El Conde Lecter.

El Pasado (Decimosegunda Parte)

//N.A: Les informo que este capítulo es largo y que según yo quedan al menos tres capítulos más sobre el pasado, lo siento pero ya decidí como será todo xD, espero que no me odien por hacer un relato tan largo sobre el pasado de esos dos(?) Bueno como ya saben, comenten, voten, compartan, agreguen a favoritos a la autora y al fic a su lista de lecturas, publiciten con un avión en el cielo(?), Etc y pasense por los otros dos fics Hannigram que tengo, los amo! Y perdón por la demora!

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Los meses habían pasado tranquilos y felices para Will después de esa propuesta de casamiento que Hannibal le hizo. Tanto el Conde Robert como su esposa Lady Murasaki cuidaban de los tres por igual, como si fueran los hijos que nunca habían podido tener. Y ese siempre había sido el sueño de Will, tener una familia que lo ame y lo acepte tal y como era. Y sobre todo... al amor de su vida a punto de casarse con él, y ya no importaba que fueran hombres, al menos a Robert y a su esposa no les importaba en lo más mínimo, ni tampoco la clase social, y tanto Will como Hannibal terminaron de perder esos absurdos prejuicios que en su momento les habían impedido concretar su amor mucho antes. Mischa crecía y estudiaba las artes japonesas de su tía y las enseñanzas más convencionales de su tío Robert. Y tanto Hannibal como Will aprendieron también mucho de Lady Murasaki, entre otras cosas a respetar a todas las formas de vida y a creer en esos dioses paganos del sol, del viento, de las flores, de las estaciones. Todo era hermoso e idílico, la paz que traía lady Murasaki a la familia hacían entender muy bien a todos por que el Conde Robert Lecter había estado dispuesto a dejarlo todo atrás para seguir a esa mujer tan maravillosa.

A medida que se acercaba el día de la boda, tanto Will como Hannibal estaban cada vez más y más nerviosos, aquello sería la consumación final de su amor. Sería su "Felices para siempre", por otro lado la ceremonia que lady Murasaki se había empeñado en organizar era algo muy sencillo pero que mantenía en secreto respecto de los dos jóvenes, lo que los ponía aún más y más ansiosos.

Aquella mañana de la boda, Will se arregló como pudo con el extraño kimono de seda negra que Lady Murasaki había dejado para él, esperando habérselo puesto bien, tenía un accesorio de tela blanca también, rodeando su cintura y bordado en negro en los bordes de los pliegues, no parecía un vestido, se veía masculino y elegante, aunque cuando Will se miró en el espejo se sintió extraño e incluso se sintió como una verdadera novia. No había visto a Hannibal desde la noche anterior más que nada porque ellos mismos habían insistido en mantener esa tradición.

Sus nervios aumentaban más y más a medida que se aseguraba de que todo en su vestimenta estuviera en orden. Apenas había terminado cuando llegó el Conde Robert a buscarlo. Se veía elegante también aunque con ropa más... normal por decirlo de alguna manera y traía una sonrisa que arrugaba un poco su rostro barbudo y que le hizo pensar a Will que así se vería su Hannibal dentro de unos 20 años. Y lo imaginó también en 30, en cuarenta años más, incluso en 50. Como fuera, quería envejecer y morir a su lado. Ese era el deseo más grande en su corazón.

-Bueno, espero que la novia ya esté lista por que el novio ya lo está.- bromeó un poco Robert al notar los nervios de Will, al segundo siguiente se acercó, le acomodó un poco la ropa y se la sacudió. -Perfecto, mi sobrino estará encantado.- dijo el hombre sonriendo complacido.

Will no dejaba de jugar con sus propios dedos, mirando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo. Trataba de imaginar cómo se vería Hannibal pero no se le ocurría ninguna idea. Robert sonrió un poco al verlo tan nervioso y después le ofreció el brazo, el cual Will tomo de manera algo dudosa.

No parecía haber nadie más que ellos dos en el castillo, Will esperaba que el castillo tuviera alguna decoración para una cena o algo así pero por lo visto el "evento" transcurriría afuera, en el bosque que rodeaba la propiedad del Conde Robert.