CAPÍTULO 38.

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Estoy sentada mirando hacia a la nada, me siento muy estúpida de haberle dicho todo a Nathan, si así de estúpida me siento, porque me he enamorado de él y quería sentirlo (de esa manera tan romántica como en las películas), estar recibiendo su calor, sentir su olor y sentir su respiración que sobrepasa ¡Dios! Esto es tan difícil, como puede gustarme alguien tanto.

Puedo imaginarme durmiendo sobresu pecho, de una manera que dos personas saben y sienten como es, pero también está otra parte de mi que no es correcto, no es correcto seguir en un mundo en donde tenga un pensamiento pobre, ni siquiera piensa en mí, en nuestro bienestar...

Si gusta de mí porque no saltamos al siguiente paso, no estoy apresurada pero debería mostrar un poco más que está interesado en mi, debería entender mis pensamientos, está bien entiendo que los hombres no piensan igual que nosotras las mujeres, y odio cuando nos tratan de locas sin saber que tenemos la razón pero también entiendo su trabajo y su tiempo que debe dedicarse a él mismo, pero porque tanta desesperación en mí, porque todo es complicado. ¡Carajos!

-Ma, ma ma. -Lía se encuentra conmigo desayunado, adoro cuando me llama mamá, mi debilidad está con ella.

-Amor bello, lo siento por hacerte esperar con tu comidita. -Ella aún no habla pero lo intenta. -Haber amor diga "Ahh" -Lía es una niña muy activa, como dije no habla pero entiende, se que aprenderá muy rápido con su lenguaje de pequeñín. Lía abre su pequeña boquita, su boquita gordita, su boquita de labios rosados.

-Buenos días. -Una voz se escucha, una voz ronca que hace temblar mi mundo, es del chico que siempre pienso, el chico que vive bajo éste mismo techo, y está junto a nosotras en la cocina.

-Buenos días Nathan. -Le respondo con todo el respeto, pero he sentido algo muy feo dentro de mi, su manera tan fría de saludar y no mirarme a la cara.

-Pa, pa pa pa. -Lía se desespera al ver a Nathan estirando sus brazitos, él se acerca a ella y le da un tierno beso en la mejilla.

-Buen día mi amor, te portas bien nos vemos en la noche. -Miro a Lía y ella hace pucheritos, acaso ella ya entiende el "nos vemos en la noche" Nathan toma sus manitas y las besa haciendo sonar fuerte su beso.

-Pa, pa pa pa... - Lía hace lloriqueos pero me he fijado que Nathan tiene una pequeña magia que logra que deje de llorar, es algo que no lo había tomado en cuenta tan profundo.

-Angelito te quedarás con mami, ella te cuidará sí, yo vendré en la noche y veremos alguna película de bebés. -Nathan me mira fijamente con una sonrisa y mi autoestima sube nuevamente, pero finjo y bajo la mirada tratando de tomar un poco de comida con la cucharita de Lía. -Las quiero tanto, tengo que irme.

Me levanto de primera a lavar los instrumentos de comida de Lía, mientras él sigue hablando con ella.
Nathan luego se levanta, se acerca hacia a mí y se queda parado viéndome mientras dejo todo limpio.

-Hhrrmm. -Nathan hace un pequeño sonido con su boca para hacer notar que está ahí. -No vendré ésta noche, estoy aquí dentro de tres días. -Me quedó en silencio, queriendo preguntar qué es lo tiene que hacer pero me limito. -Por favor cuida a Lía y te cuidas tu también. -Admito que tengo miles de pensamientos que no son nada buenos.

-¡Está bien! Que te vaya bien Nathan. -Giro un poco mi cuerpo para mirarlo. -Estaremos bien... tú. -Asente fuerte. -No te preocupes.

Nathan no responde más, se retira de la cocina dejándome una mirada muy seria. -El mundo se me viene encima no saben cuánto me duele todo ésto, y no entiendo que me pasa, me siento débil.

Mis lágrimas empiezan a correr por mis mejillas, no encuentro el porque lo estoy haciendo, no entiendo porque me duele tanto, no entiendo porque me está sucediendo

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⏰ Última actualización: Nov 02, 2018 ⏰

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