17 Alexander

5K 545 46
                                    

Alexander

Tres días.
Tres torutantes y largos días fueron los que tuve que esperar para el baile de Madmoiselle De Avignon.
Tres días en el más absoluto nerviosismo y distraimiento.

No podía pensar en otra cosa que no fuera Priscilla.

¿Seguiría siendo igual de hermosa? Eso era algo seguro.
¿Estaría enoja aún conmigo? ¿me extrañó? ¿Seguiría enemorada de mi. ¿Me encontraría todavía apuesto? Aun con las arrugas nuevas en mi rostro, mi semblante triste y los hebras blancas que se mezclaban en mi cabello.

¿Qué le diría cuando la viera?

Para el baile mandé a hacer un traje totalmente nuevo, con las telas más finas.

Por otro lado, oh como había cambiado mi vida en esos tres días.

Mi casa nunca se sintió tan acogedora ni cálida. Heather por un lado estaba radiante por su boda, su prometido la visitaba a diario y le mandaba flores cada mañana, al menos ese muchacho se notaba que quería a mi hija. Y mi pequeña sonreía como jamás en su vida. Catherine era la madre y esposa amorosa y alegre que mantenía el hogar cálido y cogedor para todos.

Era casi fantasioso, pero me encontré sonriendo en su presencia por primera vez en nuestra vida conyugal.

Así, con esa sonrisa, incluso se veía linda, supongo. Pero seguía medicada y bajo el cuidado de su enfermera, Miss Winnyfred Jordan.

Miss Jordan era una mujer graduada en enfermería que trabajaba para el Doctor Gordon. Era hija de un conde venido a menos y se notaba en sus educadas maneras, y obviamente era participe de nuestras cenas y debía admitirlo, gracias a ella, por fin había obtenido comodidad en mi propia casa.

Estaba tan nervioso que a veces ni siquiera le prestaba atención a mi hija. Heather se la pasaba parloteando acerca de lo bien que se llevaba con Alexia y de como admiraba a Madame Mont-Noir, hasta Catherine sonrió al nombrar a la madre de Madmoiselle Alexia, al parecer la cual, según mi esposa e hija, era una mujer sumamente elegante, educada y hermosa.

Casi hablaban de ella como si fuera mítica. Y eso me picaba la curiosidad, yo no conocía a Madame, pero esperaba que Priscilla me la presentará y poder cambiar su perspectiva de mi persona para que Madame ya no desconfiara de que yo me le acercara a Madmoiselle Alexia.

La noche llegó, y en el carruaje solo nos encontrabamos mi hija y yo. Cathy todavía no debería salir a eventos concurridos.

Heather estaba contenta, ya hablaba de Alexia como si fueran íntimas amigas, y realmente me alegre por ambas, pero mi nerviosismo le ganaba a cualquier otro sentir que pudiera tener.

La entrada a Grace Manor estba completamente concurrida por la cantidad de carruajes que llegaban, de los cuales salían los invitados, todos elegantemente vestidos.
Y en la entrada una mezcla de idiomas se oía entre el bullicio. Había gente hablando en francés, en inglés, en italiano me pareció oir a una familia, y hasta españoles.

¿Ese era el embajador de España y su señora?

Vi la crema y nata de Londres, y a muchas caras desconocidas y sonreí, sin duda así sería fácil mezclarme entre la gente, pero también sería más difícil encontrar a Priscilla.

En lo alto de la escalinata vi a Lady Albertinna, ya muy anciana y del brazo de su joven nieto, Lord Ponsell. Desde hacía años no veía a la señora. Y la verdad, no estaba interesado ni en saludarla.

Heather vio a alguna amiga y se alejó de mi lado, y yo de inmediato fui interceptado por William Kengsinghton.  Con el cuál entré en la mansión.

Estaba espléndida, y como la primera vez que entré me quedé asombrado por su belleza arquitectónica.

Suspiré. Está pudo haber sido mi casa.

En el recibidor se encontraba el mayordomo y Mounsier Mont-Noir, recibiendo a los invitados, pero había tanta gente que a penas si se podía distinguir algún rostro cercano, sonreí y acompañado por William, de pronto ya me encontraba en el salón de baile.

Toda la mansión estaba decorada por miles de rosas blancas y velas.

Ansioso, solo buscaba a alguna mujer pelirroja que me quitara el aliento. Sabía que ella vendría, y esa noche tendría que verla.

Estaba nervioso. ¿podría volver a besarla?

La velada comenzó con algunas pláticas insustanciales entre William, Lord Arlingthon y yo.

Pero todo lo emocionante comenzó cuando se abrió la puerta principal y ante todos apareció Madmoiselle Alexia, bellamente vestida en seda turquesa.

Estaba preciosa, eso había que admitirlo. Su padre la recibió y orgulloso bailó la  primera danza con ella.

Pero todo se eclipsó cuando, a unos metros de mi, la reconocí.

Mi condesa hablaba alegremente con su prima, mientras miraban a los De Avignon bailando.

Juro que casi dejé de respirar, se veía espectacular. Me permití observarla un momento antes de ir a hablarle.

Usaba un vestido, extrañamente recatado, pero que en ella de todos modos lucia sensual, de color gris aperlado, con diamantes, y un recogido sencillo. Sus ojos se veían increíblemente grises, como un mar tormentoso, y su cabello seguía exactamente del tono de rojo que siempre me encantó.

Por ella no habían pasado los años, y yo, por mi parte, de pronto sentí vergüenza. Me sentía tan viejo, ya no quedaba en mi nada de ese joven que ella conoció.

Pero en un impulso de antigua valentia, caminé hacia ella.

Mis manos sudaban, ¡Dios parecía un crio nervioso!

No fueron necesarias las palabras, en cuanto ella me vio, solo abrió los ojos, asustada y sorprendida.

Yo la reverencié y sonreí.

-Madame Du Pronte, me alegro de verla después de tanto.- dije, fingiendo estar en conpleto control de esas ganas locas de abrazarla y besarla ahí mismo.- ¿me concedería una audiencia?

Entonces, Priscilla miró a su prima, tuvieron una de esas conversaciones con la mirada que solo ellas entendían, Alinne asintió.

-Bien. - Mi condesa me guió hasta un pasillo al costado de las escaleras. Y ahí en la primera puerta. Era una sala de música, en donde había un piano y un arpa.

Y en un guiño, un impulso de mi antiguo yo, ese que había sido flechado por sus ojos grises. Me atreví. Lo necesitaba.

En cuanto ella cerró la puerta, me le acerqué, la tomé fuerte de la cintura como tanto a ella le gustaba y la besé.

. -. -. -. -. -. -. - -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -.. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -.. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -. -.

N/A:
=D
yo también les quiero. Bye.

Comments?

Atte.
Lenka Mockingjay

Amor Y Culpa (Saga Amour #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora