El Pasado (Segunda Parte)

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Con el paso de los dias, los dos jovencitos fueron haciéndose más y más cercanos, al punto en que Hannibal realmente empezó a considerarlo un amigo y no su entretenimiento. Ambos chicos estudiaban a la par con los profesores particulares de Hannibal y a éste último no le molestaba atrasarse un poco para ayudar a Will. En si mismo, fue mas profesor del otro chico que los propios profesores. En sus ratos libres se ocupaba de enseñarle el idioma, la historia del estado desde los primeros individuos que habían llegado a esas tierras y la constitución del Gran Ducado de Lituania, que luego se convertiría en un estado monárquico con la reciente coronación de su majestad, el Rey Mindaugas. Le enseñó las artes europeas que él conocía gracias a su padre e incluso le mostró como empezar a aprender a tocar los instrumentos que el Gran Conde le había traído de Castilla. Will aprendía rápido, era un niño que poseía una inteligencia notable y Hannibal estaba encantado con eso. Le contó las fabulas y los cuentos que se sabía de memoria y Will a cambio le contó también algunas fabulas que había oído recitar a su madre.


Con el transcurso de las semanas y luego de los meses, Hannibal empezó a saber más y más de la historia de ese chico que ahora consideraba un amigo.


Will era hijo de una sirvienta que había trabajado en la casa de un Señor ingles. Que obviamente debía ser el padre de Will según lo que Hannibal dedujo. Pero cuando la familia dejó el país para regresar a Inglaterra, su madre se había quedado sola y prácticamente en la calle, con el pequeño Will de tan solo tres años. Will le contó que ella trabajaba de sol a sol para poder pagar un pequeño cuarto donde ambos vivían y tener algo de pan. Pero cuando Will había cumplido diez años ella había enfermado gravemente y no había podido seguir trabajando. Will la había cuidado... Y también le confesó a Hannibal que había tenido que aprender a robar para poder vivir y llevar algo de sustento a su madre enferma y a si mismo. Le contó con todo detalle al joven Conde la cantidad de veces que lo habían apaleado en las calles por ladrón y le pidió que jamas le dijera eso al Gran Conde, ya que les había tomado mucho aprecio a los padres de Hannibal, y su pasado le avergonzaba.


Hannibal juró guardar el secreto, con el corazón estrujado en el pecho al pensar en su amigo teniendo que sobrevivir de esa manera. Con la inocencia de un joven que había crecido rodeado de lujos, en un principio se molestó un poco al pensar que el otro chico era un ladronzuelo, y le preguntó de manera impertinente por qué no había conseguido un trabajo digno. Pero Will le explicó que todas las veces que lo había intentado lo habían rechazado por ser demasiado delgado y de aspecto enfermizo para cualquier trabajo de carga, que eran en los únicos que usualmente empleaban a niños pobres. A medida que Will le contaba todas sus historias, fue como Hannibal empezó a entender que el mundo era un lugar mucho mas cruel de lo que parecía. Ese fue su primer contacto con la crueldad del mundo y de la humanidad, una que mucho después experimentaría en carne propia.


El tiempo y la simpatía natural que despertaban el uno en el otro, los fue uniendo más y más a medida que ambos crecían. Se sentían siempre comodos en presencia del otro y sus temas de conversación parecían ser infinitos. Podían pasarse noches enteras hablando sobre literatura y arte, y días y tardes completos jugando como si aún fueran dos niños. Hannibal le enseñó a blandir una espada, y descubrió que el otro chico también tenía talento innato para esto. Les encantaba pasar las tardes del otoño disputando peleas amistosas como dos caballeros, mientras Mischa, quien también había crecido, hacía las veces de publico de sus pequeñas batallas privadas.


En un principio la niña se había sentido algo celosa al notar que ahora la atención de su hermano mayor no era por completo para ella. Cada vez que podía, mordía a Will o lo pellizcaba y le hacía alguna que otra inocente maldad. Will nunca se quejaba, y lo toleraba todo con una sonrisa, hasta que al final Mischa se cansó y empezó a aceptarlo. Will se la ganó involucrándola mas en los juegos que jugaba con el joven Conde y prestándole también atención a ella. Así que la niña empezó a tomarle afecto también a él.

El Conde Lecter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora