Capitulo 108

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Estaba al frente del espejo mirándome.

¿Cómo podía tener esta horrible sensación con tanta felicidad?

Sabía que todo estaba bien, pero mi sonrisa no mostraba tanta felicidad.

Había temor en mí, y no sé porque.

Tocaron la puerta y pasaron.

La China, Mery y Rochi entraron.

También Rufi y Mila, claramente.

Euge: Ay, hermanilla, no puedo creer que ya es tiempo.-Asentí y bajé la cabeza.-

Rochi: Eu, ¿qué pasa?-Me volví a mirar al espejo con lágrimas en mis ojos.-

Mery: ¿Que pasa, Lala?-Me preguntó mientras que Rochi se acercaba a mí.-

Lali: No sé, siento algo en el pecho que no me deja sonreír. No sé, es como una presión de que algo no está bien.-Rochi me abrazó con fuerza.-

Rochi: La, muchas cosas pasaron, y entendemos tu miedo, pero disfruta esto que tanto te mereces. Todo lo que luchaste, lo que sufriste, no dejes que te arruiné tu momento.-Asentí y me limpié las lágrimas.-

Mery: Veni que te vuelvo a maquillar.-Me volvieron a maquillar y Mery y Rochi se fueron después de un largo abrazo.-

Euge: La, está todo asegurado.-Ella ya sabia sobre esto que me pasaba, así que, por si las dudas, llamamos a unos policías.-

Lali: Gracias, China.-Sonrío y me abrazó.-

Euge: Te amo hermanilla, ¿sí? Siempre para vos.-Asentí y ella me dejó un beso en la frente. Al abrir la puerta, estaba Nico V., sonriendo.-

Nico V: ¿Lista?-Asentí sonriendo y nos preparamos. Él me iba a acompañar hasta el altar.-Te amo, chiquita, ¿sí?-Sonreí y lo abracé.-

Lali: Yo también, papu.-Se rió casi a carcajadas.-

Nico V: Vamos.-Asentí y empezó a sonar la música dándonos paso a los dos. Entramos y, al ver a Peter ahí, esperándome con una sonrisa de oreja a oreja, cualquier sensación que pude sentir, desapareció. Me merezco ser feliz, y con él a mi lado, lo voy a ser.-

-Narra Peter-

Estaba nervioso, debo admitirlo.

La lastimé y, aunque la amo con toda mi vida, entiendo si no aparece.

Todavía pasa el tiempo, yo sigo en el altar parado esperando y, cuando iba a preguntar en donde estaba, la música empezó a sonar y las puertas se abrieron dejando ver a la mujer de mi vida.

Todos mis miedos y mis nervios se fueron volando cuando la vi sonriéndome como sólo ella me sonríe.

Esa sonrisa que te transmite paz, felicidad y te enamora cada segundo, es la que esbozaba sin dificultad.

Mi sonrisa no tardó en aparecer cuando la vi con sus profundos, brillantes y oscuros ojos mirándome.

Esos ojos en los que me pierdo y no me logro encontrar nunca.

Tenía ganas de besarla sin importar nada, pero tenía que esperar.

Todo mi alrededor no existía, porque sólo estaba ella.

Llegó hasta el altar y me acerqué a ella totalmente embobado.

No podía creer que me estaba casando con el amor de mi vida.

Peter: Estás hermosa, mi amor.-Le susurré al oído. Se ruborizó y mi sonrisa se agrandó.-

Lali: Vos también estás hermosa, linda.-Quería reírme con su chiste, pero no podía. Ella siempre tiraba chistes en los momentos no debidos.-

Nos pusimos enfrente del cura, pero mis ojos se desviaban para mirarla a ella.

No pude escuchar nada de lo que él decía, porque Lali me distraía con su belleza.

Cura: Peter, ¿acepta?-Todos se rieron y me sonrojé levemente de la vergüenza. Lali y yo estábamos enfrentados.-

Peter: Acepto.-Lali se rió por lo bajo, y sentí estar en las nubes. Su inocente risa era lo más adorable que había escuchado en mi vida.-

Cura: Mariana Esposito, ¿acepta a Juan Pedro como su esposo hasta que la muerte los separe?-Lali me miraba y esperó unos segundos antes de responder.-

Mis nervios aparecieron, y ella sonrió ampliamente.

Lali: Acepto.-Sonreí mirando sus ojos.-

Cura: Entonces, los declaro marido y mujer.-Todos aplaudieron.-Puede besar a la novia.-Sonreímos y me acerqué a besarla mientras los aplausos seguían presentes.-

Sentía infinito el espacio que nos separaba, y, después de una "explosión", la distancia fue infinita.

Lali estaba en el piso, y se escuchó otra explosión.

Reaccioné cuando vi sangre salir de Lali, porque esa explosión había sido un disparo hacia Lali.

Peter: ¿Mi amor?-Entreabrió sus ojos.-

Lali: Te amo.-Esto no me podía estar pasando.-

Cerró sus ojos cayendo inconsciente, y mis lágrimas empezaron a salir.

La levanté en mis brazos y la cargué empezando a correr hasta mi auto desesperado mientras gritaba para que se corrieran del medio.

Vi a Paula muerta en el piso con su asquerosa sonrisa, y a miles de policías que me dijeron que la suba a su patrulla.

Peter: Por favor, mi amor. Por favor, resistí.-Mi mano estaba en su panza, evitando que tanta sangre saliera mientras que mis lágrimas salían a montones.-Por favor, no me dejes. No me dejes acá. Ya vamos a poder ser felices y vamos a poder estar tranquilos, mi amor. Por favor, te lo suplico, te ruego que no me dejes. Si me escuchas, no me dejes.-Le supliqué al oído mientras la policía manejaba rápidamente hasta el hospital.-

Llegamos y la cargué en mis brazos para entrarla.

Peter: ¡Ayuda! ¡Emergencias!-Una enfermera llegó y empezó a llamar a los doctores para después llevársela.-

Si tan sólo Paula hubiese muerto antes, mi Lali no estaría otra vez en emergencias.

¿Por qué no me disparó a mí?

Las dudas me carcomían la cabeza, pero el dolor me carcomía el corazón.

¿Si no sigue adelante? ¿Cómo voy a seguir adelante yo?

No voy a poder.

Yo vivo por ella y para ella, pero ahora...

No puedo ni imaginar o nombrar esa palabra, que me imagino despidiéndome de Lali para siempre.

Caí al piso aferrándome a mis piernas.

Mi mundo gira entorno a ella, y no cabe duda que, si ella no dije adelante, yo tampoco.

Mis lágrimas me nublaban la vista, y el dolor me sacaba el aire que me quedaba.

Necesitaba perder la conciencia y despertar con ella a mi lado, diciéndome que sólo fue una pesadilla más.

Escuché las voces de los chicos y la más fuerte, la de la China.

Euge: ¿¡Donde está!? ¿¡Qué le pasó!?-Dejé escapar un sollozo seguido de otro y nos abrazamos.-Decime que todo va a estar bien. Ella no está acá otra vez. Es sólo nuestra imaginación.-La abracé con más fuerza.-Decime que me volví loca y estoy imaginando esto, que eso sería mejor que vivir otra vez esto.-Dejé escapar más sollozos y ella iba a decir algo más, pero rompió en llantos y sollozos.-

La CaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora