7 Alexia

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Alexia

-No entiendo tu actitud.- me decía Gabriel mientras me ayudaba a bajar de mi montura.

Nos encontrabamos en Hyde Park, y él me estaba enseñando a montar a la inglesa, ya sabes sentada de lado en esa extraña silla de amazona.

Me tomó de la cintura para ayudarme a bajar del caballo, y aunque terminamos demasiado cerca y él mantuvo sus manos en mi cintura acercandome aún más a él, y aunque yo me moría por que me mantuviera así por siempre, yo no lo iba a perdonar.

-No hace falta ser un genio para entenderlo.-le dije, y traté de que me soltara.

Nueva lección: Gabriel era más fuerte que yo.

-Solo la saludé un momento, no entiendo porqué estás tan molesta.- me dijo. Oh él podía ser tan ingenuo.

Unos minutos antes nos encontrabamos felices paseando, y luego todo se fue el piso.

¡Nos encontramos a Heather Wilham! ¡Hurra!

Y solo bastó una sonrisa de ella para que él fuera casi corriendo a saludarla, dejandome sola en medio de Hyde Park. Y lo peor era que mi pobre primo era tan ingenuo como para no darse cuenta de que esa pequeña mugrosa actuaba totalmente con coquetería mientras le sonreía.

Y bueno, está bien actúe como una cría inmadura, hice correr mi montura en lugar del ligero trote que habíamos mantenido, primera mala idea.

Y él me lo gritó.

Segunda mala idea: tomar un camino dañado.

De eso en conjunto con mi inexperiencia en el uso de esa maldita silla. Bueno fue directamente a un desastre.

No supe bien ni que sucedió pero terminé en el suelo con un tobillo lastimado, aunque al menos mi primo me había seguido y me pudo ayudar. Y por otro lado lo alejé de esa Wilham.

Pero me mantuve furiosa con él. No podía dejarme ignorada cada vez que ella apareciera.

-Me habéis ignorado por ella. - le reclamé. - además ya no quiero hablar de eso ¿Puedes llevarme a casa? Me está doliendo mucho el tobillo.

Él rodó los ojos y me tomó en sus brazos.

Me abracé a él por su cuello, y le vi sonreir.

-Estás celosa de Heather.-me dijo.

Yo resoplé aunque no era nada digno de una dama.

-Para nada... - lo golpeé un poco en el pecho.-... Además ¿Por qué la llamas tan familiarmente? No es de tu familia.

El sonrió.-Ni tu. Pero no te preocupes, los celos son algo natural.

No supe qué responderle en ese momento. Cuando se me ocurrió algo fabuloso, ya era tarde. Aunque supongo que eso sucede siempre.

Y gracias a mi tobillo lastimado tuve que estar dos días en casa, sin poder caminar.

Bueno teóricamente sin poder caminar, porque bien que podía hacerlo, dolía pero era soportable.

El segundo día nos visitó Lord Pembrooke. O mejor dicho me visitó.

Al principio el mayordoml no quería dejarle pasar, al parecer por expresa orden de mi tío. Pero ninguno de los Trenton se encontraba en casa, así que Miles tuvo que obedecerme.

Fue entonces que corroboré mi teoría de que algo malo había pasado entre Lord Pembrooke y mis tíos.

Hablamos en la sala de mi tía, tomamos el té juntos, y él duque me platicó acerca de su vida. Yo en el fondo esperaba algún sucio secreto de Heather, que yo pudiera utilizar a mi favor.

Amor Y Culpa (Saga Amour #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora