El Conde Lecter.

El demonio bebedor de sangre (Segunda Parte)

-Buenas noches Conde Lecter...- saludó con una sonrisa el hombre que se presentaba frente a ellos. Su piel se veía de una palidez sobrenatural, incluso era más pálido que el Conde pero eso bien podía ser por que la luz de la luna lo iluminaba con su resplandor plateado mientras que ellos en cambio casi estaban escondidos entre las sombras que proyectaban los árboles del bosque que rodeaba el pueblo.

-¿T-te conoce?- susurró Will casi sin aliento mirando al Conde, pero lo único que consiguió fue que éste lo cubriera aún más de los ojos del otro hombre.

-Buenas noches Francis... Pensé que había dejado en claro que no quería verte más por aquí...- dijo Hannibal con una voz tan helada y desprovista de humanidad que sobresaltó aún más a Will. Era una voz que realmente le había congelado la sangre y entumecido el corazón, sintió un breve pinchazo de miedo pero enseguida lo desechó de su mente... Hannibal era Hannibal, no importaba su tono de voz... No, no importaba nada... Ni siquiera... Que conociera a ese monstruo...

Pero... ¿Por que lo conocía?

¿Sabía el conde que ese hombre era casi sin duda el culpable de los asesinatos?

¿Sabía que era un... Un demonio bebedor de sangre?

Y si lo sabía... ¿Que significaba eso?

"Que él es otro monstruo..." Susurró con toda convicción una pequeña voz dentro de la mente de Will, haciendo que el agente sintiera que su corazón se paralizaba...

No... Eso era imposible...

-No es como si pudiera impedirmelo... Además, ¿es necesaria tanta agresividad? Yo solo quiero ser su amigo...- murmuró Francis avanzando hacia ellos con aire confiado. Will tembló un poco, levantando la vista hacia Hannibal, el Conde no parecía tan confiado como ese tipo, parecía... ¿tener miedo?

Su cuerpo estaba completamente tenso e incluso un poco agazapado, como si estuviera listo para atacar al otro en cualquier momento.

-Eso podemos discutirlo en un lugar más privado... Will por que no te marchas?- preguntó Hannibal por fin volteando hacia él y mirándolo severamente aunque con un transfondo de angustia en los ojos.

El agente se sintió abruptamente descolocado por ese pedido y se negó, no podía dejarlo solo con ese monstruo... No quería hacerlo, y ya no era solo por miedo... Si no por que no le habían gustado ni un poco las palabras y las miraditas que el otro hombre le había lanzado a SU conde.

-¿Tienes un amiguito?- preguntó Francis entre curioso y burlón al notar al hombre que Hannibal prácticamente escondía con su capa, había estado tan concentrado en el otro vampiro que apenas había notado al débil humano que miraba con ojos de miedo toda la situación.

-Es un sirviente de mi castillo, es preciso que regrese a sus labores mientras nosotros charlamos...- dijo Hannibal fríamente y mirando sin atisbo de miedo al hombre que ahora estaba parado a pocos pasos de ellos.

-No parece un sirviente... Pareces estar preocupado por él... No te molesta si te tuteo verdad? Oh, que más da, dos cazadores no necesitan formalidades entre ellos...- dijo Francis mirando fijamente a Will hasta hacerle apartar la mirada.

Y entonces se movió con tanta rapidez que Will fue incapaz de verlo. Sintió que unas manos lo sujetaban con una fuerza dañina y que alguien lo olisqueaba... Pero no de la manera agradable en que lo hacía el Conde, si no de una manera repulsiva que le hizo sentir miedo y asco.

-No huele a un sirviente... Huele al bocadillo que te reservas para el final, Lecter... Y huele dulce... A miedo y pólvora... Se me hace agua la boca...- susurró Francis antes de que un fuerte golpe por parte del Conde lo mandara a volar varios metros lejos de ellos. Aún así, consiguió aterrizar de pie, miraba a Lecter entre jadeante y divertido.