Tocó la puerta con timidez.
Sabía que eran las diez y media de la mañana, había venido a tiempo, pero... ¿Su madre no estaría enojada?
No es que antes se puso a pensar en detalle todas las consecuencias, sólo digo.
La puerta, muy a su bendición, fue abierta por un taciturno Gaara.
— Llegaste antes de lo esperado. Entra, Saku. —dijo, dándole espacio suficiente para pasar a la casa.
— ¿Y bien?, ¿conseguiste lo que querías? —le cuestionó caminando con ella a la sala de estar. No contestó.
Sakura estaba nerviosa, pero no quería hacer preocupar a su acompañante. Además, tenía que mostrarse fuerte. Acababa de regresar de su primera misión.
Sintió una mano cálida tomar la suya.
— Estás nerviosa. —afirmó el jinchūriki. La de cabello rosa volteó a verlo, inmediatamente, intentó explicarse.
— ¿Porqué lo estás? Nadie está enojado contigo. —aclaró Gaara, viéndola desde arriba. Era unos escasos centímetros más alto. [*]
— ¿En... En serio?, ¿ni siquiera Chiyo-obāsama?
— No, ni ella. —confirmó el hijo de Rasa, dándole un apretón amistoso en la nariz. Ella, en respuesta, infló sus mejillas.
— ¡Ouch, Gaga, duele!
— Es una tradición familiar. —se excusó Gaara.
— ¿En realidad? —interrogó Sakura, aún tomada de la mano.
— Por supuesto. Por cierto, ¿quieres practicar tu origami? Chiyo-obāsama compró algunas hojas.
— ¡Claro, vamos! —ahora con más confianza, Sakura se adentró a su hogar jalando al varón más alto.
— Espera ahí, pequeña.
Era la voz de Akemi, sonriendo ladina.
— ¿Qué? El almuerzo está puesto ya. ¿Acaso no piensas contarnos tu maravillosa aventura? —bromeó, aunque estaba sinceramente interesada.
— Ya veo. —musitó Gaara, esta vez fue su turno de jalar a Sakura a través de la casa hasta llegar al comedor.
— ¡Gaara, te tardaste! —regañó Chiyo.
— ¿Porqué estamos almorzando tan temprano? —el mencionado hizo caso omiso del regaño y cuestionó a su madre adoptiva.
— A... Ah, por... nada, en especial. —habló la mayor señalando dos asientos a su izquierda.
— Vengan a sentarse. Saku-chan, ven.
Ambos niños se sentaron juntos, aún cuestionándose sobre el porqué del almuerzo siendo aún las diez de la mañana.
No es que Chiyo iba a confesar que Akemi, Konan y ella comenzaron a cocinar antes para que en cuanto llegará Sakura, interrogarla implacablemente en el almuerzo...
— Hoy comeremos ramen casero. ¡Con todos los nutrientes para su crecimiento! Por cierto, Konan, ¿le estás dando su suplemento vitamínico a Sakura?
Ante la mención del suplemento, la hija de Konan arrugó el rostro.
— Eso sabe horrible, abuela.
— ¡Pero ayuda a tus huesos, señorita!
— Por supuesto que se los he dado. El entrenamiento de taijutsu afecta el flujo normal del crecimiento del cuerpo, a tan corta edad, así que te doy eso para que crezcas normalmente. —se explicó el ángel de Ame.
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Hija de Akatsuki.
FanfictionKonan nunca esperó que de su amorío con Pain naciera la salvación de todo el mundo ninja. Una historia dónde Sakura es la hija de dos akatsuki. ¿Se quedará en Akatsuki o...? Una historia llena de giros para la vida de Sakura. Crédito a todos los c...