Alexia
Nunca he entendido el porque de mi amor por una patria que no es la mía. Pues si bien soy francesa, siempre he deseado vivir en Inglaterra, es más, siempre he sentido que ahí se encuentra mi destino.
Por eso me sorprendió muchísimo cuando mamá accedió a mi deseo de pasar una temporada en Grace Manor. A pesar de que ella siempre estaba reacia a ir a Londres, (nunca supe el porqué), pero me complació en mi deseo de ir.
Inmediatamente les escribí emocionada a mis primos ingleses, Emily y Gabriel Trenton, que les visitariamos pronto.¡Y lo mejor era que iríamos toda la familia! Eso era algo que casi nunca pasaba, pues generalmente yo viajaba ya fuera con mi hermano Nathan, o con mi madre. Sin embargo la primera y unica vez que visité Grace Manor, en un corto viaje de tres días hacía ya tres años, fue con mi padre, Mounsier Philippe De Avignon, marqués de Mont-Noir.
Mi madre, en ese entonces se excusó en una galería de beneficencia que debía dirigir, y Nathan, por esos días comenzaba su educación universitaria en Oxford.Y yoen amo a mi familia, aunque en realidad con ninguno compartía un lazo de sangre, pues mi madre, Madame Mont-Noir me adoptó de bebé en un poblado cercano a Versalles, y me hizo su heredera, así primeramente fui nombrada Alexia Rousseft de Du Pronte, pues mamá en ese entonces era una condesa viuda.
Años después conoció en una gala en Palacio a Mounsier Mont-Noir, que había quedado viudo con un hijo tres años mayor que yo, Nathan. Se casaron y el resto es historia.
Y así terminé llamandome Madmoiselle Alexia De Avignon, hija del marquesado de Mont-Noir y heredera de la fortuna Du Pronte, nada menos, sin duda había nacido con suerte ¿no es cierto?
Pero ahora viajariamos seis meses enteros a Londres. Seis meses olvidandome de mi tranquila vida en la campiña francesa, para ir a la emocionante vida de Londres, aunque mamá siempre opinaba que la vida de temporada en París era mejor que la de Londres en muchos sentidos.
¡No podía esperar más tiempo!
En cuanto mamá me dio la noticia, una mañana en el desayuno, y papá me autorizó un presupuesto para comprar mis enseres necesarios, por la tarde ya había mandado a hacer vestidos nuevos en la mejor costurera de París, comprado zapatos a juego con las telas, perfumes, cremas y demás accesorios para mi temporada de presentación en Londres, para después regresar a Francia y tener una propia temporada de presentación en mi tierra natal.
Ese era mi plan, si no encontraba a algo o a alguien que me retuviera en Londres, obviamente.
Lamentablemente el día que me embarqué en el Siren, rumbo a mi sueño más deseo, solo me acompañaba Nathan, pues mis padres tenían asuntos que atender en París y eso les tomaría unas semanas, sin embargo después, seguro nos alcanzarían en Londres.
El viaje por mar fue relativamente corto, en comparación con la semana de viaje por tierra solo para cruzar Francia. El viento nos favoreció al igual que el clima, pasé un verdadero tiempo de calidad con mi hermano, como desde hacía años, en concreto desde que él empezó la universidad, no teniamos.
Yo siempre había admirado en demasia a Nathan, de niños, siempre fue un hermano mayor protector y consentidor conmigo desde el día en que nuestros padres nos anunciaron su inminente boda, ahora era un joven conde muy inteligente y estudiado, aunque con aficiones un poco extrañas, pues siempre se le podría encontrar con su rubia cabeza metida en algún libro de química.
El viaje duró dos días, y en la mañana del tercero arribamos al puerto de Brihgton.
Ya en tierra inglesa, lo primero que hicimos fue contratar un carruaje para ir directamente a Grace Manor.
Y mientras mi hermano hacía el trato con el cochero yo aproveché para mandar cartas, una a nuestros padres anunciandoles que llegamos con bien a Inglaterra, otra a los Trenton, anunciandoles nuestra llegada e invitandolos a visitarnos en Grace Manor, y por último una igual a tía Lady Albertinna.
Aunque lo mejor sería ir nosotros a visitarla directamente a su casa, pues la pobre anciana, a penas si podía moverse. Y ella era para mi algo parecido a una abuela.
Y ya en el carruaje, no podía parar de pensar en esa recurrente sensación de ansiedad que me asaltó desde el momento en que vi el puerto.
Era como un aviso de que algo importante iba a sucederme. Y no podía evitar estar a la expectativa.
Aunque me preguntaba ¿Qué podría sucederme tan importante aquí?
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N/A:
NO.
ME.
ODIEN.*les tengo reservadas unas cuantas sorpresas e.e
Los amo :*
Atte.
Lenka Mockingjay
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Amor Y Culpa (Saga Amour #3)
Historical FictionSaga Amour Libro 3 Segunda parte de "Amor y Secretos" Alexander terminó casandose con la señorita Neville dejando a Priscilla embarcandose de nuevo a Francia con el corazón roto, y una sorpresa en el vientre. ¿pero qué sucedió realmente esa mañan...