CAPÍTULO 32

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Me siento tan viva, tan positiva, tan apreciada en todo, mirarlo a Nathan cada noche llegar de su trabajo es lo mas preciable...
Verlo entrar a mi habitacion es lo mas hermoso, verlo acercarse hacia nuestra hija es lo más tierno, y sentir la mirada tan penetradora hacia a mi es lo mas sensible que pueda hacerme sentir poniendo mi piel de puntas, sus manos tan frías pero a las vez tan cálidas son los toque mas preciables que me hacen sentir que soy suya... aunque no lo sea.

Mirarlo a sus ojos son otra de las debilidades que siento, es una sensación que no tiene explicación.

Hoy es un día especial mi pequeña Lía cumple 3 meses, cada mes Nathan, Michael y yo le compramos un pequeño pastel y lo celebramos, así que hoy comeremos pastel.

En este momento saldré e iremos por primera vez juntas con mi pequeña hacia la cafetería, quiero estar un momento fuera de aquí con ella, no había salido por la razón que he tomado éste papel de madre muy en serio, no quisiera que tan chiquita se enferme, ya sea por el sol, el frío, alergias, enfermedades que hayan en el aire y bueno... una vez dije que la llevaría al trabajo conmigo, pues no lo hice por protección, me ha costado dejarla sola con la nueva niñera, pero hasta ahora ella es muy buena con mi niña, quizás sean las cuarenta cámaras que he hecho colocar en la toda la casa en el patio delantero y trasero.

Nathan me dijo que fui muy exagerada con las cámaras, lo que no sabe él, es que e visto muchos vídeos en el Internet sobre niñeras que no tienen corazón tratando mal a los niños, bueno en fin...

Estamos saliendo de casa, el aire se siente tan bien con una brisa muy cálida, hoy he vestido a mi pequeña Pony más bella que ayer, con un pequeño vestido de color rosa y unos zapatitos hermosos de color blanco que resaltan sus ojitos de color miel. Gina su nana se quedo en casa, ahora ella se ocupa también de la casa, Nathan le preguntó si quería otro trabajo y ella aceptó y claro obviamente su sueldo subió, y es cierto lo que dice Nathan, exagere en desconfiar en ella.

Hablando de Nathan, aquella noche que me beso, fue la noche más increíble, jamás olvidaré ese día, esa noche, en que sentí sus labios, me explico fue una sola vez pero para mi siempre será única.
Sentir sus labios fue subir al cielo, le he tenido ganas, siempre, y bueno fue así, pero no he tenido la oportunidad de salir con él y hablar más sobre el beso de ese día, se que ambos queremos, se que el me desea como yo lo deseo, su mirada siempre se dirige hacia a mis labios, pero siempre se detiene.

Observo a Nathan por las noches en el teléfono, siempre está preocupado, aveces quisiera preguntarle si todo esta bien, pero me detengo al ver que se altera muchísimo, ahora me pregunto si él seguira con la postizos. Un día lo escuché hablar por teléfono en dónde el decía con una voz resonante "Si, todavía te sigo amando" acepto que mi corazón se hizo pequeño pero no tomé mucho en cuenta sobre el tema, ya que después volví a escucharlo a decir "Sólo no me hagas ésto" entonces me aleje un poco, pero él no deja de mirarme con unos ojos que no me da opción de también mirarlo de la misma manera sonriendo y bajando la mirada.

Me encanta pero no quiero entrometerme.

-¡Romina! -Escucho y observó quien quita de mis pensamientos y es la chica de la cafetería.

-¡Hola! ¿Cómo estás? -Me encuentro en la cafetería en la que hace meses vine aquí sóla pero hoy me encuentro con mi bebé.

- Yo muy bien pero tu... ¿Que pasó? Jamás te vi con pancita de embarazada, es muy hermosa. -Nunca había estado en una situación como ésta, me refiero a que...¿Qué digo ahora? No es mía, pero para mí es mi todo, ella no tiene a su mamá en este mundo, pero yo la estoy cuidadando, entonces ¿Cómo y porqué negarla?

-Ehh.. Si, es mía. -Le sonrío a Katalina.

-¿Estás segura? -Le sonrío nuevamente, pero mi cara dice otra cosa.

Mi Pequeña Y Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora