Cena en el castillo parte dos.

4.9K 667 131
                                    

Jack fue el primero en notar ese repentino desvanecimiento además del Conde quien estaba a su lado, pero este último no lucia preocupado, incluso esbozaba una leve sonrisa cuando Will perdió el conocimiento sobre su silla.

Jack se levantó rápido pero antes de que el llegara, Hannibal ya había tomado a Will entre sus brazos y lo sacudió levemente.

-Que le ha ocurrido??- pregunto Jack preocupado mientras Abigail y Alana también se levantaban de sus puestos para acercarse.

-Bebió de más... y por lo visto ya tenía algo de fiebre... No debió sentarle muy bien beber tan de golpe...- explico el conde Lecter con su voz sedante y calmada que enseguida relajo un poco a los demás invitados.

-Es una lástima, ni siquiera pudo probar su deliciosa cena...- murmuro Abigail acercándose a su padre más preocupada que todos los demás.

-Lo bueno es que tenemos con nosotros a un doctor...- dijo Alana casi como si estuviera más molesta por el repentino colapso de su amigo que había arruinado la cena, que preocupada por el estado de salud de este.

-Sera mejor que lo lleve a descansar... Ustedes por favor continúen con la cena...- dijo el Conde Lecter antes de levantar a Will de su asiento sin ningún esfuerzo y cargarlo en sus brazos.

Jack asintió y cuando todos regresaron a sus asientos, Hannibal desapareció en la oscuridad de su castillo cargando a Will con cuidado en sus fuertes brazos.

El conde se sentía tan... excitado solo con tener a ese hermoso hombre entre sus brazos y desmayado que no podía evitar sonreír mientras subía las escaleras de piedra en dirección a alguno de los cuartos libres del inmenso castillo.

Solo con verlo la primera vez ya había sentido como se apoderaba de él un ansia y una curiosidad sumamente extrañas, era algo que llevaba... Mucho tiempo sin sentir...

Will balbuceo algo entremedio de su inconciencia y el conde se dio cuenta rápidamente de que Will no dejaba de decir una y otra vez su nombre.

-Hannibal... Hannibal...- casi jadeaba el agente dejando escapar su tibia respiración entre sus húmedos labios mientras su cabeza colgaba desmadejada sobre el brazo del Conde.

Este último sonrió aún más pronunciadamente al oír al agente llamarlo de esa manera que sonaba tan... placentera. Entro en un cuarto y las velas se prendieron por si solas apenas él puso un pie en la estancia, era un cuarto cálido y hermosamente decorado y el Conde dejo a su invitado encima de una gran cama con mantas de seda y raso de color borgoña similar al color de la camisa del propio Conde. Similar a la sangre...

Sangre que en ese momento latía suavemente en la carótida de Will y que El Conde Lecter no pudo más que apreciar luego de que dejo al hombre desmayado sobre la cama.

Esa gruesa y larga vena se marcaba perfectamente en el cuello de Will gracias a la posición en que lo había colocado, y con su aguda vista, Hannibal podía distinguir como torrentes infinitos de dulce sangre pulsaban debajo de la pálida piel del agente.

El conde relamió sus labios con avidez y la mirada fija y brillante en el palpitar de esa vena... Viejos y casi olvidados impulsos parecían renacer de nuevo dentro de su cuerpo, una sed insoportable seguida de un intenso deseo sexual solo con observar el fino cuello de ese hombre.

Hannibal apoyo con cuidado una rodilla sobre la cama y se inclinó sobre el durmiente, aspirando su aroma en profundidad... Olía delicioso... Como nada que hubiera olido jamás en toda su vida... El calor que se desprendía de ese cuerpo lo extasiaba y el Conde acerco sus labios lentamente al cuello de Will. Deseaba tanto tomarlo en ese mismo momento que por un instante le pareció que perdería por completo el control. Dejo que la punta de su nariz se rozara con suavidad por esa tersa y ardiente piel, aun aspirando ese aroma enloquecedor y después deslizo su lengua por el cuello de Will, sintiendo el rápido latido de la sangre en su carótida.

El Conde Lecter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora