Mientras caminábamos noté a Nathanaël algo pensativo, por un momento pensé en preguntar pero preferí quedarme callada.
—Si fueras una villana... ¿Como te llamarías? —preguntó con curiosidad.
—¿A que viene esa pregunta?
—Solo me gustaría saberlo —respondió con una sonrisa— ¡Vamos! Solo di un nombre.
—Ok... ¿Reflekta? No lo sé, suena un poco tonto.
—Genial, ese será tu nombre en mi cómic.
—¡Oye! ¡Solo estaba bromeando! —exclamé riendo para luego darle un pequeño empujón.
—Pronto te mostraré tu apariencia como villana, "Reflekta" —dijo con un tono burlón.
—Eres un idiota, Kurtzberg —contesté con una sonrisa.
Luego de varias cuadras llegamos a mi casa, ambos nos veíamos notoriamente cansados. Al abrir la puerta oí la televisión encendida, mi madre se hallaba sentada en el sofá con un vaso de lo que parecía ser whisky, nos miró durante unos segundos y volvió a dirigir la mirada hacia el televisor. Nathanaël estaba muy pálido, parecía asustado.
—Está muy entretenida, subamos —susurré en su oído.
Ambos nos dirigimos a las escaleras, a mitad del camino oí la voz de mi madre.
—Voy a salir en un rato, ve al supermercado y haz las compras, cuando vuelva quiero encontrar absolutamente todo.
Asentí a pesar de que ella no podía verme, Nathanaël se veía muy nervioso, como si lo que más deseara fuera ser tragado por la tierra. Ya en mi habitación nos sentamos sobre la cama.
—Mi madre es más despreocupada de lo que pensabas ¿Verdad? Ni siquiera le importó verme contigo.
—Admito que me asusté bastante, aún sigo temblando —contestó sonriendo de lado.
—Oh... tranquilo —dije mientras acariciaba su cabello.
Tuve una sensación extraña en uno de mis antebrazos, al darme cuenta de lo que era abrí los ojos con sorpresa y rápidamente subí la manga de mi suéter.
—Mierda.
Las cortadas que realicé hace unas horas en la escuela estaban sangrando, no me atrevía a levantar la cabeza y mirar a Nathanaël pues esto confirmaría que le mentí.
—¡¿Necesitas ayuda?! —preguntó alterado.
Negué con la cabeza, sin decir más me levanté y fui a paso lento hacia el baño.
—Espera —dijo el pelirrojo también levantándose— No quiero dejarte sola.
Limpié y curé mis heridas ante la atenta mirada del pelirrojo, finalmente cubrí mis antebrazos con vendas. Su mirada reflejaba algo de decepción.
—Mentiste...
—Lo hice porque no quería que te preocuparas por mí —dije bajando las mangas del suéter— Y si te lo preguntas, también me estuve cortando en las piernas.
Se quedó sin palabras, por un momento pareció querer hablar pero no se atrevió a hacerlo. Regresamos a mi habitación y oímos un portazo venir de abajo.
—Seguramente se fue con sus amigos, siendo sincera me tiene harta —dije refiriéndome a mi madre— Odio que haya cambiado tanto desde que mi padre fue a prisión, se convirtió en una desconocida para mí.
—De verdad, no me imagino como ha de ser tener una madre así.
—Es horrible, no se lo deseo ni a mi peor enemigo.
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La Chica de las Cortadas [Julenath]
FanfictionMi nombre es Juleka Couffaine y hace no mucho cumplí los dieciséis años. Como se imaginarán oculto mi soledad, tristeza y desesperación bajo las largas mangas de un suéter. Poemas, un poema más a mi colección por cada vez que me encierro en el baño...