CAPÍTULO 19

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Siempre pasa lo mismo de levantarme un poco tarde o bueno a la hora que no es, o quizás si, ¡si siempre me levanto tarde!, ahora estoy corriendo apresurada por toda la habitación buscando sandalias, poniendome los jeans, una remera.
Bajo las escaleras muy apresurada con mucho de temor de caer, salí de la casa sin molestar a nadie hoy desayunare en la universidad no quiero que nadie me dañe ésta felicidad.
Cambiando de tema, esto me pone de lo más feliz en serio jamás en la vida pensé que tendría cambios, es una excelente carrera me pongo a pensar y es una de las carreras que muchos quisieran tener, psicología es muy hermosa es una de mis favoritas pero pensandolo bien ahora que estudiaré Medicina todo será mejor, tendré más futuro ayudaré a muchísimas personas y me esforzare para ser una excelente doctora, wow aún no lo puedo creer.

Estoy fuera de casa esperando a Arthur pero acaban de pasar 20 minutos y éste chico que se supone que tenia que venir a verme a las 7pm pero ya está empezando mal, a lo mejor hoy me iré caminando. -Hice un bufido torciendo mis ojos.
Mientras caminaba para tomar un taxi, sentía que alguien venía siguiendome, no mire hacía atrás sólo caminaba pero empezaba a ponerme nerviosa, seguía detrás de mi, agarré bien fuerte mi bolso y....

—Aarrhhh... -Grite por culpa de la bocina que acaba de hacerme saltar del susto. Me giro pero no logro ver bien quien es, pero la puerta del carro se abrió en segundos mientras salía lentamente un hombre todo bien vestido.

—Vas tarde niñita. —Mierda, siempre es éste que solo pasa molestando.

—¿Nathan que es lo que te pasa?. —Pregunté un poco nerviosa al verlo mientras caminaba hacia a él.

—Yo... —Tocó su pecho con su mano derecha pero luego en segundo se acomoda la corbata que lo hace ver sexy. —Voy hacia a mi trabajo, ¿por qué? Acaso quieres que te lleve. —Dijo acercandose hacia a mi.

—Yo... jap... no, puedo ir sin problemas a la Universidad.

—Bien me iré. —Se dio la vuelta dando pequeños pasos hacia su auto, y yo quedando parada mirandolo como una niñita boba.

—No, espera. —Reaccione después de unos segundos.

—¿Perdon? ¿Es a mi? —Sentía que estaba bromeando, pero no Romina tu eres una niña muy seria.

—Si a ti. —Le dije sin saber que más decir.

—Que pasa preciosa. —Mi piel se puso china apenas me llamó así, juro que si estuviera en agua helada en segundos se pusiera caliente, ya se que exagero pero tengo mi cuerpo caliente Dios. —Estás un poco callada, acaso ¿quieres dar una vuelta conmigo?

—Ehh... —No sabía que decir.

—¿Nerviosa? —Preguntó abriendo la puerta y una sonrisa conquetona se le asomó dejando ver sus irresistibles dientes perfectos y blancos.

—Yo... jajaja. —Solté una risa. —Jap, no niñito engreído.

—Acabas de reírte, bueno me tengo que ir al trabajo. —Bien hecho Romina, ahora tendrás que irte sola. El idiota está empezando acelerar, pero en segundos estaba junto a su auto al frente mio. —Será mejor que subas, después me arrepentiré, y si te llegan a robar... Yo seré el culpable.

—Que amable gracias. —Más fingido no pudo ser ese agradecimiento por parte mía.

En mi vida pensé irme a la universidad con este tipo, me siento bien apesar de discutir siempre con él, hoy me siento muy bien, no fue mala idea subirme, lo miro y siento que se da cuenta que lo estoy observando demasiado, pero en serio es irresistible tiene unos labios rosaditos y comestibles, últimamente empiezo a verlo diferente, sintiendo que lo necesito. 》Romina ya basta, eres muy niñita para él《
Pero en serio lo necesito, siento que me está empezando a gustar, apesar de sus estupideces e idioteces, aveces a nosotras las mujeres nos gusta así los hombres vestidos de bestias, porque sé que en el fondo son los hombres con más sentimientos y que cuidan de nosotras.

Mi Pequeña Y Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora