Priscilla
No podía ser.
¿en qué clase de pesadilla estaba viviendo? Mi visión incluso de puso medio borrosa.¡Alexia ya había conocido a Alexander! Y solo sabrá Dios que habrá pasado entre ellos como para que él le regalara tan costoso y fino collar.
Philippe me guió hasta nuestra habitación. La respiración me faltaba, y la cabeza me daba vueltas.
-Debes tranquilizarte, querida. Estás pálida.- me dijo mi esposo mientras me dejaba sentada en el sillón. Casi sentía ganas de vomitar.
-¡No puedo! ¡Sabés bien lo que significa! -grité. No, no, todo ésto era fantasioso. -... Ellos se han conocido y sabrá Dios que habrá sucedido entre ellos.
-Mi cielo...-mi esposo tomó mis manos entre las suyas, su tranquilidad comenzaba a calmarme, aunque no del todo, pues un miedo gigantesco crecía en mi interior y no podía detenerlo. -... sinceramente no creo que hayan... Ya sabes... Alexia es una niña aún.
Suspiré.
-Sí lo sé, nuestra pequeña es tan inocente e inexperta. Pero Pembrooke siempre fue un maldito calavera, nunca le importó la edad de las mujeres que frecuentaba, y lo conozco sé qué puede ser muy persuasivo y encantador y....- dije mientras una idea se formaba en mi mente ¡Oh no! ¿Cómo antes no me di cuenta?-.... ¡Dios mio! ¡Alexia es tan parecida a mi! ¿Qué he hecho, Philippe? Sabía que no debíamos venir nunca a éste maldito país.
Cerré los ojos tratando de calmar la migraña que se empezaba a formar en mi cabeza. Yo vivía tan tranquila y feliz en Francia, en mi casa, con mi marido y mis hijos ¿Pero realmente pensaba que me salvaría de mi pasado tan fácil? Philippe me abrazó al instante. Solo en sus brazos me sentía fuerte y segura. ¡Todo ésto era una maldita pesadilla!
-Ya, ya, calma porfavor... - dijo mientras acariciaba mi espalda con ternura.-... Si hubiera sucedida algo, Alexia no nos habría confesado el nombre del Lord que le regaló ese collar, tan sencillamente como lo hizo... - dijo él. Por un lado mi esposo tenía razón. Pero simplemente no podía calmarme.-... Además no estamos seguros si el tal Lord Pembrooke del que habla nuestra hija es el mismo Alexander Wilham. No lo sé, tal vez murió y tenía un hijo que le ha heredado. O un sobrino o algo.
Me separé de él un tanto bruscamente. No había pensado en que tal vez Alexander estaba muerto. Pero no, algo dentro de mi intuía que Alexia ya había conocido a su padre biológico.
-¡Aún así es abominable!... -grité mientras me paseaba por la habitación. Al final terminé lanzandome contra la cama. -... Philippe ¿Es muy tarde para volver a casa?
Mi esposo se acercó a la ventana para cerrar las cortinas, él sabía que estaba a punto de darme una migraña de tamaño colosal.
Sin embargo, antes de cerrarlas por completo, se detuvo. Y por algún extraño motivo, sonrió.
-No querida, ahora estoy seguro que nuestra hija no ha sido faltada por Pembrooke.
Me incorporé de inmediato. Mala idea para mi migraña. -¿Cómo dices?
Me hizo un gesto para que me acercara. Y así lo hice.
La ventana daba al hermoso jardín de Alinne, y en el centro de éste vi claramente a Alexia, y a....
-¿Gabriel Trenton?-pregunté un tanto incrédula. Ambos estaban abrazados y.... ¿besándose?
¿Qué?
¡¿Ese fulano estaba besando a mi pequeña?!-Lo supe desde el momento en que llegamos.... - Philippe me miró con una rara sonrisa en su apuesto rostro. -... Ese muchacho quiere a nuestra pequeña.
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Amor Y Culpa (Saga Amour #3)
Historical FictionSaga Amour Libro 3 Segunda parte de "Amor y Secretos" Alexander terminó casandose con la señorita Neville dejando a Priscilla embarcandose de nuevo a Francia con el corazón roto, y una sorpresa en el vientre. ¿pero qué sucedió realmente esa mañan...