El castillo estaba prácticamente desierto. En el hall, una menuda pelirroja observaba las estatuas y los cuadros del lugar que había sido su segundo hogar durante casi siete años. Cuando terminó de despedirse silenciosamente de todo lo que en otro tiempo había significado esperanza y felicidad, centró su atención el el pequeño grupo que la rodeaba.
Primero se acercó a sus amigas: Parvati lloraba en silencio. No eran siquiera del mismo curso, y muchas veces se habían llevado a matar por culpa de la aficción de la morena a los chismes. Pero el verla allí, demostrando su apoyo y su lealtad, había llegado a lo más hondo del corazón de la pelirroja. Se abrazaron con fuerza. Antes de separarse, la morena murmuró:
-No te preocupes. Cuando te traigamos de vuelta te pondré al día de todos los chismes del mundo mágico.
La pelirroja rió con ganas. La siguiente fue Luna. Los soñadores ojos de la menuda rubita se mantenían serenos, casi contentos. Se abrazaron y la rubia dijo:
-No te preocupes. Todas las criaturas mágicas velaran por tí. Te traeremos de vuelta. Tienes que acompañarme en un viaje para buscar criaturas desconocidas.
-Eso promete ser interesante, Luna.
Cuando se paró delante de Hermione, se sintió cohibida. Habían pasado muchas cosas en los últimos meses, y que cierto rubio estubiese involucrado no ayudaba mucho en ese momento. Hermione, con lágrimas en los ojos, abrazó a su amiga.
-No te preocupes, Ginny. Lo entiendo. Y no te culpo de nada. -La dió un beso en la frente y volvió a abrazarla con fuerza- Sé fuerte. No tardaremos mucho en traerte de vuelta.
-No le dejes ir, Herms -Ginny sintió que tenía que decirlo, aun cuando el rubio se lo había prohibido de manera muy contundente- Nunca ha dejado de quererte. Pero los dos sois cabezotas a rabiar y os puede el orgullo.
-No lo sé, Ginny. Hay muchas heridas abiertas.. Además, está Theo...
-Nott es muy buen chico. Es decisión tuya. -La volvió a abrazar y se volvió hacia los chicos. Éstos miraban en todas direcciones menos en la de las chicas. Se sentían incómodos ante tanta muestra de sensibleria. Ginny no pudo evitar reir.- Venga chicos, un poco de sentimiento no os va a matar.
-Quien sabe, Ginny. Somos demasiado hombres para ésto -Zabini sonreía como sólo él sabía hacerlo, quitándole importancia a la situación más triste. Ginny lo abrazó con efusividad. El chico no se quedó corto.- Espero tenerte de vuelta pronto. Sólo por si Luna se cansa de mí....
-Bobo.
El resto de chicos se limitó a murmurar cosas como "no te preocupes", "te traeremos de vuelta", "no te vamos a dejar en la estacada" y cosas así. Ginny tuvo que reconocer que eran un grupo de lo más peculiar: Neville, Cormac, Dean, Seamus, Carmichael, Corner, Finch, Harper, Higgs, Nott, Warrington, Urguhart, Creevey, Baddock, el propio Zabini, Y marcando su propio espacio, como si de un ser a parte se tratara, el propio Draco Malfoy. El rubio sonreía a su manera, divertido por la incomodidad de sus compañeros. Ginny se acercó a él.
-¿No piensas decir nada, huroncito?
-No. -la abrazó con fuerza y la besó en la coronilla- Me lo reservo para luego. Ahora hay demasiada gente por aquí.
-¿Tienes miedo de que vean que el gran Draco Malfoy tiene sentimietos? -Ginny intentaba picarle.
-No. Intento evitar el cachondeo a mi costa por el resto de mi vida, pelirroja. -Malfoy miró un punto más allá de las grandes puertas del castillo- Alguien te espera fuera, pequeñaja.
Ginny se giró. Fuera, en la creciente penumbra, esperaba un chico moreno. Sintió cómo el corazón empezaba a latirle a más de mil por hora. Caminó con paso rápido y se detuvo a unos pasos de él. Harry se giró al oirla llegar.
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¿Quién conoce realmente a Draco Malfoy?
FanfictionTodos los que no pertenecen a su casa le odian. los que supuestamente son sus amigos, simplemente están con él para subir puestos en la escala de los mortífagos. por ello, Draco se encuentra completamente solo en un mundo hostil. ¿o quizás no?