¿Quién conoce realmente a Draco Malfoy?

cap. 25 Una boda y un encuentro furtivo

HERMIONE P.V.O

Hoy es el gran día. Fleur y Bill se casan. Todos andan histéricos. Ginny parece un alma en pena. La pobre intenta mostrarse alegre, pero la tristeza que siente por no poder estar con Harry la está matando. Mientras mi amiga se terminaba de vestir, salí sin que se diera cuenta y subí a la habitación de los chicos. Ron salía en ese momento, intentando colocarse la pajarita, mientras rezongaba algo parecido "ahora sé lo que siente un elfo doméstico". Seguro que su madre le ha encargado alguna tarea pesada de esas que tan poco le gustan. Mejor. Entré en la habitación. Harry ya estaba vestido y permanecía inmovil frente a la ventana.

-¿Preocupado?

-No. Aburrido. La señora Weasley no me deja hacer nada. Dice que como soy un invitado...

-Ya. -Me senté en la cama- Tenemos que hablar. Sobre Ginny.

-No hay nada que decir, Herm -me miró fijamente unos segundos y volvió a contemplar el paisaje- Es mejor así. Si no estamos juntos, ellos no podrán utilizarla en mi contra. Imagina por un momento el tener a la persona que más quieres en su poder, temiendo que en cualquier momento puedan acabar con ella... No, no creo que puedas imaginarlo.

-No Harry, no puedo imaginarlo. Lo sé porque lo estoy viviendo -al recordar dónde está Draco no he podido evitar llorar. Harry corrió hacia mí.

-Lo siento, lo siento. Soy un verdadero asno. Me había olvidado por completo de Malfoy.

-No... está bien. Es que hoy ando un poco sensiblera...

-Herm....

-Le hecho muchísimo de menos, Harry. Y la preocupación me está matando. ¿Y si alguno de esos tarados consigue leerle la mente? Él es bueno en Oclumancia, pero ellos tienen años de experiencia... si llegasen a descubrir que estamos juntos... le matarían inmediatamente, o lo que es peor, le obligarían a hacer algo terrible. Y él no es un monstruo.

-No sé que decirte, Herm. Sé que él no es un asesino. Porque se negó a matar a Dumbledore cuando lo tenía perfectamente a tiro. Pero hay otras cosas peores que la maldición asesina.

-¡NO VUELVAS A INSINUAR QUE ÉL ES COMO ESOS MONSTRUOS NUNCA MÁS EN TU VIDA! He venido para que recapacitases sobre tu decisión de dejar a Ginny, pero creo que va a ser más feliz si encuentra a otro que no seas tú. Por lo menos a alguien que tenga sentimientos hacia otra persona que no sea uno mismo.

Y salí del cuarto dando un portazo. Creo que todos los habitantes de la casa me han oído, porque según bajaba las escaleras he sentido el correteo de varios pies detrás de algunas puertas. ¡Panda de cotillas!

Como no me apetece encontrarme con nadie, he decidido salir a dar un paseo por el huerto, el único sitio que no ha sido invadido por los preparativos finales de la boda. Mientras caminaba me he puesto a pensar en todo lo que había sucedido hasta ahora desde la muerte de Dumbledore: Harry ya no está protegido por el encantamiento que hizo su madre  al morir por él. Ahora que es mayor de edad ha perdido esa protección frente a Voldemort. Ojoloco ha muerto. Los mortífagos (entre los que estaba Snape) se enteraron de nuestra encerrona para sacarlo de casa de sus tíos y nos atacaron. Ojoloco cayó y uno de los gemelos perdió una oreja. Ginny lleva sin hablar a Harry desde el funeral del director. Y yo no tengo noticias de Draco desde ese mismo día. Con este panorama, más que a una boda parece que vamos a una ejecución.

-¡Hermione! La boda va a comenzar en breve -la señora Weasley me llama. Tendré que ir.

DRACO P.V.O

Llevo semanas encerrado en esta casa de locos. Por suerte para mí, no he tenido que cruzarme con ninguno de esos maníacos. Madre y yo hemos pasado casi todo nuestro tiempo en la biblioteca o en nuestras habitaciones. A padre he tenido la suerte de no verlo. No tengo ganas de acabar a gritos con él. Bastante dificil es conservar la cordura con toda esta chusma pululando cada dos por tres por casa. He mandado a Nevell, mi elfo doméstico particular, a la Madriguera, para ver si Hermione está bien. Tiene órdenes de no acercarse. Sólo vigilarla de lejos sin que ella se entere. No quiero que sufra mucho más de lo que ya debe estar haciéndolo.