¡DIOS Martillea!

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Señor te pido que me ayudes, has lo que sea necesario, para que se cumpla tu propósito en mi,has una obra maravillosa en mi, no me sueltes de tu mano. Quiero siempre elegirte a ti, amarte a ti, depender de ti, no fallarte, serte fiel y ser valiente, ser quién tú quieres que sea,… sin miedos —terminó Susan su breve oración cuándo alguien la sorprendió.

—¡Hola!—Exclamó alegremente un hombre vestido con una túnica completamente blanca y resplandeciente, desprendía un aura de poder y paz.

—¡Oh!—exclamó Susan  asustada, dando un pequeño brinco en su lugar—¿Quién eres tú?
—Yo soy DIOS y quiero trabajar en tu vida.—Respondió Dios feliz de  trabajar su obra maestra en la pequeña Susan.

—¿Tú eres DIOS?—Exclamó incrédula, pues sus malas actitudes le impedían ver la majestad de Dios ante ella.

—Si ¡yo soy DIOS!—Respondió alegremente  Dios.

—Si tu eres DIOS ...haber, has que nieve aquí —Le dijo Susan entre desafiante y curiosa

—¡No!, no voy a hacer nevar aquí, sería un desperdicio —Contestó DIOS tranquilamente.

—¡Ves!..no eres DIOS, DIOS no diría que es un desperdicio—dijo Susan poniendo sus manos en jarras.

—Si que lo es, púes hace falta en otros lugares, aquí no.— Dijo Dios pacientemente ante la actitud infantil y caprichosa de Susan.

—Mmmm tienes razón —respondió Susan pensativa—¡Oh¡ si eres DIOS ¡OH MY GOD! dime ahora mismo ¿que dice Lamentaciones 10:9?—Preguntó Susan desafiante

—Lamentaciones es un libro y muy corto, solo tiene 5 capítulos.—Le respondió mirando a Susan con ojos entrecerrados, era sorprendente el nivel de incredulidad de Susan.

—Aaaa ok—respondió Susan pensativa ¿Qué otra pregunta podría hacerle?

—¡Ay! es que me cansé de tantos lamentos —respondió DIOS en un suspiro recordando Lamentaciones

—Pues si... Lamentaciones es algo lamentable y triste. ¡Ah! Ya se, si eres DIOS dime ¿quién va a ganar él próximo campeonato?

—Yo no estoy para juegos ¿tú estas jugando?—preguntó DIOS a Susan, sabiendo que lo estaba probando y jugando

—¡Nooo!—Contestó Susan apresuradamente—Realmente eres DIOS porque contestaste mi pregunta con otra pregunta y eso haces cuándo quieres que veamos algo que estamos pasando por alto —dijo apresuradamente.

—¿Entonces vas entendiendo?— preguntó Dios retóricamente

—¡Si!—exclamó Susan asintiendo con la cabeza como niña chiquita

—Ya ves que si soy DIOS— exclamó observando a Susan quien parecía convencida, pero Dios que todo lo sabe, veía que Susan aún cavilaba sobre el asunto.

—Esta bien trabaja en mi, DIOS —le  dijo Susan soltando un suspiro nervioso ¿Cuándo Dios trabajara en ella dolería? Se preguntaba entre ansiosa y nerviosa. Empezaba a tener  serias dudas sobre si haberle pedido a Dios que trabajara en ella fuese lo correcto, le daba algo de miedo el proceso pero sabía que era necesario.

—Bien, empecemos—DIOS traía un martillo y un cincel de los cuales Susan no se percató.

Pak pak pak se oía en cada cincelada, y ella no pudo evitar gritar al sentir el dolor sobre su espalda. 

—¡Ah!—gritó Susan y giró para ver a DIOS y asustada ve el martillo y el cincel—¿que es eso?— preguntó incrédula ante las herramientas de trabajo de Dios.

Mensajes Directo Al Corazon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora