Ángeles Vs Demonios. (Mericcup)

XXVII

A veces la vida duele y la muerte alivia, pero... ¿Qué tan cierto es eso?

Desde pequeña me había propuesto solo una cosa, salir adelante.

Pensaba en que si llegaba a ser alguien en la vida, las personas me querrían y me admirarían, que iluso fui, yo jamás lo logré, y ahora estoy aquí... muerta.

No lo estás, solo te encuentras pendiendo de un hilo entre la vida y la muerte.

— Gracias por recordármelo— tal vez se hayan perdido de mucho pero les diré las cosas como pasaron...

Dolor, era lo único que sentía, no aguantaba más y sentía que la vida se me hacía añicos, sabía que no había vuelta atrás solamente quedaba esperar lo esperado.

La muerte, pero jamás llegó, un dolor intenso consumió mi cuerpo y logré ver a alguien delante mío, creo que ya había empezado a alucinar y como si fuera poco empezaba a ver recuerdos de mi infancia, me miraba a mí, mi padre, y mi madre felices, hasta que llegó el fatal accidente, pero algo cambió, de inmediato me llegan a la memoria imágenes de una vida fuera de lo común, el castillo, mi valentía y mi madre... viva.

Lo vi todo y de repente recordé, entonces la anciana no se equivocaba, mi madre si era una diosa y estaba viva.

Me desperté de golpe en una de las habitaciones de un hermoso palacio, lugar que recordaba a la perfección, pues era mi antigua habitación. Empezaron a llegar muchachas murmurando «ya despertó, está bien, es muy bella» lo que me hizo pensar en que en realidad se preocupaban por mi, al fin.

Me vistieron con un vestido de flores hermoso, muy fino a mi parecer y muy poco yo, pero eran sus gustos, y por primera vez me agradó verme elegante.

¿Qué si estaba emocionada? ¡Claro! Por fin iba a ver a mi madre después de tanto tiempo.

Un torbellino de ideas se desataban en mi cabeza, en serio estaba nerviosa, ¿Y si no me aceptaba? ¿Qué pasaría?.

Me dejaron en un balcón hermoso en el cual habían hermosas floras por cualquier lugar, ¿Un jardín en un balcón? El verde y la vida predominaban en el lugar el cual tenía de techo las hermosas flores que colgaban, me acerqué a una mesa cerca de la cual habían dos sillas, me senté en una de ellas, ¡Los bocadillos estaban para morirse! Y yo siempre tengo hambre.

Comí uno y esperé a que llegara el momento de ver a mi madre.

(...)
Hiccup...
Una joven de nacionalidad escocés se ha desaparecido, pero esto no es lo que tiene consternados a los especialistas, sino que su búsqueda es básicamente imposible, lo único que se sabe es que salió por su cabalgata matutina, pero las pistas se pierden misteriosamente a medida que se interna en el bosque. Su nombre... Mérida Dumbroch.

— ¡Esto no puede estar pasando!.

Las inmensas alas me pesan y rendido las dejo arrastrarse por el suelo. En el camino no puedo evitar soltar algunas maldiciones combinadas con mi hipo, debo de verme fatal, mi playera de marca hecha trizas y mi pantalón mojado desprende un fétido olor a cerveza, una noche más en la taberna del mundo de los marginados, duendes, brujas, hadas malvadas y demonios como yo se reúnen para ahogar sus penas, fue un noche difícil, desde que Mérida se fue he bebido sin remedio, casi ni como y he pasado noches de insomnio, vine aquí gracias a que mi reserva de vinos se acabó y no me quedo de otra que ir al lugar más alejado de los humanos para beber.

Lo único en lo que mi mente piensa es en Mérida, ya sé dónde encontrarla, debo llegar luego a mi mansión y comprar el primer vuelo rumbo a Escocia mañana temprano. Muevo mis manos haciendo un antiguo conjuro con las pocas fuerzas que me quedan un portal se abre frente a mi y su dirección es hacia el mundo de los humanos, al instante en el que cruzo mis débiles y demacradas alas desaparecen y caigo directo a mi mansión, lugar del que nadie sabe pues está internado en el bosque, no tengo tiempo que perder... debo verla.

¡Estuve de vacaciones! En la isla de la imaginación 🙌🏻comenten y compartan para darme ánimos!