Felicidad part. 2

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La curiosidad me mataba, pero sabía lo cortante que podía ser Heather si metía mis narices donde no correspondía.

Decidí arriesgarme de todas maneras, aclaré mi garganta para llamar su atención– ¿Quién vendría por ti? –

–Uhm... no te rías, ¿sí? –unos segundos después hablo algo sin entender lo que decía.

– ¿Cómo? –me acerque un poco más para entender esta vez.

Llevaba las manos en los bolsillos de su sudadera negra mirando hacia el suelo –Mis padres, dije. –

No pude evitar reír, no porque sus padres la venía a buscar si no por si cara, podía ver como el humo salía de su cabeza.

–Dije que no te rieras. Creo que seguiré mi camino a solas. –que difícil era mantenerla sin algún nivel de enojo, pero aun así me agradaba.

Era distinta, no intentaba agradarle a todo el mundo. Solo actuaba natural, siendo ella misma. Eso era admirable en el mundo de hoy lleno de prejuicios y personas aparentando ser quienes no soy para ser parte de algo; para ser aceptados. 

–No, no por favor disculpa. Es solo que tu estas bastante enojada al parecer. –llevaba una y otra vez mi mano a mi cabello tratando de no notara mi nerviosismo; más bien mi miedo.

– ¿Te parece gracioso mi enojo? –elevo una mano a su cintura mirándome con esos verdes y grandes ojos llenos de incredulidad.

Eres hombre muerto Justin, pensé.

–Te ves tierna enojada para ser sincero–aunque trataba de evitar la muerte; no mentía. 

Los vasos sanguíneos de su cara se dilataron al punto de volverla de un tierno color carmesí, pero no omitió comentario ante lo que había dicho.

–Mamá insistió en venir por mí y no ha llegado, podría haberme ido en autobús sin problema. –revisaba su móvil a cada momento en búsqueda de respuestas, pero nada.

Negué con la cabeza, estaba haciendo demasiado drama–Solo quieren cuidarte. –

–Vaya que lo hacen ahora haciéndome esperar. –sus ojos estaban oscurecidos de lo molesta que estaba.

–Seguro tienen una buena razón, no seas tan cascarrabias. –dicha la última palabra mis ojos se cerraron automáticamente junto a una mueca.

– ¿Cómo me llamaste? –en ese momento temí por mi vida, literal. Sus ojos estaban posados en mi sin pestañear un solo instante esperando que respondiera.

–Cas... cascarrabias –cuando me había preparado para sentir algún golpe de sorpresa su rostro se ablandó a tal punto que estallo de la risa.

Esta chica tiene doble personalidad, pensé.

– ¿D-de qué te ríes? –dije atónito sin entender.

–De que nadie me había dicho algo así antes sin temer por su vida y tu rostro me causo gracia. –Llevo una mano a sus ojos sacando las pequeñas lágrimas de tanto reír –Seguro pensabas que te golpearía. –agregó para terminar de burlarse de mí.

Seguimos caminando hacia la taquilla en búsqueda de algún boleto para que fuera a su casa.

Durante el camino su rostro se notaba mucho mas sereno, hasta  de vez en cuando producto de mis bromas. Sus ojos se cerraban al reír y yo obtenía una amplia visión de su perfil. 

Joder, es hermosa. ¿Pero que pensaba? Heather es una amiga; ni eso. Recién no estábamos conociendo.  

Ademas pensando en la carga académica, Eleanor y el trabajo no tenia tiempo para tener algo, para dedicarle el tiempo que se merece a alguien. 


Heather's POV:

Llegamos a la cabina a comprar un boleto, pero lo primero que vi fue un "Agotados todos los viajes, por favor no insistir".

Un señora llena de maquillaje me observaba detrás de la pequeña vitrina diciendo "Lo siento cariño, todo agotado" para seguir limando sus uñas.

–Mierda–deje salir por mi enojo, toda esta situación me estaba colmando la paciencia.

–Pensé que no decías malas palabras. –pero ahí estaba el buscándole el lado bueno a la situación cubriéndose la boca con la mano ante su falso asombro.

–No juegues ahora, no estoy de humor. –Eche un vistazo a la pantalla del aparato y nada –Tendré que esperar hasta que se dignen a venir por mí. –

Ella no podía quedarse ahí y yo quería llegar a casa, solo encontré una solución.

–Claro que no, te vienes conmigo. –su miraba seguía fija en mí.

Joder esos ojos, ese color. ¿Era legal tenerlos así? Digo, la paz que irradiaban, la simpleza y tranquilidad que transmiten son incomparables.

Sin esperar un no por respuesta tomo nuevamente mi maleta.

– ¿Perdón? –dije saliendo del trance en el que me encontraba.

–Eso, que te vienes a mi casa. No te dejaré sola aquí. –dijo sin mayor interés, como si fuera algo totalmente normal.

–Pero... pero apenas te conozco. –logré decir antes de que volviera a mirar el móvil; nada.

–Descuida no te mataré o descuartizare. –dijo agitando las manos en el aire para quitarle importancia.

No pude evitar rodar los ojos este chico podía desesperar a cualquiera –Oh vaya eso me deja mucho más tranquila–dije ironizando. 

Reía por lo bajo antes de voltearse frente a mí –Te he contado cosas importantes de mi vida, solo confía tú en mí. –sus ojos no se despegaban de los míos, podría jurar que estuvimos horas así, pero alguien debía terminar ese momento.

–Creo que es la mejor opción. –dije encogiéndome de hombros.

–Me ofendes Heather, me ofendes. –elevo una mano a su pecho para hacer la más graciosa cara de indignación que haya visto antes.

Y pues ahí estábamos, camino a la parada de autobús esperando uno que nos dejara en nuestro destino.

Cada momento que pasaba, cada calle, cada casa que pasábamos hacia que mi estómago se apretara cuestionándome si lo que hacía era correcto. Pero qué más da, era la única opción que tenía y mucho mejor que esperar que vinieran por mí.

Chase, sí. Esperaba que por lo menos mi hermano respondiera algún mensaje. Traté y traté, nada.

Me resigne a guardar el aparato lo que quedaba de viaje, que para mi sorpresa no fue mucho pues a los minutos me encontraba frente a una hermosa casa de color marrón.

Tu puedes Heather, pensé.

Solo debía recordar como actuaba Emily o Jolie siendo amables y sociables, yo podría.




Now or Never ➳ j.b.Where stories live. Discover now