Luego de otra noche sin dormir llegó aquel día que deseaba que nunca hubiese llegado: Viernes. Mis ojeras eran casi tan grandes como el cargo de conciencia que no me había dejado conciliar el sueño, no me quedó de otra que levantarme para ir a la escuela. Mamá no se encontraba en casa, probablemente se amaneció en alguna de sus "salidas" así que no necesité pasar por su habitación a saludarla.
Luego de darme una ducha rápida bajé a la cocina y desayuné solo una taza de café para luego dirigirme al lugar donde me encontraría con el ingenuo pelirrojo, me sentía muy mareada, como si fuera a perder el equilibrio en cualquier momento.
Llegué a la escuela e ingresé al aula, ignoré las miradas de mis compañeros y las risas por parte de Chloé debido a mi aspecto, caminé hasta mi lugar tratando de disimular mis mareos —lo cual no resultó— y dejé mis cosas a un lado, Nathanaël me observaba de forma extraña.
—¿Estás bien?
—Sí —contesté con un tono seco, he notado que casi todos los días me hace esa pregunta.
El chico asintió y siguió mirando a la nada con un aire pensativo, probablemente estaba pensando en qué es lo que le diría a Marinette hoy por la tarde.
—¿Ya le dijiste que fuera al parque? —pregunté captando su atención.
—Aún no... —contestó con una sonrisa nerviosa.
Suspiré y rodé los ojos, por lo menos queda una esperanza de que la chica de cabello azulado tenga planes y no pueda ir.
—Ahora mismo se lo preguntaré —añadió el pelirrojo levantándose de su lugar.
Pude ver como el chico dudó un poco antes de seguir caminando, giró la mirada hacia mí y le dediqué una pequeña sonrisa indicándole que siga haciéndolo. Soy una mala amiga, no puedo evitar ayudarlo por más que quiera parar de hacerlo.
Nathanaël llegó al lugar de Marinette e intenté estar lo más atenta posible a lo que decían, lo único que podría solucionar todo esto es que Marinette esté ocupada esta tarde.
—H-hola Marinette —dijo el chico un poco sonrojado.
—Hola Nathanaël ¿Sucede algo?
—Me preguntaba si tienes planes esta tarde...
Mis latidos se aceleraron y se me erizó la piel, por la gran "suerte" que tengo supe muy dentro de mí cual sería la respuesta de Marinette.
—No, ninguno —contestó la ojiazul con una sonrisa.
Adrien miraba de reojo a ambos chicos, no parecía sentirse muy cómodo con aquella conversación.
—Entonces... ¿Podríamos vernos en el parque que se encuentra cerca de la escuela? Me gustaría hablar contigo... —preguntó con un poco de timidez.
—Está bien ¿Puede ser a las cinco?
—Sí, por supuesto.
El pelirrojo regresó a su lugar con una sonrisa, pude ver a lo lejos que Adrien hablaba con Marinette sobre lo sucedido.
—Lo logré —dijo Nathanaël aún desbordando alegría.
—Que bueno —contesté sonriendo de lado.
Pasaron las horas —en las cuales no pude evitar quedarme dormida— y comenzó el receso, sentí que Nathanaël movió mi brazo con suavidad para que despertara. Bostecé y me froté los ojos para luego dirigir la mirada hacia sus ojos turquesas.
—Juleka, te noto muy extraña.
—¿Tienes algo de comer? Tengo mucha hambre, no he desayunado —pregunté repentinamente tratando de ocultar la razón por la cual me sentía mal.
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La Chica de las Cortadas [Julenath]
FanfictionMi nombre es Juleka Couffaine y hace no mucho cumplí los dieciséis años. Como se imaginarán oculto mi soledad, tristeza y desesperación bajo las largas mangas de un suéter. Poemas, un poema más a mi colección por cada vez que me encierro en el baño...