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Me encontraba sentada en un banco mientras Jack intentaba ganarme un oso panda de peluche en el tiro al blanco y después de 7 tiros fallidos Jack parecía enojarse.

- ¡Esta cosa no funciona! - grito Jack encolerizado refiriéndose a la escopeta.

- A ver déjame probar - le extendí mi mano parándome del banco para que me diera el arma.

- Dudo que puedas - empezó a hablar Jack mientras yo me posicionaba y apuntaba al blanco - si yo no lo logré mucho menos... - antes de que terminara dispare y dio justo en el blanco - tu... .

¡La boca de Jack casi hiba a caer al suelo! Ok, ni tanto. Pero si quedo con la boca abierta, mientras caminaba hacia el con el oso panda que Gracias a mi gran habilidad con las armas gane.

Se preguntarán ¿Cómo puedo usar armas?. Pues muy fácil, mi padre siempre me llevaba los fines de semana a un campo de tiro para entrenar con el, solo como pasatiempo.

- ¡Mira te gane un oso panda! - le dije agitando el oso enfrente de su rostro que aún seguía con la boca abierta y el rostro perplejo.

- Co...Co... Cómo lo has hecho - hablo Jack aún perplejo.

- Simple... Las tres "P", verás la vida no es un cuento de hadas nadie es capaz de hacer las cosas correctamente a la primera, se requiere de mucha pasión, paciencia y práctica, las tres "P".

- Mérida, no cabe duda que eres una chica única - dijo Jack con una sonrisa que simplemente te derretía el corazón, es simplemente linda, no pude evitar sonrojarme.

- Emmm... Gracias, nadie me había dicho eso - hablé sonrojada.

- Ahora a ¿qué juego te quieres subir? - lo pensé y al final acepté subirme a "La Rueda de Chicago"( así le decimos aquí)
El juego había empezado y estaba más que ansiosa, primero nos elevamos muy lento hacia ariba mientras tanto Jack estaba muy relajado y yo simplemente tenia una sonrisa en mi rostro de la alegría. La rueda paro y nosotros estábamos hasta en la punto coronando el juego, cuando de pronto ¡bajamos a toda velocidad!
No paraba de gritar de la emoción al igual que todos ahí presentes Jack me divertía y muy en el fondo siento que algo crece por el algo más que una hermosa hermandad. De repente Jack me abraza y casi al instante me sonrojo. Estando con el me sentía feliz y querida pero también sentía algo indescriptible no se que es, no le pongo mucho cuidado y sigo divirtiéndome.

Bajamos del juego después de varias vueltas. Al final me tomé un batido de banano y Jack de fresas, todo estaba bien hasta que Jack me miro serio y me quedé estática ante su mirada.

- Mérida no te acerques a Hiccup - ¿el quería que me alejara de Hiccup?

- Jack, ¿Por qué te empeñas tanto en alejarme de Hiccup? - pregunte rendida por más que pensara en el porque nunca encontraría la respuesta.

- Por esto... - Jack se acercó a mí sentí sus manos rodearme la cintura y sus labios hacer contacto con los mios para después fundirnos en un beso yo solo lo seguí.

- Mérida se que es demasiado apresurado para decir esto pero... Podrías ser mi novia - me pregunta mirándome a los ojos. Me quedé sin aliento, no sabía que responder.

- Yo... Lo pensaré - hablé para después salir corriendo, no sabía  de qué otra manera podría reaccionar si me preguntan yo siempre he sido rara desde la manera en como me expreso hasta la manera en que respondo física y verbalmente.

Ángeles Vs Demonios. (Mericcup)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora