Capítulos XXI - "Aventura de Uzumaki, I."

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Y ahí fue una de las primeras aventuras de Sakura Uzumaki.

Estaba en la sala, recién había dejado una nota en la parte de abajo de el refrigerador.

“Saldré un momento, por favor, no me busquen, volveré antes del almuerzo. ” —Sakura.

Sí, como toda una adulta. La nota tenía sus desperfectos, pero en general, estaba legible.

Vio en su pequeño reloj de mano la hora.

Cinco de la mañana. El almuerzo era entre las doce y media y una de la tarde.

Tenía tiempo.

Las calles estaban desoladas, considerando la hora.

Sakura había desayunado un sándwich que le pidió a su mamá que le hiciera ayer por la noche, pero no se lo comió. También llevaba algunos dulces que Chiyo-obāsama le había dado, y su pequeña botella de agua estaba llena.

Estaba súper preparada.

En su pequeña mochila cargaba frascos, pinzas, lápices, papel, una mini lupa e incluso un poco de dinero, que se había ganado por portarse bien como regalo de Ebizō.

Para este día, incluso aprendió como hacerse una coleta sola.

Su cabello, que ahora lo llevaba hasta media espalda, estaba en una coleta. Sí.

Veía todo con sus ojos verdes curiosos. Como ninja en crecimiento, sabía que el mundo era cruel, a su manera, así que tenía cuidado de no tropezarse.

¡Quién sabe que criaturas malvadas se esconden debajo de esas piedras!, pensó.

Ella era aún una niña inocente, después de todo.

[ ... ]

Sakura podría haber dejado todas las notas que quisiera, incluso podría inundar el mundo con notas, si deseaba.

...

Pero nada apacigua la preocupación de una madre.

Konan estaba corriendo por toda la casa, imaginando escenarios prácticamente imposibles.

La preocupación afecta el sentido de la lógica.

Sino, ¿porqué alguien imaginaría que Sabio de los Seis Caminos  revivió sólo para raptar a tu hija?

Los demás residentes no entendían la razón detrás del nerviosismo y ansiedad que la antigua Akatsuki prácticamente expelía.

Estaba intentando calmarse, para luego, tranquila, comenzar a pensar haciendo uso de la razón.

— ¿Te comiste algún cactus camino acá, Konan?

— ¡No lo hice! Pero, Sakura-

— ¿Se fue?

— Sí...

La sala en la que estaba se sumergió en un mar de silencio.

— ¿Qué?

— ¿Qué...?

— ¿¡Qué!?

— ¿Qué demonios?

El último "qué" había sido Gaara.

— La casa estaba silenciosa... Yo pensaba que estaba dormida. —murmuró Ebizō.

— Imposible. Sakura es del tipo mañanero. —reiteró Chiyo, negando con la cabeza. Akemi apoyó lo dicho con un asenso.

— ... Oí a Sakura murmurar algo ayer, mientras practicaba con el origami. —musitó el jinchūriki del Ichibi.

Hija de Akatsuki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora