Amor Y Culpa (Saga Amour #3)

15 Alexander

Alexander

Yo esperaba casar a mi hija en algunos años. Y luego llegaba ese pelafustan del hijo de William y me la arrebata de las manos sin nunguna consideración y decencia.

¿Pero quién se creía para robarme a mi pequeña de esa manera?

-Alexander...-me llamó mi mejor amigo. Ambos estabamos contrariados, yo pensando lo peor de su hijo y de seguro él pensando en Heather como una pequeña bruja que amarró a su joven  hijo en matrimonio.-... Ana tiene razón, debemos calmarnos y determinar la transacción monetaria que un matrimonio acontese.

Yo me reí sarcásticamente.

-¿Esperas que os de un jugoso dote después de que vuestro hijo le robó la inocencia a mi pequeña? - pregunté.

Sabía que estaba mal que yo me comportara de ese modo, pero no podía evitarlo.

William frunció el ceño. Pero para nuestra suerte, él siempre fue más sensato que yo.

-No discutiré contigo si eso es lo que buscas. Lo hecho, hecho está...- él sonrió.-... Sin embargo he estado pensando. Tenemos un gran desacuerdo aquí y tu necesitas un heredero para tu ducado.

Lo fulminé con la mirada. ¿Qué se proponía? - ¿y? ¿eso que viene al caso?

William sonrió aun más.

-Te propongo algo simple. Algo que incluso beneficiará a tu hija... - me miró un momento, tratando de adivinar que tan calmado estaba para continuar con su propuesta.-... Nuestros hijos deben casarse, eso es inamovible. Y en cuanto a tu heredero, propongo que sea el primer nieto varón que compartamos.

¡¿Qué?! Ya sabía era lo más lógico pero... ¡también era premiar a su vastago con mi título! Resoplé. -... y dejarle todo lo mío a tú hijo...

-Y a tu hija...-interrumpió William.-... Se que en este momento odias a Maximilian, pero tómalo de ésta forma. Herederos del título no tienes, y aunque tu fortuna pasará a Heather, no le llegaría completa por el tributo que se debe dar a la corona cuando el título del ducado de Pembrooke regrese al rey.

-pero...

-Además, tanto  Heather como Maximilian son hijos de duques, ambos están acostumbrados a un tipo de vida que ambos sabemos que con un simple título de abogado mi hijo no podrá costear, es una opción adecuada. Y aunque mi hijo no es mi heredero, pues ese es Benjamín; Maximilian fue educado correctamente y es capaz de asegurar la prosperidad de un ducado, de eso no me cabe duda.

Aún no me convencía. Ese maldito no se merecía ni a mi hija ni a mi dinero, mucho menos mi título.
- Pero....

-Tu hija estaría a salvo económicamente, además sería la próxima Lady Pembrooke.- finalizó mi amigo. Yo fruncí el ceño. -... Bueno si aun no te convence, yo corro con todos los gastos de la boda, y el que dará una dote seré yo.

No pude evitar reírme. ¡Un prometido con dote!, eso era algo digno de lo cuál reirse.

William también sonrió.-... Bueno Alexander, si los Wilham serán los que pongan el título, es lo correcto que los Kengsinghton paguemos la boda y demos una dote.

Generalmente estás situaciones se daban al revés pues era el novio quien daba el título y la familia de la novia pagaba la boda y daba la dote.

Pero estaba bien, me había convencido, era lo mejor para Heather y su futuro. Sin embargo aun me quedaba una condición.

-Está bien William, se hará de esa manera pero quiero que una vez casados, vivan aquí.-le dije.-... Después de todo supongo que tendré que instruir a tu hijo en la administración de mi ducado.

Él asintió.

-Excelente, hablaré con mi abogado para que prepare los documentos correspondientes para todo el trámite.-dijo.-... Hablando de otro tema, ¿Irán al baile de presentación de Madmoiselle Alexia?

Suspiré mientras me servía una copa de cognac.

-No, no. Mounsier Mont-Noir me dejó en claro que no me quería cerca de su hija. ¿Gustas una? - le pregunté y él asintió de inmediato. Se podía sentir como poco a poco la tensión de nuestra situación se iba diluyendo.

-Es una lástima, pensé que te gustaría volver a visitar Grace Manor.-dijo.

¿Grace Manor?

-¿Cómo dices? ¿será ahí? - pregunte.

-Así es, pienso que los Mont-Noir rentaron la mansión de la condesa de Du Pronte... - dijo mi amigo sonriendo malvadamente.-... Me enteré de que los visitarán amistades de Francia, y pienso que tal vez incluso cierta pelirroja...

¿Me estaba insinuando que Priscilla era amiga de los Mont-Noir? Eso explicaría bien el porqué ellos estaban en Grace Manor.

Bebí de mi copa. El líquido ambarino me quemaba pero era extrañamente reconfortante.

¿existía la posibilidad de volver a verla?

Sentía los latidos desbocados de mi corazón, en mis oidos.

-vendrá después de tanto...-dije en susurro.

Incluso aunque lo dijera me costaba creerlo. A veces se sentía como si lo que pasé con Priscilla hubiera sido un sueño, algo irreal y que jamás sucedió.

-¡Oh pero si ya la han visto hace tres días, comprando en Main Street acompañada de la vizcondesa de Blackhill! Ya sabes Lady Alinne. - exclamó William. Él se estaba divirtiendo de lo lindo con mis reacciones.

Entonces ya estaba en Inglaterra, y bien me la podía imaginar, de compras con su prima, como hacía tantos años atras, ambas paseándose y riendo.

¿Acaso ya me habría olvidado? ¿me seguía odiando? ¿me seguía amando? ¿tendría miedo de encontrarse conmigo o tendría la misma emoción que yo tenía de volver a verla?

-Me tienes que llevar a ese baile.-declaré.

No me importaba Mont-Noir y su convicción de no querer verme.
No me importaba Madmoiselle Alexia ni lo que pudiera pensar su madre de mi persona o mi honra.

Me tenía sin cuidado llegar a un evento tal, sin invitación.

Era seguro que Priscilla iba a asistir al baile acompañando la celebración de los Mont-Noir.
Yo yo...

Yo. Debía. Volver. A. Verla.

William sonrió.

-Pensé que nunca lo pedirías.

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N/A: algo un poco más corto que lo que acostumbro pero quería que tuvieran algo antes de ponerme a hacer las montañas de tareas que debo entregar el Lunes.

En cuanto acabe escribiré algo más, prometido.

Atte.
Lenka Mockingjay.

Pd. Deseenme suerte.