Vestido Blanco

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Una pequeña niña fue llevada por su tía a la iglesia, ahí Dios tocó su corazón y aceptó a Jesús como su salvador.

Llegando a casa ella habló con sus padres diciendo:Papá, mamá,permítanme que sea cristiana.

El Padre y la madre le contestaron: ¡Jamás,nosotros somos de otra religión!

Ella aún así insistió tanto que los padres con la idea de que con el tiempo y los obstáculos desistiera aceptaron diciendo:Con una condición ¡Cada vez que vayas al culto al llegar a casa recibirás una paliza!

Ella contenta por el permiso les dijo:¡Esta bien!

De modo que cuando ella iba al culto y regresaba a casa, recibía una paliza,la cual ella aguantaba por amor,iba al culto,adoraba a Dios y recibía palabra impartida durante la prédica, pero cuando llegaba a casa, otra paliza le esperaba.

Su tía le dio un vestido blanco y ese día, en el culto, cantó una alabanza especial frente a los hermanos de la iglesia, ella en ese momento tenía 12 años de edad, ella había estado asistiendo a la iglesia durante un año, el mismo tiempo que tenía de convertida al Señor.

Cuando el culto terminó, ella se quedó con las amiguitas,todos estaban felices y gozosos, pero el padre de ella la vio a lo lejos y envalentonado por el alcohol, borracho, se acordó de la inconformidad que sentía por el camino que su hija había tomado,le hirvio la sangre,cada paso que daba hacía la niña su enojo aumentaba, se aproximó hasta ella con furia y la golpeó duramente, sin importarle que estaba en la iglesia frente a los miembros de esta, quiénes impotentes trataban de arrebatar a la pequeña de sus brazos, en el forcejeo él le pegó con fuerza mandandola al suelo, provocando que la niña se golpeara la cabeza en el borde de la acera, la pequeña quedó muy lastiada.

Arrestaron al padre, unos hermanos de la congregación pedían ayuda, otros oraban, otros marcaban a la ambulancia, todo era confusión.

Entonces, la tía y el pastor tomaron con cuidado a la niña y metiendola al interior de la iglesia, la colocaron en una banca, le quitaron su vestido blanco dejándola tan solo con el camisón que traía bajo el vestido, revelando moretones que comenzaban a formarse en su cuerpecito.

La pequeña a momentos perdía y recuperaba la conciencia, en sus momentos de lucidez ella hablaba y decía:
¿Pastor dónde está mi vestido?

El pastor le decía:olvida el vestido hija mía, está todo manchado de sangre,mantente firme, aguanta que el médico está llegando.

Ahí la pequeña volvía a desmayarse, luego despertaba de nuevo y preguntaba por su vestido.

-Tía,Pastor,denme mi vestido,yo quiero mi vestidito blanco.

Ellos le decían: olvida el vestido,está todo sucio.

Eso aconteció cinco veces más, en la quinta vez que esto aconteció la niña añadió:

-Pastor yo estoy viendo a Jesús allí de pie, y Él me está diciendo que me va a llevar ahora, por favor, por el amor de Dios, deme mi vestido blanco.

-Oh ¿Por qué ha pasado esto? decía la tía afligida

El pastor fue y cogió el vestido y se lo entregó a la pequeña, ella abrazó el vestido y fue cerrando los ojitos por última vez en esta tierra, y el pastor consternado preguntó: ¿Por qué quieres tanto ese vestido?

Las últimas palabras de ella fueron:

-Yo quiero entrar con ese vestido sucio de sangre al cielo, para mostrar a Jesús, que así como un día el sangró por mí, yo también sangré por El...

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