CAPÍTULO 21

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Me siento tan rendida son las 11:44pm, mañana saldré un rato a la calle a escondidas de Nathan este chico últimamente se cree padre, ni el señor Eliott se porta como este demente bueno es mas nunca lo veo.
Acabo de salir del baño tan sólo tengo un short muy pequeño y una blusa corta ésta es una pijama muy pervertida, pero últimamente empiezo a sentir calor en temporadas como estas que hace mucho frío, es algo raro muy raro.
Tomo mi computadora portátil y empiezo a buscar en mi cuenta de Netflix alguna película, pero antes de que empiece me ire a preparar unas palomitas de maíz con mantequilla.
Me coloco una bata encima de mi pijama y voy de inmediato a la cocina, empiezo a buscar el bendito empaque en donde salen esas palomitas, supongo que estoy poniendo todo de cabezas, tomo una silla y subo a revisar encima de los anaqueles.
Con mucho cuidado abro cada uno de ellos.

—Pero sólo ésta cocina tiene demasiados anaqueles lleno de cosas que en este momento no las necesito. —Frunci un seño y me bajé del sillón empecé a buscar por los anaqueles de la parte de abajo ya empizo a desesperarme más... mientras hacía más desorden. —Y al fin, las he encontrado. —Reí sarcásticamente.

Acaso aquí roban las palomitas de maíz, digo porque lo acabo de encontrar sobre un anaquel que tiene muchos cartones y están sellados.

Camine por toda la cocina buscando algo mas.. —No discutire conmigo, me los prepararé de inmediato, pero... —Hice una pausa. —Ahora ¿Donde esta el microondas? —Me acerco al mesón grande que se encuentra justo al frente, me apoyo con una mano sobre el mesón y la otra con mi cadera, mi cabello esta achinado de tanto buscar y caminar de un lado a otro, de repente con mi torpes de siempre, claro, se cae un vaso.

—Ay niña, que impaciente eres. —Me gire de inmediato dando un brinco por el susto del idiota de Nathan que esta justo en el marco de la entrada de la cocina.

—¿Que necesitas? —Dije dando una sonrisa forzada.

—A ti... —Murmuró colocándo sus manos sobre su boca.

—¿Que Dijiste? —Levante un poco la voz.

—Atún... Vine a prepararme un sándwich de A-T-U-N, con una taza de cafe hace mucho frío eh...

—Ahh si. —Dije seria y levante un poco la ceja. —Bien adelante.

—Gracias y tu... —Hace un pequeña pausa señalando con su dedo índice hacia el mesón. —¿estabas?

—Preprando unas Palomitas de maíz. —Se sorprende pero tan sarcástico.

—Pero.. —Empieza a caminar por la cocina. —No huele a quemado. —Sonríe.

—Ja ja ja.... pues, no encuentro el microondas. —Este soltó una carcajada de risa.

—¿Cuál es la risa? —Dije seria

—Preciosa todo lo tienes justo al frente, esta justo allí cubierto con esa tela de flores.

—Ah.. —Pase mis manos por mi cabeza, sientiendo verguenza. —Oh si, ya lo había visto.

—¿Segura? —Dice mientras empieza a preparar su Sándwich.

—Muy segura. —Tomo las palomitas y las pongo a cocinar en el microondas.

Mientras corren los tres minutos empiezo a buscar en el refrigerador una soda, paso a ver por una copa, Nathan me observa y toma también una colocandola alado de la mia. Haciendo tomar en cuenta que también desea, mientras le sirvo lo observó detenidamente y a la vez desafiandolo.

Mientras estoy colocando soda en una de las copas, suena la bendita alarma del microondas.

—¡¡¡Mierda!!!

Mi Pequeña Y Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora