1- No Puede Ser

Capítulo 24

Narra Daring:

Cuando llegamos a mi casa mis padres no estaban, se fueron de viaje por unos meses...

Llevo a Kitty al salón principal, porque ahí hay una alfombra realmente cómoda. La apoyo sobre la alfombra y me tiro encima de ella.

La sigo besando y de a poco le quito la remera. Me sorprende el hecho de que no esté luchando por safarse. Pero no importa, mejor si lo disfrutamos los dos.

Le quito la remera y empiezo a besar, chupar y lamer su cuello y escote. Le estoy dejando grandes marcas. Ella gime, pero evidentemente no le gusta hacer eso.

Le desabrocho el sostén y empiezo a hacerle lo mismo a sus pezones. Le duele y eso lo hace mejor.

Kitty: Da-Daring, pará, el bebé, po-podrías hacerle ¡Ahh! daño.

Daring: Si sigues gimiendo como hasta ahora ten por seguro que no voy a parar... aunque siendo sincero, nada me detendrá.

Le arranque le falda y las bragas. Puse una mano en su entrada y la acaricie, de repente meto dos dedos y ella gime. Me muevo un rato dentro de ella y por increíble que parezca llega al orgasmo. Me llevo mis dedos a mi boca... mmm... ella si que sabe muy rico.

Daring: Es hora de llegar a un punto más alto, no te parece?

Kitty: Da-Daring, el bebé, no-no, le ha-hará bien, detente, por favor.

Daring: ¿Y tu crees que me interesa que le pase? Por mi puede morir. Nada cambiaría eso.

Me bajo mi pantalón y bóxer juntos. Entro de golpe y suelta un pequeño gritito. Llegó al orgasmo y me recuesto sobre su pecho. De repente siento algo raro justo en medio de mi pecho.

Cuando me fijo que es eso, me doy cuenta de que el bebé está pateando... me pateó.

Me levanto y cargo a Kitty.

La llevo hasta un cuarto de invitados que no tiene ventanas, la recuesto sobre la cama y me voy cerrando la puerta con llave.

Kitty no volverá a salir de aquí