Sin (A Kiera Cass Novel FanFiction) #WWA

Capítulo Once (Parte Dos)

Los pasillos parecían más oscuros que nunca, y la falta de guardias en algunos puestos dejaba una sensación de frío a mis espaldas. Mis ojos involuntariamente se giraban hacia los costados y a las ventanas.

Dios, no quería esto para América. No quería esto para mí.

Tanto tiempo estuve encerrado con la idea de tenerla que ya había olvidado si quiera cual era mi verdadera intención con ella. Estaba claro que ya no éramos los mismos jóvenes algo ilusos que se enamoraron en medio de aquella selección; y tampoco teníamos las mismas ventajas de aquel entonces.

Yo era Rey y ella tan solo era una plebeya más.

Fui tan iluso en solo pensar que alguna vez podría estar con ella de la manera en la que lo necesito. Ella tan solo podría ser el escape y la segunda opción. Yo la amo demasiado como para pensar en ella como una simple distracción.

No iría tras ella. La dejaría ir porque eso era lo más justo para su felicidad.

Recordé entonces...

—Maxon, espero que encuentres alguien que te haga sentir que no puedes vivir sin ella. De verdad. Y espero que nunca experimentes lo que puede ser vivir sin esa persona, todo el esfuerzo que conlleva―había dicho durante la selección, envuelta en un vestido de ensueño y perdidamente enamorada de otro hombre.

¿Cómo pudo no darse cuenta cuando ser machó del palacio que estaba maldiciéndome de esta manera? ¿Cómo pude dejarme llevar por el rencor por tanto tiempo?

Cuando llegué a la puerta de mi habitación, noté con bastante asombro que ningún guardia estaba enfrente. Incapaz de llamar a alguien, solo entré para luego cerrar la cerradura detrás de mí.

Él fogón estaba encendido en la habitación, dándome algo de conforte y calor, pero las velas estaban apagadas. Supongo que la falta de doncellas ha llegado hasta aquel punto...

Sentía que mi cuerpo era lo suficientemente pesado para no poder mantenerlo de pié, entonces caminé con los ojos cerrados―y así no mirar mi pequeño mural de fotografías―, confiándome de conocía demasiado bien mi habitación.

Pero una mano en mi pecho me detuvo.