¿La Culpa La Tiene El diablo?

6 0 0
                                    

Cuentos del Pastor
EL ENEMIGO DE EDUARDO

Eduardo llegó esa tarde a la iglesia, como todos los jueves de reunión.
Escuchó la prédica, y se levantó para pedir oración al final del servicio.
Puesto en pie en el altar dijo:
-Pastor, necesito que ore por mí. El diablo me tiene acosado por todos lados. Tengo muchas luchas espirituales en mi casa: con mi madre, con mis hijos y con mi hermana. Lo que estoy viviendo es: ¡Un infierno Pastor!

Escuché atentamente las palabras de Eduardo, y le dije:
-Parece que estás muy convencido que es el enemigo quién te hace todas estas cosas...

-¡Si! Si Pastor, ¡ya no se qué hacer para que me deje tranquilo! Respondió Eduardo.

-¿Y qué te hace pensar eso? Inquirí.

-Todo Pastor. Mi mujer se fue con otro hombre, y me dejó los niños. No consigo trabajo, y estoy discapacitado para muchas actividades físicas. Mi hermana pelea todo el tiempo conmigo, y trata mal a mis pequeños. Mi madre no entiende que debe ayudarme... ¡Es el diablo Pastor! ¡Es el diablo! ¡El no me deja en paz! Dijo con tono impotente.

Le pregunté:
-Eduardo, ¿Cuánto tiempo dedicas a la oración y a la lectura de la Palabra? ¿Cuánto tiempo pasas predicando? ¿Ayunas con frecuencia? ¿Cómo es tu testimonio? ¿Qué actividad haces para Dios? ¿Cuál fue la última persona a la que compartiste el mensaje del Evangelio?

Eduardo se quedó perplejo. Nunca esperó esa batería de preguntas, y con extrañeza dijo:
-¿Pero... por qué me dice eso Pastor?

-Porque el diablo –dije- sólo ocupa su tiempo en detener a los que hacen la obra de Dios. Y por lo visto.., este no es tu caso. ¿Verdad?

Ore por él. Y lo invité a mantener unas pláticas. Reflexionamos acerca de sus responsabilidades como esposo, padre, hijo, hermano, y como creyente. Roles que habían quedado relegados detrás de su equivocado convencimiento.

Reflexión:

Vuelvo a insistir que algo no hemos enseñado bien en cuanto a la vida cristiana, y al mundo espiritual.
No estoy diciendo que el enemigo no puede atacar una vida, y de hecho a eso se dedica: robar, matar y destruir.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Jn 10.10)

Pero ésta, ha sido la excusa más popular para escapar a nuestras responsabilidades más básicas.

No quiero ser mal interpretado en esto. No soy abogado del diablo; pero con esta filosofía de echarle la culpa, nuestro carácter no es tratado de ninguna manera, nuestros cambios se dejan esperar, y siempre somos las víctimas.

¿Y cuándo aceptaremos nuestro mal testimonio, nuestro mal carácter, nuestra desidia espiritual, y nuestras responsabilidades naturales?

Sé que podemos ser atacados, y que la intimidación es real (Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 1 Pe 5.8); pero también es cierto que nuestras armas no son carnales sino poderosas en Dios para derribar fortalezas, y podemos estar confiados que siempre venceremos.  (porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,              2 Co 10.4;  

Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová         Is 54.17)

No concibo hijos de Dios atemorizados por San la Muerte o como se llame el espíritu de turno, siendo que el Dios de la Vida Eterna y el Dios Todopoderoso vive en nosotros. ( Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados He 2.18)

No concibo tampoco esa omnipresencia que damos al enemigo, siendo que él y sus demonios son limitados, están en un lugar a la vez, y nada harán sin el consentimiento o la voluntad permisiva de Dios. (Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová. Job 1.12

Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida  job 2.6

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Tim 1:7

...quien está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo después de que le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades. 1 pedro 3:22

Guárdame, SEÑOR, de las manos del impío; protégeme de los hombres violentos, que se han propuesto hacerme tropezar. Salmos 140.4)

Eduardo y nosotros debemos llamar las cosas por su nombre.
Claro está que es más fácil decir que el diablo lo hizo. Pero ¿cuándo aceptaremos que "el diablo" también gobierna desde esa mentira creída?

La mayoría del tiempo somos nuestro propio enemigo, y nos constituimos en aliados del infierno, retrasando la obra en nosotros y en otros.
Solos perdemos la bendición y los planes maravillosos para nuestras vidas, detrás de nuestras ignorantes excusas.

Nada puede reemplazar lo que debemos por responsabilidad hacer, hay funciones que no pueden esperar como la de ser: esposos, padres, hijos, hermanos, amigos, etc. Y ninguna labor espiritual nos exime de ellas. (Lea por favor Efesios cap. 5 y 6. 1-20)

Oremos, pero también cambiemos.
No siempre será el enemigo... ¡y creo que los demás, ya se dieron cuenta!

Pastor Rubén Herrera
www.cuentosdelpastor.com

Si quieren ver mas reflexiones como estas visita la pagina de face del pastor  Ruben. tiene reflexiones muy bonitas y te hablan de la palabra de Dios de una manera muy especial. 

Mensajes Directo Al Corazon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora