XI Maratón 1/2

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Me encontraba descansando en la cama de mi habitación, podía sentir como poco a poco mis párpados comenzaban a cerrarse no sentía mi cuerpo y en un instante me encontraba dormida.

(...)

Tiempo más tarde no lograba conciliar el sueño, estaba mirando hacia el techo era muy noche todavía, de pronto mi estómago comenzó a rugir del hambre, me levanto rápidamente de la cama, ¡pero al salir se me ocurre la brillante idea de ver que en cuanto tiempo llegaba hasta la cocina corriendo!.

Mala idea...

Comencé a correr tan rápido como mis pies me lo permitían, no podía parar me sentía feliz ese era uno de los pocos momentos en los que sentía una mezcla de sentimientos tal, que no puedes parar de reír.

Pero de pronto veo las luces de la cocina prendida y la puerta del refrigerador abierta justo enfrente de mi obstaculizando el paso, intento parar para no golpear la puerta pero no puedo mis pantuflas son muy resbaladizas de pronto rápidamente la puerta del refrigerador se cierra, ¡Gracias a Dios! ¡Pero ahora no puedo detenerme siento como mi cuerpo es incapaz de equilibrarse, correr con pantuflas para después frenar de una manera tan repentina de seguro fue un grave error!.

Me preparo para el impacto cerrando fuertemente mis pestañas para no ver el golpe del cual seré víctima.

Siento mi cuerpo chocar contra algo sumamente suave, pero lo que si me hizo sobresaltar fue que el objeto suave en el cual choque emitió una especie de ¿gemido?.

Abro mis ojos repentinamente para poder observar un cuerpo más grande que el mio, mis mejillas arden a más no poder una de mis piernas está básicamente levantada hasta su cintura y enganchada a su cuerpo y mis brazos rodean su abdómen de una forma tal, que parece como si mi vida dependiera de ello.

Pero el no se queda atrás rápidamente aparta la mirada de mi sonrojado por la manera en la que me tenía, pues con una mano agaraba mi cintura pero con la otra agarraba la pierna que estaba levantada hasta su cintura de la cual estaba agarrando o mejor dicho apretando una parte¡¡¡muuuyyy!!! cerca del muslo o ¡¡¡quizás era mi mismísimo muslo!!! Prácticamente me sentía como una niña frente a él de esa manera, no tenía protección alguna ya que me coloque unos short's bastante cortos para dormir ya que hacía mucho calor.

No tenía ni siquiera fuerzas para hablar.

—¿Mérida? — hablo Hiccup con una voz ronca y bastante excitante... ¡Pero qué estoy diciendo! ...Bueno no puedo negar que se mira bastante guapo a tal punto de llegar a ser sexy con esa camisa a cuadros roja y esos jean's que llevaba... ¡Ash mejor ya no hablo porque lo empeoró todo!.

— Emm... ¿Hiccup? — le dije demasiado nerviosa y con mi cara roja a más no poder.

— Podrías... — En ese momento me di cuenta que aún no soltaba a Hiccup, pues... ¡Para mi defensa el tampoco me soltaba!.

Continuará...

Ángeles Vs Demonios. (Mericcup)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora