DRACO P.V.O
Después de nuestra aparatosa huída, nos aparecimos en mi casa. Snape iba como un pavo real con la cola extendida. Rezumaba prepotencia por todos y cada uno de sus grasientos poros. Si pudiera.... le retorcería el cuello como a una gallina. Pero debo pensar en mi madre. Detrás nuestro, mi amada tía canataba a voz en grito, feliz por la muerte de Dumbledore. Greyback ,cosa rara en él, iba en completo silencio. Creo que uno de los Weasley le hirió gravemente. Si me lo encuentro alguna vez, lo felicitaré.
Cuando entramos en el salón grande, el Señor Tenebroso nos esperaba. Estaba sentado frente a la chimenea, acariciando a esa repulsiva serpiente. Nos miró fijamente, esperando a que le contaramos cómo habían ido las cosas.
-¡El viejo chiflado está muerto, mi señor! -ahí estaba la bocazas de mi tía, siempre dispuesta a lamerle los zapatos.
-Excelente. ¿Fue el joven Malfoy quien acabó con él?
-No, mi señor -Snape se adelantó unos pasos- Cuando llegamos a la torre estaba a punto de hacerlo. Pero me permití el lujo de matarlo yo. Tenía muchas cuentas pendientes con el viejo como para dejar pasar la oportunidad.
-Pero mi querido sobrino lo había desarmado y, por el aspecto que tenía Dumbly, debío torturarlo bastante antes de nuestra llegada -mira que bien, mi loca tía me estaba haciendo un favor sin saberlo. El Señor Tenebroso aplaudió despacio, cansinamente.
-Muy bien. Todos habéis hecho un gran trabajo -clavó sus reptilianos ojos en mí- Y tú, joven Malfoy, has conseguido lo que ninguno de nosotros pudo jamás: demostrar que las barreras de Howartts no son inpenetrables. Gracias a tu astucia hemos conseguido dar un golpe maestro para nuestra causa. Aunque me han llegado noticias de varias tentativas fracasadas....
-Meras distracciones, mi señor -no sé como logré que no me temblara la voz.- Mientras se dedicaban a buscar al culpable de los atentados fallidos, yo tenía vía libre para hacer y deshacer a mi antojo.
-Brillante visión de futuro -el Señor Tenebroso se levantó, cargando al bicho en sus hombros- De momento no haremos nada más. Dejemos que esos pobres lloren la muerte de su ídolo y mentor.
Y se desapareció, por suerte para mí. Su sola presencia me pone enfermo. Sin despedirme de mi agradable compañía, subí a mi dormitorio. Cuando entré, mi madre me esperaba sentada en mi cama, retorciéndose las manos por los nervios. Se levantó a reacción nada más verme.
-¡Draco! -ni la vi venir. En unos segundos la tenía encima mío, espachurrándome con un abrazo interminable- ¿Él está contento?
-No te imaginas cuanto -la separé de mí un poquito- Snape acabó con el director, madre. Yo....
-Lo sé, cariño. Tú no eres un asesino.
-¿No? Puede que no lanzara la maldición asesina, pero por mi culpa estaba desarmado e indefenso.
-No te preocupes, cielo. -mi madre me abrazó, esta vez un poco más suave.- Lo hecho, hecho está. Estarás cansado. Quítate esa ropa y acuéstate. Yo le contaré a tu padre.
-No te preocupes. Seguro que la loca de tu hermana ya lo ha hecho -mi madre rió por lo bajo. Sólo yo sabía que odia a Bellatrix hasta la médula.- Descansa, madre. Te ves agotada.
-Yo estoy bien, cielo. Duérmete.
Salió sin hacer apenas ruido. Me quité toda la ropa y la arrojé a la chimenea. No quería conservar nada de aquella noche. Tumbado sobre mi cama, me dediqué a pensar en Hermione. ¿Habría leído mi carta? ¿Potter le habría contado lo que en verdad sucedió en la torre?
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¿Quién conoce realmente a Draco Malfoy?
FanfictionTodos los que no pertenecen a su casa le odian. los que supuestamente son sus amigos, simplemente están con él para subir puestos en la escala de los mortífagos. por ello, Draco se encuentra completamente solo en un mundo hostil. ¿o quizás no?