Sin (A Kiera Cass Novel FanFiction) #WWA

Capítulo Diecinueve

18 meses después...

El tiempo parecía transcurrir demasiado lento, los segundos se volvían horas en medio de batallas interminables en donde cada suspiro es una bendición y cada vida vale más que cualquier motín.

Gerald, Aspen Leger, yo y un pelotón armamos un pequeño refugio entre los bosques del norte; aún estábamos en espera de noticias a cerca de las defensas del enemigo. La última batalla había sido una de las victorias nuestras en estos últimos meses. Nuestro territorio estaba casi limpio de invasores... Pero nada de eso era un triunfo completo, no hasta tener a Kriss colgada y a América entre mis .

Estaba sentado sobre un tronco a un costado del campamento con la cabeza gacha y los hombros relajados cuando oí a Gerald llamarme.

― Traigo buenas noticias, Maxon ― Gerald caminó hacia mí con una carta entre sus manos.

― Pues dime, primo ― le di una media sonrisa antes de volver a bajar la cabeza.

Estaba afilando entre mis manos un cuchillo para ir en busca de algo de comer más tarde.

― Tu padre dice que todo está muy bien en el palacio. Ha decidido publicar que estás aquí, en las filas del ejercito para defender nuestro reinado ante los rebeldes. Se sienten seguros ― el dice, con un tono complacido ― Luego de la guerra civil, y sin tener ayuda de los extranjeros, los rebeldes fueron dispersándose. Creo que esto terminará muy pronto, Maxon.

― Es una buena noticia, teniendo en cuenta que es la primera carta en meses que nos llega ¿No es así? ― susurré con el rostro iluminado de alegría.

― No podíamos arriesgarnos a dar nuestras coordenadas al palacio hasta que tuviésemos al enemigo debilitado, Max.

Últimamente Gerald había optado por llamarme "Max", un apodo que habíamos enterrado en nuestra infancia, en los prados del palacio.

De pequeño salto quedé en pie para abrazar a Gerald. Mi primo había perdido un dedo de la mano en una de las batallas, tenía cicatrices en el rostro y cuerpo... No es que no las tuviera yo también, pero el las tenía peor.

Estaba seguro de que esta guerra había sido la decisión correcta, pero esa decisión había sido por Gerald, por sus palabras duras que me habían hecho reaccionar. Él tenía todo el mérito de esto.

― Primo, eres muy digno de ser un noble al servicio de la corona ― murmuré ― espero que sepas que estaré en deuda contigo toda una vida y la que sigue a esta por todas tus hazañas y consejos.

Gerald me dio unas palmadas por la espalda.

― Ni que lo digas, hermano. Siempre te he tenido fe... Y el venir aquí prueba que nunca he estado equivocado ― el se separa de mí para verme con una sonrisa ― Tenemos a un rey valiente.

― No lo sé, Gerald. Aunque todo mejore... Aún nos queda encontrar a Kriss y a América.

El tono alegre se había esfumado.

― Tú tranquilo. Estamos haciendo todo lo posible para encontrarlas, todo será a su tiempo.

― Sólo espero que América esté bien... ― mi voz se tornaba un aullido doloroso.

― No le harán nada mientras ella sea su única posibilidad de extorsionarte, Maxon.

― ¿Eso es un consuelo? ― casi me burlé.

― Tómalo por el lado amable, y mejor vamos a buscar algo de agua al río.

Asentí, casi resignado.