Querida Banda #HRP☆

Adelanto☆

Tengo que tocar...

¡Sólo toca el timbre!

Ahhg, es imposible... no se como hacerlo...

Me apoyé en la puerta y me deje caer al suelo lentamente buscando la forma de conseguir el valor suficiente.

Byron...
Key...
Papa...

Si en verdad quiero superarme a mi misma debo afrontar las cosas en cara, ya es momento de dejar de huir.

*Inhala*

Me levanté y rápidamente me gire y con todas mis fuerzas vitales apreté el botón del timbre, y solo me quede con los puños apretados mirando atentamente esperando a que me abrieran.
La puerta se abrió con un sonido rechinante seguido de la presencia de un niño. Baje mi mirada y me encontré con los ojos de Byron.

Los ojos de mama...

-¡¡Hermana!!- grito con una sonrisa abrazandome.-¿Ah? tu no eres mi hermana, eres un chico.- dijo confundido al verme.

Se alejó y confundido me miró por un tiempo antes de que Rey llegara tras de el y antes de mirarme mirara a nuestro pequeño Byron.
Su expresión fue de sorpresa y le había afectado mucho.

-¿Olivia?- preguntó.

-Key...- susurre.

_____

En la sala ya hacíamos en un profundo y tenso silencio, mientras yo solo tomaba en pequeños sorbos la taza de té que mi hermano había preparado.
Tanto tiempo sin ver a Key me da la impresión de que esta mas guapo, los últimos recuerdos que tengo de el es de un debilucho de gafas redondas, ahora es un moreno alto y fuerte.
Byron siempre ha sido cuchi; sus ojitos verdes y grandes como los de mama, y su cabello siempre con un look formal.

Han cambiado mucho...

-Has cambiado mucho...- dijo Key rompiendo el silencio.

-Si...

-Ahora pareces un chico.- dijo mirándome atentamente.-En verdad que no eres la misma chica de antes que siempre te preocupaba por la apariencia, ahora te ves... mas relajada, hermana.- dijo acostando su espalda en el espaldar del mueble.

-El tiempo no espera a nadie, hermanito... o eso fueron las últimas palabras de mama antes de dejarme en el aeropuerto.- dije dejando la taza de té sobre la mesa.

-Es cierto, estas más imprudente que antes.- dijo haciendo lo mismo con la taza.

¿Porque no es igual? antes era mi confidente y ahora... parece mi enemigo, mi mayor obstáculo.

¿Mamá que se supone que haga?
¿Cómo les doy la cara?

Nuevamente caímos en el profundo silencio hasta unos minutos después que la puerta de la casa sonó y en el pasillo papá se encontraba, y sin saber de mi presencia entró a la densa admosfera entre mi hermano y yo.
Su gesto fue de confusión y muy preocupado al verme, solo pude mirarme sobre mi hombro con la mirada baja.

-¿Olivia...?

-Hola, papa...