replay

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Las grandes puertas de cristal se abrieron paso para salir del recinto.

El impasible viento me golpeó enérgicamente haciéndome estremecer. Justin no estaba, no se hallaba por el lugar. Volví a mirar panorámicamente hacia el estacionamiento, no pude divisar el automóvil.

Estúpida hiciste que se fuera, dijo mi conciencia.

Sin saber que hacer envolví mi cuerpo con los brazos mientras me dirigía a una banqueta vacía, necesitaba pensar.

Todo este tiempo, todo esto había sido mucho. Demasiado para poder asimilar, por un lado tenía una nueva vida, a nuevos amigos, una nueva yo, a Justin y por otro a mamá junto a la culpa por ser una pésima hija todos estos años.

Mis mejillas se empaparon rápidamente con todos esos pensamientos y sentimientos.

Marqué el número de mi amiga, pero se encontraba apagado. ¿Dónde mierda esta Emily cuando la necesito? Porque tardaba tanto en llegar.

Mi respiración comenzaba a cortarse dejando salir leves gemidos, cosa que odiaba pero no podía evitar.

Eleve mis piernas para esconder mi rostro en ellas, me sentía perdida. Cada vez más diminuta en tan grande lugar donde lo único que se escuchaba era mi llanto.

–Por favor no llores, no llores Heather –escuché decir a mi lado.

Eleve la cabeza y ahí estaba, con sus ojos color miel apagados por la preocupación mientras sostenía la bandejilla de los vasos de café.

Mi corazón comenzó a latir mucho más rápido, temiendo incluso, que él lo escuchara.

–Pensé que te habías ido. –logré pronunciar luego de tranquilizarme.

Su expresión se hablando hasta llegar a formar una sonrisa –Tontita, ¿cómo te dejaría sola? –dijo mientras me tendía el vaso blanco.

–No lo sé, creo que fui un poco... mal educada al salir así del auto. –respondí para luego tomar un sorbo de tan delicioso líquido. Era mi preparación preferida.

Dio un paso para sentarse junto a mi mirando hacia el frente –Tranquila, yo también necesitaba pensar y comencé a caminar. ¿Sabías que hay otra cafetería por aquí cerca? Pedí tu café favorito, o el que creo que es tu favorito. –dijo bajando la vista a su vaso.

Sus dedos pasaban por aquel recipiente blanco una y otra vez, con él perdido en sus pensamientos el silencio se hacia cada vez mayor y yo solo podía seguir contemplando su perfecto -por decir lo menos- perfil.


–Espero que sea tan bueno como el que preparas tú. –le dije tratando de llamar su atención.

Pero a la vez no quería que viera mi rostro que seguramente a estas alturas estaría de todos colores.

Soltó una risa para luego mirarme –Bueno... no quiero presumir, pero la cafetería tiene su fama en el campus. –movía sus hombros con aires de grandeza.

Ambos reímos por su estúpido gesto. Esto, esto era lo que necesitaba.

Tomo un sorbo al mismo tiempo que yo –Ahora cuéntame, ¿algo paso con tu madre? –

Volví a la realidad con su pregunta, mis manos se movían nerviosa luego del colapso nervioso que había sufrido hace minutos –No, es solo que... todo esto ha sido mucho y he colapsado. –

Paso uno de sus brazos tras mi espalda para tomar una postura mas relajada, cosa que en mí provocaba todo lo contrario. Tan solo con sentirlo cerca me ponía nerviosa, mucho más que antes.

–Eres humana Heather, es normal expresar nuestras emociones a través de la risa, del llanto, de lo que sea que te haga sentir mejor. –dijo acariciando mi brazo izquierdo con la punta de sus dedos.


Aclare mi garganta para poder hablar, aunque sea responder algo coherente –Necesito acostumbrarme–

–Ven aquí, saber que tu amigo esta para ti cuando lo necesite. –acerco mi cuerpo con sus brazos haciéndome apoyar mi cabeza en su pecho mientras acariciaba mi cabeza.

"Amigo", resonó la maldita palabra en mi cabeza.

–No sé cómo te pagaré todo esto. –dije con los ojos cerrados disfrutando de aquel momento.

Acerco su boca a mi oído diciendo algo no dejaba de sonar en mi cabeza –Con que sonrías me basta–


Esperaba que ese momento fuera eterno. En los brazos de Justin me sentía en paz, tranquila alejada de tanta mierda que rodeaba mi vida familiar en estos momentos.

Pero como no era posible, todo termina.

–Heather, tu móvil está vibrando –dijo tratando de llamar mi atención.

Un mensaje de mis amigos anunciando su próxima llegada fue el cable a tierra que no quería en ese preciso instante.

**

Las horas pasaban y aun no tenía noticias favorables de mi madre, no despertaba.

Mire por un momento uno de los ventanales y comprobé que el sol ya se había escondido. Pero mis tres amigos seguían ahí.

Me paseaba una y otra vez como ya era de costumbre para mi cuerpo hasta que una de las enfermeras que había visto por la mañana se acercó a hablarme.

¿Tu eres hija de la señora Collins? Creo que ya es posible que la visites un par de minutos. 

No dije nada, solo asentí y camine a la habitación lo mas rápido posible.

Su cuerpo se encontraba con menos maquinas, menos monitores. Pero aun así se veía débil, necesitaba con todo mi corazón sentir esa luz que irradiara como solo ella sabía hacerlo.

¿Cuántas veces no la aproveche? Muchas, demasiadas.

Acerque una de las sillas para poder acariciar su mano, estaba tibia. Mis ojos se cerraron automáticamente para no llorar.

–Ma, sé que me escuchas, lo siento en mi corazón. Solo tengo unos minutos para hablar así que... Si superas como me siento en este momento... bueno tú sabes más que nadie como soy y también sabes lo que me está costando abrirme en este momento, incluso aunque estés inconsciente. –Tuve que para para aclarar mi garganta un momento –Quiero, bueno, quiero que me perdones. Sé que fue una pésima hija, incluso llegué a ser cruel por no entender que solo quería expresar tu amor y preocupación, pero si tan solo tuviera una oportunidad para remediar esto créeme que lo haría. –termine diciendo antes de que mi cabeza se reposara en la camilla llorando agitadamente.

–No tienes de que preocuparte mi pequeña, mamá siempre estará para ti. –podía imaginar a mamá hablar, seguro ya estaba perdiendo la cabeza. Hasta que sentí como su mano se movía apretando la mía.

Eleve la vista, borrosa por las lágrimas. Tuve que cerrar y abrir los ojos varias veces antes de reconocer lo que sucedía.

Mi madre había despertado. 

A su vida, y a la mía, le habían dado replay.

Now or Never ➳ j.b.Where stories live. Discover now