Esperanza

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No había espacio de la habitación de espera que no hubiera recorrido, además de la incertidumbre solo había podido ver a mamá diez minutos, de los cuales siempre estuvo inconsciente.

– ¿Puedes dejar de moverte? Me tienes nervioso –Trey trataba de llamar mi atención mientras comía lo que quedaban de sus uñas.

Gire tratando de detenerme, pero me era imposible. –No puedo, lo siento. –

Emily me tomó por los hombros haciéndome parar con la mirada seria –Ve a ver a tu hermano, seguro te distraes. Nosotros estaremos bien aquí. –

Solo asentí tomando el camino que me llevaría hacia la habitación de Chase, pero algo me detuvo.

Risas.

¿Esas eran risas de mi padre? ¿Acaso era momento de reír? Me parecía una falta de respeto que se hiciera festín estando mi madre en aquel estado y yo muriendo de la preocupación.

Abrí la puerta de un golpe encontrándome con una escena que me descolocó por completo.

Mi padre, mi hermano y Justin comentando un partido de futbol americano que se estaba transmitiendo por televisión.

Necesito despertar de esta pesadilla, ahora.

Estuve bastante tiempo analizando la situación aun con la mano puesta en la manilla de aquella puerta hasta que la voz de Chase me sacó del trance.

– ¿Papatas fritas? –dijo, con tono inocente.

Traté de sonar amable, pero cosa que solo fue posible en mi mente –No deberías comer ese tipo de cosas Chase, estas convaleciente. –

–Sabía que no duraría mucho Heather, la agradable. –Yo lo estaba notando. Y ellos ya lo habían percibido por el cambio en sus caras.

– ¿Cómo me llamaste? –mi tono iba subiendo a medida de que me acercaba a su cama.

Aquella vocecita en mi cabeza me recordó y dijo "Recuerda no actuar como una completa perra".

Reaccione al instante, había perdido todo el avance hacía una buena y afectiva relación con mi hermano menor.

– Yo... lo siento, no quería, ya sabes... –la culpa invadió mi ser haciéndome sentir avergonzada ante las miradas atónitas de los presentes.

–Lo sé, lo sé. Ven acá. –meneó su cuerpo hacia un costado para hacer el espacio suficiente para mí.

– ¿Se puede saber que hacen los tres aquí? –dije interrumpiendo su diversión bajando el volumen del televisor.

-Si tú no presentas a tu novio, hay que buscarlo. –dijo Chase, campante mientras formaba esa sonrisa que tanto me hubiera cabreado antes.

Aquella patata que había comido se atoró en mi garganta haciendo reír a los tres.

–No molestes a tu hermana, Chase –intervino papá.

Y claro, el tercer pelmazo no se podía quedar atrás –Cuando te deje para ir al baño... pues me perdí, solo sabía el piso y tu padre me vio y he estado con el acompañando a tu hermano desde entonces. –

–No te molestes con Justin, si no fuera por el habría muerto de aburrimiento. –el puchero que hacía Chase en ese momento me ablandó el corazón. Recordé por un instante imágenes de pequeños.

–Y tu desde cuando comes esta clase de alimentos... tan... tan poco tú. –dijo papá al notar como llevaba cada patata a la boca.

–Creo que de vez en cuando no está mal. –dije encogiéndome de hombros mientras trataba de entrar en la lógica del juego que pasaban por televisión.

El tiempo paso impresionantemente rapid en comparación al qe paso en la sala de espera. Demasiado rápido.

–¿La familia de la señora Collins? –dijo una enfermera que entraba en la habitación de Chase.

Mi padre salto de su asiento con el tono de la piel mas pálido que nunca –¿Ha pasado algo? –

–El doctor quiere hablar con ustedes. –

–Yo también quiero ir–

–Chase...–

–Pa, si pasa algo también quiero estar ahí. –

–¿Es posible llevarlo en silla de ruedas? –intervino Justin.

–Volveré en un momento, lo consultaré con su doctor. –

Luego de la aprobación del doctor para que Chase pudiera estar presente en la conversación nos dirigimos a una oficina, la oficina del doctor de mamá.

Mi padre, quien empujaba la silla de Chase, se adelantó dejándome en el pasillo a solas con Justin.

–Iré por tus amigos. ¿Están en la sala de espera no es cierto? –dijo para llamar mi atención.

–Claro... –dije sin mayor interés.

Justin tomo mis manos sin despegar los ojos de los míos, dándome un confort gigantesco –Por favor no decaigas, todo saldrá bien. –

Acaricié los nudos de sus manos antes de soltarlo –Gracias, lo tendré presente. –

De las paredes colgaban cuadros entre los cuales había diplomas, fotografías familiares y un sinfín de reconocimientos de temas cerebrales, enfermedades, neurociencia, entre otras.

–Por favor tomen asiento. –dijo mientras él se acomodaba en su gran respaldo de cuero negro.

Hicimos lo que nos señaló rápidamente, necesitábamos que hablara.

–Como le había comentado, este estudio se realiza para conocer el nivel de actividad cerebral que posee el paciente en el estado de inconciencia. Y al realizarlo a la señora Collins como equipo médico hemos quedado impactados. –su tono de voz era normal, pero sus palabras un tanto preocupantes.

Mire a papá y el solo apretó mi mano haciéndome sentir segura.

–Siempre fui honesto con usted señor, las posibilidades de que su esposa despertara con ese golpe eran mínimas. Pero... pero al observar los resultados nos encontramos con la sorpresa de que la actividad que presenta es de una persona totalmente normal, solo por la hinchazón de su cerebro la queremos mantener en este coma inducido por un par de días hasta estabilizar todo su cuerpo. –dijo esbozando lo que parecía una sonrisa.

– ¿Qué quiere decir con eso? –dijo Chase con las manos en la cabeza, jamás lo había visto tan preocupado.

–Que la rehabilitación comienza mañana, para obtener la mejor respuesta cuanto antes. Poco a poco bajo estimulación esperamos que despierte. –respondió el doctor haciéndome soltar un gran suspiro de tranquilidad.

–Solo paciencia, esto puede tomar tiempo. Así que les pido su mayor cooperación, hablen con ella, interactúen como si estuviera consiente. Pasen todo el tiempo posible como familia a su lado. –terminó diciendo antes de despacharnos de su oficina para visitar a mamá.

Fue como su esas palabras representaran un peso gigante, como si quitaran un camión de mi pecho.

Salí de aquella habitación con la mayor sonrisa que jamás había tenido, mis tres amigos se encontraban esperando por una respuesta, cosa que no fue necesaria. Es decir, me sentía la persona más dichosa del mundo.

Me lance hacia los brazos de Emily, quien de inmediato me correspondió dejando espacio para que Trey se incorporara.

–Sabíamos que tu madre saldría de este cariño. –Trey me acariciaba la cabeza con delicadeza mientras me hablaba.

Me aleje de ellos, sus rostros habían cambiado. Un dejo de preocupación noté en ellos.

Emily tomo mi rostro con ambas manos pasando sus pulgares por mis mejillas – ¿Estás llorando? ¿Heather, tu? –

Unos brazos pasaron mis hombros reconfortándome.

Era Justin.

–Sí, pero de alegría. –logré responder aún con el nudo en la garganta.

w/!E

Now or Never ➳ j.b.Where stories live. Discover now