Capitulo 130

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-Narra Peter-

Al seguir a Gas, no me daba cuenta el lugar al que estábamos llegando; pero al hacerlo, sentí mis lágrimas caer.

Rochi siempre fue una persona especial; aferrada a la naturaleza, a la vida.

Por lo tanto, ella siempre iba a un mismo lugar para llorar, reír, o tan sólo, disfrutar el silencio.

Árbol.

Un árbol enorme escondido en el lote, el cual se encontraba vacío, de atrás de su casa, entre otros árboles y plantas.

Aún embarazada se trepaba al árbol, con la vigilancia de Lali y Gas, claro que en ese entonces no entendía porqué tanto cuidado por ella; además de cuidar el embarazo.

Gas miró el árbol por unos minutos eternos, como sus lágrimas que nunca lo abandonaban...

El silencio reinaba, y, en cierta forma, había una paz que otorgaba el lugar y el aire del mismo, ayudándome a cesar mi llanto.

Gas: Siempre...-Dejó escapar un sollozo interrumpiéndose a sí mismo.-

Peter: Tranquilo.-Asintió y se limpió algunas lágrimas. Respiró algunas veces para volver a empezar.-

Gas: Siempre venía acá.-Se hizo otro silencio mientras observábamos el inmenso árbol enfrente nuestro.-No importaba su humor, o su estado, venía y jugaba, o trepaba. Y sin que se diera cuenta...-Sacó su celular y empezó a buscar algo en él.-yo le sacaba fotos.-Las miró en su celular con velocidad, para después guardarlo.-Aunque hubiésemos peleado, o no; lo hacía igual, porque amaba observarla.-Fruncí levemente mi ceño.-

Peter: Gas, ella no murió. Usa el presente.-Miró el piso y se agachó, ignorando mis palabras.-

Gas: Habíamos enterrado promesas de todo tipo. Amor, familia, amistad. Cada vez que lo hacíamos, una raíz nueva llegaba, fortaleciendo este árbol que...-Negó levemente.-tanto me dio. Nos dio, en realidad. A ella más que a mí.-Me agaché a su altura.-

Peter: Gas, ella va a estar bien.-Dije mirándolo y levantó su mirada.-

Gas: Lo sé, pero no puedo hablar en presente, cuando todo esto pasó en el pasado. Un pretérito lejos de hoy. Y hoy, ella no está acá con nuestro hijo. Con...-Su respiración se empezó a acelerar, por lo que frenó y miró el árbol tratando de tranquilizarse.-

El silencio llegó nuevamente, excepto por la acelerada respiración de Gas.

Esto me hacía recordar cuando me quise suicidar en el mar, y él me sacó y me rescató, haciéndome volver al hospital.

Tenía que ayudarlo de alguna manera, porque él es mi hermano, y me hace mal verlo así.

Sólo que no tengo manera.

No la tengo...

Pero la voy a encontrar.

-Narra Lali-

La China me apretaba contra su cuerpo con fuerza, mientras que mis lágrimas caían con velocidad.

También ella lloraba con fuerza, pero me seguía abrazando.

Se iba a soltar del abrazo, por lo que me aferré a ella con fuerza.

Me aferré con brazos, y piernas.

No quería llorar sola.

Sabía lo que era llorar sola, y no era lo que uno necesita.

Se me escapó un sollozo, y a ella también.

Euge: ¿Va a estar bien?-Preguntó. Me preguntó. Era su turno de ser consolada.-

Lali: Sí...-Susurré lo más fuerte que pude.-

La CaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora