Heather
Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac.
El sonido del reloj era lo único que se escuchaba en la sala, además de la porcelana de la taza, donde Lady Ana, la madre de Maximilian, tomaba té.
Ella y Lord William, su esposo, aún lucían contrariados. Hasta hace dos horas ni ellos ni mi padre sabían que Max y yo los haríamos abuelos.
Suspiré. Mi padre estaba furioso, pero era realmente admirable que no hubiera intentado matar a mi novio en cuanto lo vio, aunque me sospecho que fue por el simple hecho de que ahí se encontraba también Lady Ana, y ante su presencia, por alguna extraña razón, nadie nunca era capaz demostrar violencia.
-¿De cuanto tiempo estás, querida? - me preguntó mi futura suegra, mientras dejaba la taza sobre la mesita.
Mi padre me miró con esos frios ojos suyos. No pude evitar encojerme de miedo, nunca lo había visto tan molesto.Max tomó mi mano y yo lo amé más por ese simple hecho. Él también estaba asustado, por mi padre y por la enorme responsabilidad que se cernía sobre nosotros, y sin embargo ahí estaba brindandome todo su apoyo, animandome a responderle a su madre.
- de... De cuatro meses, milady.- le dije.
-¡Y esperaste tanto tiempo para decirnoslo! - gritó mi padre. Pero inmediatmente fue reprendido por Lady Ana. Ella era la única que al parecer sabía manejar esta situación.
-Entonces no queda más por decir... - dijo ella ceremoniosa y calmada. Era de esas mujeres que aún estando molestas no perdían su calma interna. Sin duda había sido una buena madre con todos sus hijos, y de la cual yo podría tomar ejemplo, porque seamos sinceros ¿ser una madre como la mía? Nunca.-.... Tienen que casarse de inmediato ¿No lo crees William?
Lord Amaton también estaba muy molesto. Su hijo acababa de comenzar su formación como abogado y según él "ya tan pronto había arruinado su futuro". Sin embargo, le dio la razón a su mujer.
Mi padre tenía cara de funeral. ¡Él creía que era mejor realizarme un aborto! Por suerte Lady Ana se escandalizó tanto de esa idea que a mi padre ya no le quedaron más ganas de sugerirlo. La ame por eso. Sin duda hasta yo podría adoptarla como madre.
-Excelente... - dijo mi futura suegra. Después nos sonrió a su hijo y a mi. -... Ha sido precipitada su elección, y sin duda no es la manera correcta ni adecuada de empezar una familia, sin embargo, no es algo por lo que hay que llorar, todos nosotros... - dijo esto mientras miraba severamente a mi padre.-... Solo nos preocupamos por ustedes y los apoyaremos.
Le sonreí agrdecida. Era una mujer de oro.
-Ahora bien, tenemos muchas cosas que hacer y que comprar, querida... - Lady Ana se paró del sillón y tomó mi mano.-... Maximilian, debes irte de inmediato o llegarás tarde a tu clase de derecho romano...-ordenó a su hijo. Luego volteo a ver a su esposo y a mi padre.-... Y ustedes dos, sean adultos de una buena vez y pónganse de acuerdo en lo que falta, que vamos en contra reloj.
Dicho eso, nos sacó a Maximilian y a mi de la casa de mi padre. Una mujer inteligente, sabía que si nos dejaba solos con esos dos...
No quería ni imaginarlo.
Lady Ana nos instó a subir a su carruje, tendríamos que dejar a Maximilian en la universidad y después nos iriamos de compras.
-También debemos visitar a un doctor, quiero saber todo acerca a de tu estado, pequeña.- me dijo después de que Max se fuera a sus clases.
Le sonreí con algo de pena. No podía saber la clase de mujer que yo pintaba a sus ojos, que obviamente no era la más santa, y aun así ella me trataba como supongo lo hubiera hecho mi madre si su psique no se encontrara mal.
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Amor Y Culpa (Saga Amour #3)
Historical FictionSaga Amour Libro 3 Segunda parte de "Amor y Secretos" Alexander terminó casandose con la señorita Neville dejando a Priscilla embarcandose de nuevo a Francia con el corazón roto, y una sorpresa en el vientre. ¿pero qué sucedió realmente esa mañan...