Estas son algunas de las predicas,reflexiones,cuentos o parabolas que eh visto o me han compartido y que mas tocaron mi corazon espero y te gusten ati también es interesante como una pequeña historia puede contener una gran enseñanza :)
Como un pe...
La vida de la persona que decide seguir los pasos de Jesús está llena de momentos emotivos, para bien y para mal, cada día nos levantamos para vivir una nueva batalla después de un día que pasó, sea de victoria o de derrota. Cada bendición de Dios nos hace feliz y nos llena el corazón, pero cada derrota, caída o frustración nos derrumba y en muchos casos nos hace dudar sí debemos continuar, es difícil asimilar un fracaso espiritual. Pero pensemos en estos dos grandes siervos de Dios, el rey David fue rey de israel, Dios lo bendijo y lo exalto por encima de todos sus enemigos, sin embargo, un día entró el pecado en su vida y llegó a matar a un hombre inocente, luego le toco sufrir mucho a David por causa de su pecado, pero se arrepintió de corazón y Dios lo perdono.
El apóstol Pedro fue apóstol de Jesús, pero antes de ser un gran apóstol, fue reprendido por Jesús por su falta de fe, por soberbia y hasta llegó a negar a Jesús en el momento que su maestro más lo necesitaba, pero Pedro tuvo una gran virtud, el amaba a Jesús y pese a sus caídas siguió adelante, pudo haber abandonado después de cada una de sus fallas pero su confianza en Jesús fue creciendo a medida que seguía su camino. Con los años Pedro ayuda a miles de personas a conocer a Jesús mostrándoles él evangelio y término dando su vida por Jesús. Esto nos muestra dos cosas, Dios puede perdonar cualquier pecado que hayamos cometido, y porque Dios es amor y nos ama, pero como David, debemos arrepentirnos de corazón y el va a terminar la obra que empezó en nosotros como lo hizo con Pedro, pero para que eso pase debemos seguir adelante, levantarnos luego de cada caída y pedir a Dios que nos ayude a continuar.
No te rindas, un día a la ves
Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. Mateo 6:34
