¿Estás bien?

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Justin's POV:

Al momento de voltear en dirección a la bodega me había arrepentido de aquellas palabras, quizás había sido muy descortés. No lo sé, solo me sentía abrumado por todo y por todos.

Me quedé revisando unos pedidos largo tiempo antes de salir y no ver a la trigueña de ojos verdes. Quería pedirle disculpas, no era la primera vez que esta chica me hacía sentir culpable.

Noté a Ethan hablando por teléfono antes de ponerme algo de abrigo –Adiós man, nos vemos mañana. –el solo asintió lanzándome un beso, típico gesto estúpido de mi amigo.

Salí de la cafetería cuando el sol se escondía y todo se volvía anaranjado. Necesitaba pensar, necesitaba caminar.

Veía como el otoño se acercaba rápidamente mientras escuchaba la lista de cancines más melancólica de celular, recordando una y otra imagen de Eleanor enferma, conectada a tubos y máquinas que solo a veces lograba descifrar.

Let It Go de James Bay comenzaba a sonar y yo cada vez más triste me sentía. Cada vez más inútil, más inestable. Necesitaba sacar todo lo que tenía dentro, no supe en que momento las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, una tras otra sin parar. Despreocupado si alguna de las pocas personas que transitaban hacia mi camino a la parada de autobuses lo notaba, solo quería sentirme mejor.

Sentí como alguien tocaba suavemente mi hombre en busca de atención, voltee y ahí estaba ella con sus gran y curiosa mirada, la cual cambió al notar mi estado desastroso.

Heather's POV:

Me encontraba en mi habitación después de las clases tomando apuntes de mis grabaciones del día y para cuando ya había terminado me encontraba con algo de tiempo libre recordando que no había hecho mucha actividad física desde que había llegado al campus. Cosa que siempre hacia con mi hermano y últimamente con nuestro nuevo miembro de la familia, Niebla.

Así que levante mi trasero de la cama para ponerme ropa deportiva y atarme el pelo en una coleta alta.

Habían pasado apenas veinte minutos desde que me encontraba en movimiento cuando pude divisar una figura conocida, al parecer era Justin. Por lo que apuré el paso para no perderlo de vista.

No tarde mucho en llegar a él ya que su paso era lento, demasiado lento diría yo. Traté de llamar su atención tocando su hombre, hablarle no había servido.

Su mirada estaba perdida, hundida en un mar de lamentos y sollozos que peleaban por salir. Algo no estaba bien con este chico. No sabía que decir.

Jus... justin, ¿estás bien? –en los momentos más inoportunos mis preguntas estúpidas de una novata en relaciones sociales se hacían presentes.

El solo negó con la cabeza mientras cerraba los ojos dejando caer lamentos de dolor, de mucho dolor.

Piensa Heather, piensa. ¿Qué mierda se hace en estos momentos?

Recordé a mamá. Bien, actúa como lo haría tu madre Heather.

Me acerqué a él y lo abracé, lo abracé lo más fuerte posible. No paso mucho tiempo antes de que el me respondiera de la misma manera, dejando salir suspiros entrecortados. Seguía llorando.

El tiempo se detuvo, no supe cuánto estuvimos en la misma posición pero de cierta manera no quería moverme y al parecer el tampoco.

No podía creer que yo, la persona más antipática y antisocial del mundo estuviera abrazando a alguien, a un extraño. Porque sí, aun no lo conocía lo suficiente como para que fuera mi amigo.

Se logró soltar de mi agarre unos momentos mientras volvíamos a nuestra posición inicial.

Trató de aclarar su garganta, pero se le hacía bastante complicado así que comencé a hablar yo –No tienes que decir nada, solo si quieres puedes contarme. De lo contrario podemos permanecer en silencio.

Su mirada cayó al suelo mientras asentía –Gracias, la verdad no esperaba esto. Es solo que... no lo sé, colapsé.

¿Es por lo mismo que hoy tenías esa cara? –claro que si estúpida, que preguntas haces.

Así es, –hizo una pausa mientras observaba el lugar, casi en la salida del campus –no tengo problemas en contarte ahora, sé que puedo confiar en ti.

¿Confías en mí? –cómo es que podía hacerlo si apenas nos conocíamos, si no fuera por la conversación en la fiesta solo sabríamos nuestros nombres.

Claro, ¿por qué no? Con tan solo mirarte puedo ver sinceridad.

Uhm... gracias. –sus palabras por alguna razón me apenaban –Pero si no quieres hablar de eso ahora, lo entenderé.

Si quiero, de hecho lo necesito. Vamos, ahí hay una banca vacía –Caminamos en silencio hasta el blanco asiento de madera –Entonces... ¿tienes tiempo?

Asentí el silencio para que comenzara a hablar. 


Justin's POV:

Comencé a contarle toda la historia de mi hermana, desde su diagnóstico hace cuatro años hasta la noticia de hoy. Ella escuchaba atenta cada palabra que decía, cambiando de expresiones cada momento.

Cuando terminé ella comenzó inmediatamente a llenarme de preguntas.

¿Pero cómo es que no sirven? ¿Cómo esta ella? ¿Me habías dicho la otra noche que se llamaba Eleanor cierto? –Llevaba sus manos al rostro una y otra vez procesando toda la información –Justin, y-yo... lo siento mucho. Realmente me gustaría ayudarte en lo que fuera posible, solo pídelo.

Gracias, aunque ni nosotros podemos hacer mucho. Más que buscar una explicación a su problema, solo sabemos que es un tema delicado sobre su sistema autoinmune, no funciona como debería. –ella solo seguía con la miraba preocupada.

Mi móvil interrumpió nuestras miradas silenciosas. Era mamá.

Heather ya se me había adelantado diciendo que podía responder.

No sabía si responder o no, quizás era algo de Eleanor – ¿Si? ¿Está todo bien?

Si cariño, ya estamos en casa. ¿Te esperamos para comer? –mamá sonaba mucho más calmada que por la mañana.

No, solo coman me quede buscando unas cosas. –finalice la llamada cuando mamá me había terminado de regañar diciendo cosas como "espero que no hayas tomado horas extras en la cafetería jovencito".

Antes de guardar el teléfono mire la hora –Heather, es mejor que te vayas a casa. Es bastante tarde ya.

Tienes razón. –nos levantamos del lugar percatándonos que ya era de noche.

Te iré a dejar. Dime dónde vives. –estiré mi cuello dejando de estar tenso.

¿Qué? ¿A dejar? ¿Acaso crees que tengo diez años? –su cara de indignación era tan graciosa que no pude evitar reír.

Claro que no, pero está oscuro. –Tenía las manos en la cintura, lo que me hacía recordar a mi madre cuando estaba molesta –no aceptare un no como respuesta, te seguiré de todas formas.

Arrugo la nariz tiernamente antes de dejar salir un "esta bien".

Now or Never ➳ j.b.Where stories live. Discover now