Capítulo XVll - "El demonio que se amaba a sí mismo."

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— ¡Adiós, Chio-bāsama! —se despidió Gaara, dejando la casa de los hermanos honorables con su tío, Yashamaru, quien lo veía con una sonrisa relajada. Tenía unas bolsas bajo los ojos notables; pero Chiyo, aunque no quiso pensar mucho en el asunto...

Esa tonalidad rosácea en su esclerótica le indicaba que había otra razón más allá del cansancio.

— ¡Adiós, te cuidas! Recuerda lo del simulacro. —contestó Chiyo, agitando una mano.

— ¡Ajá!

Era ya quince de mayo.

Yashamaru había regresado de su misión, y por lo tanto, se quedaría con Gaara aproximadamente una semana; hasta que el Kage le diera otra misión.

— Hace tiempo que no pescamos juntos... ¿Quieres pescar? —ofreció Ebizō, tendiéndole una caña de pescar con su mano derecha.

La abuela la tomó con una sonrisa cansina.

— Claro, vamos. —aceptó, yéndose hacia su zona de pesca, seguida de su hermano.

— Te pido que no te hagas la muerta. Por favor, hermana. —pidió en tono de broma el tío de Sasori.

— No te prometo eso. —respondió

A inesperado final, cansina sonrisa.

[ ... ]

— ¡Sí..! —exclamó Sakura alegre.

Hoy era quince de mayo. ¡Un día más cerca de su ida a Suna!

Ya había logrado, en la medida de los infantilmente posible, el ejercicio de caminar en el agua.

Hoy practicarían con las marionetas. Una razón más para alegrarse,  ya que el entrenamiento con títeres era de sus favoritos, junto el de taijutsu.

— Además de marionetas y taijutsu, te tocará introducirte en el ninjutsu, a parte de las clases teóricas sobre éste.

— ¿Al fin ninjutsu? —preguntó la pequeña con los ojos brillantes.

— Sí. Ninjutsu. También planeo practicar con origami. Alguien aprenderá a hacer una mariposa de origami... —insinuó la amiga de Nagato.

Sakura asintió con vehemencia. Muy de acuerdo.

Konan tomó la bolsa con piezas de madera y la puso sobre su hombro, al ser la adulta, llevaba lo más pesado. Su hija, en cambio, llevaba un par de pergaminos y hojas de papel. Siendo éstos mucho más ligeros.

Salieron de casa hasta llegar a su concurrente lugar de entrenamiento.

Un claro cerca del arroyo. Así, como su nombre lo indicaba, era un claro. Con hierba verde, algunas flores que comúnmente se le decían "flores de hierba" ya que eran pequeñas flores que apenas y sobresalían sobre la susodicha.

Aunque el lugar tenía unas hormigas del infierno que hacían, con sus picaduras, que la experiencia de la estancia en el lugar no fuera tan placentera.

— Bien. Lo primero que haremos será practicar con las marionetas. No te preocupes, Chiyo-bāsama me dejó las explicaciones escritas.

Una ola de alivió inundó el ser de Katsura.

Las explicaciones de su mamá no eran exactamente las mejores; usando eufemismos...

— Ajá. Y, ¿luego, Koan-okāsan?

— Origami. Después de eso sería estudiar más ninjutsu, practicar tu taijutsu, repasar genjutsu, y, al final del día, tener tus clases teóricas. Ése es el plan al menos por hoy. Mañana ya tendremos sólo práctica y nada teórico aparte de las clases. —decretó la nativa de la Aldea de la Lluvia.

Hija de Akatsuki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora