La Mentira

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Cuentos del PastorMENTIRA DEL MENTIROSO

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Cuentos del Pastor
MENTIRA DEL MENTIROSO

El factor sorpresa se dejó notar; no hubo previo aviso, ni siquiera una mínima advertencia de lo que pasaría esa noche.

Me fui a dormir calmo,sin esperar nada especial; y en esa actitud incauta, me sobrevino rápidamente el sueño.

Mi habitación pareció envolverse de una atmósfera oscura; no era la primera vez que ese tenebroso visitante me inquietaba con ataques de terror nocturno, pero esta vez me fue difícil distinguir si en verdad dormía o estaba despierto.

Con veloz movimiento se dirigió hasta la cabecera de la cama, y paralizándome de miedo, me tomó con sorpresa de mis cabellos sin que pudiera hacer nada.

El dolor del jalón se minimizó con mi adrenalina; literalmente estaba levantado de los pelos, y a medio metro del suelo.

Su risa burlona festejaba el momento, y con una determinación furiosa me llevó afuera, a la entrada de la casa.

—¡¿Así que eres cristiano?!— Preguntó amenazante. Y luego agregó:

—¡Yo voy a mostrarte quién es tú Dios!—

Con la misma velocidad que me había sacado, me introdujo de nuevo en la habitación, pero esta vez la misma estaba completamente vacía. No había muebles, ni pertenencias, nada.

—¡Este es tú Dios,la nada misma!, ¿Puedes verlo?, ¡Nada! ¡No hay nada!—Dijo desafiando mi más fuerte creencia.

Quedé paralizado, sin poder responder palabra; ¿qué podía decir?

Sabía que sólo la fe,la verdad y la integridad me darían confianza. Si decía que allí había algo o alguien, mentiría y terminaría derrotado preso de su juego.

Fueron segundos que se transformaron en minutos eternos; tenía que sostener mi fe en lo invisible, aún cuándo no sentía ni veía absolutamente nada; y en ése momento de inaudita impotencia, su Presencia y su Gracia se mostró con una simple frase a mi mente; el susurró:

—el es padre de mentira...

Con una gigante certeza grité airoso:

—¡Tú eres un mentiroso, padre de toda mentira! ¡Mi Dios es real! ¡No importa lo que tú me muestres, nada de esto puede ser verdad!

De repente, todo volvió como al principio, estaba en mi cama y mi respiración encontró su ritmo así concilié el sueño; el momento había terminado, y lo que empezó como una pesadilla fatal, se convirtió en una gloriosa victoria inesperada.

He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí.
Isaías 12:2


Isaías 12:2

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