabajo en grupo y que pasaremos en tu casa una semana, de acuerdo.

—Esta bien.. te espero aquí en casa si... y espero que el plan funcione por que no tiene nada de importante en "quedarme una semana por un proyecto"

Terminé de hablar con Annie bajo a la sala, esperando a Nathan que se asome y empezar a llamar la atención para comenzar con mi plan.

El chico está demorando, me está obligando hacer caer un vaso, me dolerá pero no me queda de otra.
Camino hacia la cocina, tomo un vaso, lo lleno de agua y regreso a la sala.
»Es ahora o nunca«
Tiro el vaso con un poco de fuerza y de inmediato escucho a Nathan gritar.

Mi Pequeña Y Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora