Miradas

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La cafetería del casino fue mi primera opción, la misma donde había conocido al chico rubio de ojos almíbar.

Apuré el paso, mi estómago se escuchaba cada vez más fuerte dejando en evidencia el hambre. Al girar en una esquina pude ver a Jolie junto a un sujeto de mal aspecto, no me refiero al cómo iba vestido, si no su mirada ese tipo de miradas que dan escalofríos, de esas que dicen "no te metas conmigo". Quede detenida frente a ellos unos segundos antes de que la chica notara mi presencia quien estaba demasiado concentrada en prender su porro.

El tipo fue el primer en notar que los observaba llamando la atención de ella para que le diera una explicación sobre quien era yo y porque miraba, Jolie al verme se puso aún más pálida de lo que es naturalmente, estaba por acercarse a mi cuando la mano de él la detuvo.

No tenía la menor idea de lo que pasaba ahí, pero de una cosa estaba segura: debía salir de ahí. Tomé otra ruta para no pasar justo por su lado, rezaba para que no vinieran por mí, ¿en que andaba metida Jolie? Solo esperaba que no me involucrara al ser su compañera de habitación, una de las cosas que odio en la vida es que rompan las reglas, aún más cuando pueden ser perjudiciales para mí.

Abrí la puerta de vidrio para encontrarme con el mostrador lleno, así que me dispuse a esperar por algo de comida antes del almuerzo.

La fila de personas avanzaba ágilmente. –Hola, ¿qué vas a llevar? –Para mi sorpresa no era el chico... ¿cómo se llamaba? Justin, si así es. Era su amigo.

Hola, quiero una ensalada de fruta y un brownie con chispas de chocolate, por favor. –El joven comenzó a registrar el pedido mientras mis ojos buscaban a Justin sin obtener resultados, hasta que lo vi, se encontraba atendiendo una mesa.

Volteó rápidamente y notó que lo observaba, así que comenzó a caminar en mi dirección con una gran y hermosa sonrisa.

¿Qué rayos hago? Como se supone que le hable a alguien, gruñí para mis adentro preguntándome donde estaría mi amiga en estos momentos, ojala en internet hubieran tutoriales de como sociabilizar sin ser fastidiosa. Pero para mí fortuna, cuando estaba a pocos metros de distancia una señorita salió de una puerta trasera, seguramente a una que conducía a una bodega por lo que le dijo "Justin, ¿puedes ayudarme a mover esas cajas?" a lo que el asintió. Yo ya no lo miraba, así que no supe si fue de inmediato o se quedó ahí.

¿Para servir o llevar? –Era Ethan, su nombre estaba en su camiseta de trabajo.

¿Cómo? ¿Disculpa? –No entendí al comenzó si el chico me hablaba a mi o algo por el estilo.

Que si quieres tu pedido para servir o llevar. –Él sonrió, sentí por un momento que había notado mi distracción, esperaba que no.

Ah... para llevar por favor. –Bravo, eres la mejor Heather mirando a un chico mientras compras quedando como estúpida.

Ok, estará listo en unos momentos, por favor espera en los sillones para tu comodidad. –El lugar estaba por decir lo menos llenísimo, ese día que vine aun no comenzaban las clases así que había menos gente en el campus. Me senté un pequeño sofá que se encontraba mirando a la ventana para ver cómo la gente salía apresurada a sus clases, estudié el horario de hoy y solo tendría una clase más en una hora para luego ir a almorzar.

Escuche mi nombre de la voz del chico que me atendió, pero ¿en qué momento le había dicho mi nombre para la orden? Seguro se lo dije mientras estaba como estúpida mirando. Le levanté para ir por mi comida, la necesitaba de inmediato o si no me desmayaría, le di las gracias para salir por la puerta de cristal.

Justin's POV:

Me encontraba encargándome del trabajo que mi jefa había pedido cuando Ethan llego a mi lado, se suponía que debía estar atendiendo el lugar estaba atestado de gente.

Hey, ¿a qué hora iras a almorzar? –Sentí un suave golpe en la cabeza, giré y lo vi con la mano en alza. Tenía la mala costumbre de golpearme siempre que estaba desprevenido.

Gruñí sobándome la nuca. –¿No deberías estar atendiendo?

De hecho llegó un chico de part-time, así que lo deje a él. –Sus labios comenzaron a formar una maliciosa sonrisa, sabía que no podía dejar solo a algún trabajador nuevo –Los clientes ya fueron a sus clases, mira la hora. Recuerda que hoy tenemos clases en la tarde. –Así era, conocí a Ethan como compañero de carrera, él había sido quien me ofreció el empleo en la cafetería de su tía, la cual administraba su prima, nuestra jefa. Era el único que sabía cuánto significaba el empleo para ayudar a mis padres y la enfermedad de mi hermana, era parte de la familia desde ese entonces. Conocía mis más grandes secretos y yo los de él.

Viste que clienta vino hoy, claro que lo hiciste no sé porque pregunto. –Tenía la mirada, esa que utiliza para burlarse.

¿Quién? No sé de qué hablas. –Traté de no mirarlo, intuía a lo que se refería pero seguir acomodando las cajas.

Bufó descansando las manos en su cadera. –No te hagas el tonto Bieber, sabes de quien hablo.

No lo sé, viene mucha gente todo el día. –Me encogí de hombros, pero tenía claro que tarde o temprano la mencionaría.

Examinó mi postura reprochándome la forma en la que respondí. –La chica del bigote de café.

Uhm... sí creo haberla visto. –Ni yo me creía aquello, pero necesitaba bajarle el perfil. Siempre venían chicas hermosas a comer, pero no podía pasar nada ya que al tiempo desaparecían dejándome lleno de preguntas como si algún día las volvería a ver. No quería que pasara eso más.

No hablo de ser un tipo de andar con muchas mujeres, pero en el trabajo te aburres demasiado para no hacerlo. Y maldita sea, ella... era hermosa, llamaba la atención por sus grandes ojos verdes, su cabello perfectamente liso. Algo tenía, pero no entendía muy bien... todo tan arreglado, todo con tanto control, un verdadero misterio.

Esa no te la crees ni tú viejo, vi cómo se miraban. Incluso ella dejo de prestarme atención mientras registraba su orden. –Ahora si dirigí completa atención a lo que hablaba, quería saber más hasta el último detalle. –Si no fuera por mi prima te habrías acercado a hablar con ella.

Supongo... solo la he visto un par de veces, eres un poco exagerado Ethan, un poco... nena, ¿sabes? –Ambos reímos por la estupidez que acababa de decir, de todas formas lo había molestado salió de la bodega caminando como si llevara tacones, este tipo estaba loco.

Seguimos trabajando hasta las dos de la tarde cuando terminaba el turno de mañana para ir a almorzar al casino de la universidad antes de entrar a clases. 

Now or Never ➳ j.b.Where stories live. Discover now