cap. 35 A la caza del cazador

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HERMIONE P.V.O

Llevamos dos semanas dando tumbos por Sudamérica. Kingsley nos manda cada tres días una carta dandonos pistas de dónde puede estar Draco. Aunque es bastante sencillo seguirle la pista. Sólo tenemos que preguntar si le han visto (Zabini lleva una foto de Draco y se la enseña a todo el mundo). En cuanto lo ven, empiezan a gritar "El demonio albino". Le tienen verdadero pánico. Sobre todo los muggles. Hoy nos toca preguntar en una pequeña aldea cercana a las montañas donde se encuentra Machu Pichu. Paramos al borde de la carretera para descansar. ¡Hacia siglos que no caminaba tanto! Annete es la que peor lo está pasando. La altitud nos ha afectado a todos, pero a ella más, pues siempre ha vivido al nivel del mar. Ron lleva varios días con cara de preocupación.

-Te juro, Herm, que cuando cacemos a tu hurón del alma lo voy a despellejar. ¡Mira a la pobre Annete! Apenas puede respirar.

-Tranquilizate, Ron -Harry estaba de mal humor. A él también le duele la cabeza- Nos dijeron que había tomado esta dirección y, según Kingsley, por esta zona se han dado indicios de magia oscura en las últimas semanas.

-Eso quiere decir que hay un mortífago por aquí cerca -Zabini cogió su mochila y empezó a andar- Como no nos demos prisa, nos pilla la noche aquí. Y como comprendereis, no me apetece ser atropellado por un todoterreno.

Nos pusimos de pie y reemprendimos la marcha. Yo iba la primera, ansiosa por encontrarlo y detenerlo. Kingsley había hablado con todo el consejo de magos y éstos habían tomado una decisión: Draco no sería condenado a prisión ni a muerte. Se le sometería a un tratamiento en San Mungo, pues le consideraban enajenado por el dolor y el sock por haber matado a su padre. Si después del tratamiento se comportaba como una persona normal y no volvía a hacer daño a nadie, harían borrón y cuenta nueva. Pero si continuaba con ese comportamiento animal y sin sentido, lo encerrarían en el agujero más profundo de Azkaban y tirarían la llave. 

A UNOS DOS KILÓMETROS 

-Por favor, Malfoy. Yo no te he hecho nada -Nox estaba de rodillas, maniatado a un tocón reseco, con lágrimas en los ojos, suplicando por su vida.- Te conozco desde que eras un bebé. Soy amigo de tu familia desde el colegio. 

-Por eso. Todo lo relacionado con mi padre o mi familia debe desaparecer -eran las primeras palabras que le decía. El mortífago no pudo evitar un escalofrío. Aquel muchacho era un muerto en vida. Sus ojos, antaño brillantes como la plata, ahora estaban apagados, opacos, sin emoción. Su voz era completamente desapasionada. 

-Te meterán en Azkaban y te condenarán al Beso. -intentó meterle miedo. El chico sonrió. Nox entró en pánico. Aquella sonrisa era la de la muerte. La suya.

-Ya estoy muerto... Y tú pronto también.

-¡NOOOOOOO!

HERMIONE P.V.O

Un grito resonó entre la vegetación. Era debil y bastante lejano. Pero todos sabíamos lo que significaba. Zabini se metió corriendo entre la maleza, seguido por Harry y Ron. Nosotras los imitamos, pero un poco más despacio. Ginny se situó a mi lado.

-Ya veras cómo llegamos a tiempo, Herm. Le vamos a encontrar y regresaremos a casa para que le ayuden.

-¿Y si no pueden? ¿Y si va a ser así para siempre? -mientras corríamos, jadeando y medio ahogadas, pudimos oir a los chicos gritar- ¡Lo han encontrado!

Aceleré mi carrera y salí a un claro. Harry, Ron y Zabini empuñaban sus varitas y apuntaban a dos figuras que permanecían inmóviles. Una mirada más concienzuda me indicó que una de ellas no se movía porque estaba muerta. 

¿Quién conoce realmente a Draco Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora