Alexia
Las dos semanas que pasé en casa de mis tíos en Londres fueron maravillosas.
Conocí a tanta gente que nunca estuve aburrida en lo absoluto. Generalmente por el día iba de compras con mis primos y mi hermano, y por las noches, asistíamos a pequeños eventos sociales, como cenas y veladas musicales.
Y entonces, doce días después de haber llegado a Londres, mi suerte se acabó y tuve el desagradable momento de conocer a la señorita Wilham.
Y fue una situación curiosa, una mañana, Emily y yo salíamos de una pastelería con unos encargos de tía Alinne, y mientras esperabamos que Nathan y Gabriel regresarán de la tabaquería con la mezcla de tío George, un joven se nos acercó.Era un amigo de Emily, llamado Benjamín Kengsinghton, heredero del ducado de Amaton.
Era guapo, rubio y totalmente inglés, platicarón un momento acerca de al parecer unos libros, y luego él nos llevó a conocer a los caballeros que le acompañaban.
Uno era su padre, Lord Amaton, el otro era un amigo de su padre,el duque de Pembrooke. Y así de sencillo conocí a dos de los grandes duques del reino en plena calle.
Lord Pembrooke, por algún motivo me perturbó un poco, era un caballero como mi padre, con eso me refiero a que eran realmente parecidos, misma estatura, complexión e incluso algunas facciones, con lindos ojos azules, en lugar de los verdes de papá, y a diferencia del cabello rubio de mi padre, el duque tenía el cabello negro a penas cano, pero su semblante era depresivo y adusto, algo triste o tal vez amargado, sin embargo no era eso lo que me pareció raro, sino más bien la manera en la que me miraba, no sabía que pensar de eso, era....extraño, además de que resultó ser el padre de la tal Heather Wilham.
Y no supe como, terminamos siendo invitados a una cena en su casa, esa noche.
Y entonces me arreglé lo mejor que pude, me puse un vestido azul con negro que mamá me había regalado, y aunque era demasiado sensual para una señorita debutante, esa noche conocería a mi enemiga y estaba dispuesta a que Gabriel no dejara de mirarme en toda la noche.
Y funcionó, desde el momento en el que él me vio bajando la escalera. Se le formó un adorable sonrojo que duró toda la noche, bajo una traviesa sonrisa mía, y obviamente le permití escoltarme durante todo el trayecto.
Iríamos solo mis primos, mi hermano y yo, pues tía Alinne estaba delicada de salud y tío George decidió quedarse en casa acompañando a su esposa, aunque mucho me sospechaba que era una pantemima para no ir a casa de Lord Pembrooke. Me preguntaba la razón para eso.
Pero no le di mucha importancia.En cuanto llegamos a Pembrooke House, me quedé asombrada, era casi del tamaño de Grace Manor, salvo que en la ciudad, lo que significaba que era una casa realmente grande. Me supongo propia de un duque, aunque lo cierto era que en París las mansiones eran mucho más grandes.
Nos recibieron con todos los honores y cortesías, y de inmediato supe que sería una recepción protocolaria de esas que Nathan tanto odiaba.
De nuevo, Lord Pembrooke me miraba de manera extraña, como entre sorprendido, y buscando algo en mi rostro. ¿Qué esperaba ver? ¿una espinilla?
Sin embargo le sonreí radiante. Y luego quise irme corriendo de ahí con Gabriel.
En lo alto de la escalera, como yo había estado media hora atras, se encontraba la que supuse era Heather Wilham.
No era difícil saberlo.
Era tal y como Emily la había descrito. Hermosa aunque me doliera admitirlo, de cabello negro y los mismos ojos azules de su padre.
Y su semblante era elegante y engreido, supongo que por su rango. La odie más a partir de ese momento, y cuando Gabriel fue directamente a ella, sentí como si me golpearan el estómago con fuerza.¡Me ignoró totalmente por ir a saludarla!
-hija te presento a nuestros invitados.... - dijo el duque. -...Él es Mounsier Nathan De Avignon, conde D'Anjou y esta bella señorita es su hermana, Madmoiselle Alexia De Avignon.
Y en un impulso de idiotez supongo, me colgué del brazo del duque mirando retadoramente a Gabriel.
-¡oh, su excelencia puede llamarme solo por mi nombre, por supuesto! - dije con coqueteria y una sonrisa.
Lord Pembrooke incluso se sonrojó. Y eso debía enseñarle a Gabriel que no puede simplemente ignorarme por otra. Oh no.
-¡Vaya! Pero que carismática es usted madmoiselle.-me dijo la hija del duque, y bien por su tono de voz pude saber sus verdaderas palabras. Ella quisó decir "pero que bataclana que es usted madmoiselle".
Estúpida niña creida. Yo le sonreí.
-¡Oh, señorita Wilham, no tiene ni idea de cuanto! - le dije y miré a Gabriel.- Ahora su excelencia me escoltará al comedor ¿no es cierto?
Durante la cena ella se esforzó en que la atención general se centrara en ella. Sin embargo su padre no dejaba de mirarme, y yo sonreía.
Mi hermano me interrogaba con la mirada, y Emily precía querer contener la risa cuando se daban esos debates-discusiones diplomáticas entre la señorita Wilham y yo.
Para el final de la cena, ya nos habíamos silenciosamente declarado la guerra.
Y no era solo por el asunto de Gabriel, pues ella se dio cuenta o al parecer tenía conocimiento de lo que él sentía por mi, no, ese asunto era de odio total entre Heather Wilham y yo.
Ganaría la que hiciera caer a la otra primero, y la primera caida no iba a ser yo.. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. - -. -. -. -.
N/A:
sorpresa!!!!!!!
Doble capítulo hoy!!!!!Atte.
Lenka Mockingjay.
ESTÁS LEYENDO
Amor Y Culpa (Saga Amour #3)
Historical FictionSaga Amour Libro 3 Segunda parte de "Amor y Secretos" Alexander terminó casandose con la señorita Neville dejando a Priscilla embarcandose de nuevo a Francia con el corazón roto, y una sorpresa en el vientre. ¿pero qué sucedió realmente esa mañan...